𝙇𝙄𝙏𝙏𝙇𝙀 𝘼𝙇𝙋𝙃𝘼 #3 | ᵗᵉᵉⁿ ʷᵒˡᶠ

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Sospechas

Me miré en el espejo, mi silueta estaba deformada debido a que se encontraba roto por la noche anterior, detrás de mi reflejo Lydia me regalo una sonrisa a medias. Ella sabía que estaba sufriendo y sé que trataba de hacerme sentir mejor.

Me repetía mentalmente que todo estaría bien, que podría superar esto y que saldría adelante. Aunque me doliera hacerlo. 

—Todo estará bien, Lizzy.— Lydia acarició mi cabello y volvió a sonreír. —Ahora debes ir a la escuela.

—No quiero ir... — dije aun sin apartar mi mirada de mi misma. — Me siento tan terrible, todo fue mi culpa... 

—No. —interrumpió de inmediato la pelirroja. —No es tu culpa, ¿de acuerdo? fue un accidente.

—Fue una trampa — corregí. —Pude evitarlo si me hubiera dado cuenta a tiempo.

Aparte la mirada del espejo y voltee para ver a la Banshee, ella apretaba los labios para después soltar un gran suspiro. 

—Debes ir a la escuela. —insistió 

Tome mi mochila y salí de la habitación con Lydia pisándome los talones. Ella se había ofrecido para llevarme y darme apoyo, algo que agradecía que de no ser por ella estuviera llorando aún en mi cama.

★★🐺★★

Abrí las puertas de la preparatoria y de inmediato todas las miradas se fueron a mí y a Liam, anoche yo no me transforme pero por poco y lo hago, era luna llena y estaba muy abrumada por lo que acababa de suceder que me sorprendió el hecho de que no me haya convertido siendo más difícil para mí al ser una alfa.

El funeral de los Talbot sería dentro de mañana y junto a mis mejores amigos habíamos quedado de ir, lloré toda la noche recordando las últimas palabras de Lori, y no dejaba de repetirme a mi misma que había sido mi culpa.

Apreté la mano de Liam y este me miró, sabía que los comentarios lo estaban haciendo sentir peor de lo que sentía, anoche me llamo en la madrugada culpándose por lo que paso con nuestros amigos, y odie que él se sintiera así.

Odiaba que los que me rodeaban se sintieran miserables y odiaba yo también sentirme miserable. Pero me era imposible no hacerlo, dentro de mí muy en el fondo sabía que no había sido mi culpa del todo, pero una vocecilla en mi cabeza se encargaba de hacerme creer que de verdad lo era.

Y yo le creía siempre.

Llegamos a nuestros casilleros donde Mason ya nos esperaba y recargue mi cabeza en el mío, deje escapar un suspiro cansado y solté la mano de mi mejor amigo, los comentarios llegaban a mis oídos pero ninguno era relevante, los escuchaba todos pero no prestaba atención.

No cuando mi mente estaba en otro lado, lejos de los estudiantes de la preparatoria de Beacon Hills.

—Solo ignoralos. — murmuré al beta y abrí la puerta de mi casillero. —Solo hay que demostrarles que están equivocados y que somos adolescentes normales de preparatoria, igual que ellos.

—Lo saben.

—Son rumores. — Contradijo Mason intentando calmar a Liam. —No saben nada en verdad.

—Lo saben todo.

—¡Corey! —Reprendió Artie golpeándo en el brazo al camaleón que recién llegaba junto a ella —Pero es cierto, dos chicos de segundo del equipo de Lacrosse estaban ahí.