CAPITULO II

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—¡Hola de nuevo!

Se sobresaltó al oír aquella voz tan derrepente, y el sonido de la charola cayendo y estampando en la mesa de metal no ayudaron mucho a qué se tranquilice. Subió la cabeza de a pocos encontrándose nuevamente al chico de cabello marrón, en cuanto lo vió tragó saliva un poco preocupado ¿Porqué estaba allí?.

—Buenas tardes —quiso saludar para no parecer un amargado, además, habían arreglado las cosas ayer, no quería que se tuercen de nuevo, estaba demasiado cansado con su vida como para tener un enemigo o... Algo parecido.

El contrario le sonrió mostrando sus dientes, Ricardo se dió cuenta que se le marcaban hoyuelos uniformes y le pareció, muy en el fondo ,algo enternecedor; también recordó que Vandal traía un par de ellos también, más intento espantar aquellos pensamientos. En serio todo esto le estaba comiendo la cabeza de a poco.

Vió como se sentó frente a él y con mucho cuidado comenzó a comer. Bueno ¿Cuidado? Más bien todo lo contrario. Lo observó comer como si no hubiera probado bocado en su vida, nunca había visto a un chico meter una cucharada tan grande en su boca y de cierta manera le pareció gracioso. Salió una pequeña risa casi inaudible. Lo observó disimuladamente no quería parecer un acosador.

—Hoy solo pude hallar entre las comidas pasta, y no había tenedores —se le formó un semblante triste, un poco infantil—, me gusta la pasta pero comerlo con cuchara no es lo más recomendable —rió solo—, tienes suerte, llegaste para conseguir jamón.

Ricardo no sabía que responder, le estaban hablando con una naturalidad impresionante, como si fuesen amigos de toda la vida y eso le incomodó bastante. Por su cabeza pasaron millones de frases que podría decir para quedar bien, y miles de palabras que podrían sonar amigables pero de su boca solo salió uno de los monosílabos: Si. Y no puedo hablar más.

El de ojos claros lo miró con extrañeza y siguió sonriendo como siempre lo hacía, le parecía un chico de pocas palabras y que simplemente necesitaba un poco de compañía, y a él, le encantaba ser la compañía. Mientras tanto el azabache solo quería que lo dejasen solo, más no sabía cómo hacer para que lo que diga no parezca ofensivo. No sabía qué hacer en varios momentos de su vida y este definitivamente por mucho, era uno de ellos. No le dejó pensar más.

—¿Sabes que te toca después? —dió un nuevo bocado— a mi me toca historia del arte, es mi primera clase de ese curso y espero entenderlo todo.

Iba a responder, cuando todo se nubló denuevo. Y los recuerdos que lo consumían llegaron a aparecer.

"—Rich ¿Me dices que nos toca después? Me lo he olvidado de nuevo.

¿En serio? La próxima vez haré un horario lo imprimiré y me lo pondré en la frente. No puedo creer que seas tan despistado.

Y esa risa retumbó en sus adentros.

No sé porque me olvidó las cosas tan rápido.

Algún día olvidarás que somos pareja Vandal.

Antes muerto mi Rich. Créeme, antes muerto"

Se agarró los cabellos, la cabeza le dolía.

¿Porqué todos los recuerdos que tenía de él estaban relacionados solo a eso, a la muerte? Quería olvidarse de que se fue de su lado al menos un minuto, quería alejarse de todos esos pensamientos, quería simplemente recordarlo como era él, algo feliz y lleno de vida, irónico. Solamente quería amar a alguien que ya no existía  y dejar de recordar su maldita muerte ¿Porqué eso era mucho pedir? Inhaló profundo. No quería llorar, no está vez.

Antes de que pasara lo peor se levantó de su asiento ante la mirada curiosa de Rubén.

—Lo siento me tengo que ir.

Y dicho esto salió por donde ya se le había hecho común, y las personas que lo vieron huir ya ni les sorprendía. En cambio, el otro no quería que se fuera así sin más y ganándole su espíritu y no su mente le siguió los pasos, dejando su comida sin terminar y su cuchara en el suelo. Apuró el andar para agarrarlo por el hombro y mostrarle un semblante tranquilizador. El otro lo volteó a mirar destrozado pero extrañamemte calmado. Ambos suspiraron con suspenso, y un poco de tensión se hizo notar.

—Vamos, te acompa-

—No.

Lo miró sorprendido pues no se esperaba tal frialdad, ambas cejas se alzaron en busca de respuesta. Le había herido minúsculamente.

—Lo siento —continuó hablando—. Mira ayer hemos arreglado las cosas y sinceramente estoy feliz con ello —dijo mirando el suelo—me encantó el regalo de ayer, y tu sinceridad —tragó saliva, para esta vez mirarlo a los ojos, aquellos que su color eran un misterio—. Pero me gusta estar solo, no me gusta la compañía. En serio lo siento si te hice sentir con la confianza suficiente como para que podamos hablar y ser amigos pero... no quiero —un sollozó salió de su boca, lastimando ha ambos—, nuevamente discúlpame y espero que lo entiendas.

Todo eso lo descolocó. No sabía que decir, ni que hacer. Se lamió los labios.

—Si —dijo melancólico—, tienes razón. Lo siento, mucho.

Bajó su cabeza. Sus piernas comenzaron a entumecerze, se agarró ambas manos sintiendo un frío repentino.

—No te preocupes, ahora sí me disculpas, quiero ir a mi clase.

Rubén solo asintió con la cabeza dándose media vuelta. Se dirigió en sentido contrario a Ricardo, con la vergüenza saliéndose por los poros, estaba notablemente de un tono rojo, se había sentido muy apenado.

"Eres un completo idiota, ¿Como pudiste pensar que sería tu amigo? Tonto, tonto, tonto" pensaba.

Río sin ganas  mirando al techo caminando de frente sin destino alguno. Se sentía muy patético, ese chico... era obvio que nunca serían amigo.

En cuanto estaba bajando la cabeza sintió una presión fuerte y alguien empujándolo. Ambos se quejaron en voz alta.

Auch —pudo oír con debilidad, vió a la persona que tenía en frente, un chica bastante delgada y pelirroja se hizo notar—, ten más cuidado, creo que me acabas de matar diez neuronas.

—Lo siento, fue mi culpa, no te ví.

—Obvio que no  me viste estabas mirando arriba idiota —dijo cálida y con un tono burlesco, como si no lo dijera en serio.

Rubén bajo la cabeza, el rojo de su rostro se hizo más intenso.

—No te pongas así hombre —rió debil—, me llamo Alejandra ¿Y tú?

—Rubén

—¡Un gusto!, Espero podamos ser amigos.

Y sin mencionar ni una palabra más y con el perfume a lavanda casi entrando a sus pulmones y ahogándose con aquel aroma, la chica se despidió con la mano sonriéndole. Rubén no sabía que había pasado, se había chocado con una chica y se dijeron sus nombres instantáneamente.

La gente de aquí es extraña”

Y luego se dirigió a su clase, esperando no haber llegado tarde.








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Disculpen la demora ;-;
Quiero hacerles una pregunta ¿Se ven las rayas (—) o se ven guiones (-) creo que Wattpad me los está cambiando :(

Buen día! <3




-Always un my heart. M.

Nostalgia [killerrich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora