𝙇𝙄𝙏𝙏𝙇𝙀 𝘼𝙇𝙋𝙃𝘼 #3 | ᵗᵉᵉⁿ ʷᵒˡᶠ

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Mitos, leyendas y profecías.

Miré al druida impaciente esperando a que me dijera algo que pudiera ayudarme, mis dedos golpeaban repetidamente la mesa de metal frente a nosotros y mi labio inferior era mordido con fuerza.

Artie me miraba con los brazos cruzados y una cara larga, la nueva beta se había ofrecido a venir conmigo a la veterinaria, ¿la razón del por qué estábamos ahí? simple, si hay una persona que conozca en su mayoría al mundo sobrenatural es nada más ni nada menos que Deaton.

Aunque claro, los Argent también conocen de lo sobrenatural pero, Deaton tiene más experiencia al venir de una familia de Druidas. Pero me estoy desviando del tema.

El caso es que habíamos venido con el Veterinario porque quería respuestas de que fue lo que me sucedió realmente, tenía muchas preguntas como: ¿cómo fue que regrese de la muerte? ¿cómo fue que mis ojos cambiaron a rojos? y sobre todo la pregunta del millón ¿qué significaban las visiones?

El jefe de mi hermano tomó dos libros enormes y los dejó caer en la mesa provocando un estrepitoso ruido, di un pequeño salto en mi lugar al igual que Artie y nos acercamos al moreno cuando abrió el primer libro.

—Cuando era niño mi abuela me contaba un cuento todas las noches. —Comenzó a relatar buscando alguna página en el libro.—Pero cuando crecí me enteré que era una profecía que se convirtió en leyenda con el paso de los años, y su nombre era "La Manada de Sangre" —Fruncí el ceño algo confundida mientras asentía con la cabeza, y Deaton siguió relatando. —Esta leyenda esta conectada con otras dos, "Los tres Alfas" y "La Reina de los Lobos". En la primera leyenda se dice que cuando los primeros Hombres Lobo aparecieron, fueron tres y eran Alfas. Nunca se supo cómo es que lo hicieron, algunos nativos decían que fue por una maldición lanzada por una bruja, o que hicieron alguna especie de pacto con Satanás, u otras cosas, pero solo es un mito. —Cuando encontró la página que buscaba, nos miró a ambas. —Pero el punto es que, como lo dice el nombre; eran tres Alfas. Dos hombres y una mujer, sus nombres eran Triana, Izan y Blas. Los tres eran Verdaderos Alfas, las primeras lunas llenas en las se que convirtieron, se descontrolaron e hirieron a mucha gente inocente, lo que provocó que los de el pequeño pueblo donde vivían quisieran cazarlos.

—Entonces huyeron. —Dije en una suposición pero sonó más como una afirmación, el Druida asintió. —¿Y a donde escaparon?

—Fueron a los bosques, y ahí encontraron el primer Nemeton. Se decía que en las noches de Luna Llena se metían a unas inmensas cuevas que estaban cerca para no lastimar a nadie, con el pasar del tiempo aprendieron a controlarse y a usar sus habilidades. Izan sin querer había mordido a una joven inocente. Triana la cuidó y curó sus heridas para que sanara y/o viviera, como era de esperarse en la próxima Luna Llena la joven de nombre Cleofás, intentó asesinar a Izan por el cambio y su instinto salvaje. Los Alfas al siguiente día le contaron lo que comenzaba a pasarle y le dijeron que lo mejor sería que se quedará con ellos. Cleofás le dijo a Triana que no tenía caso que lo hiciera, que quería estar con su familia porque tenía una enfermedad desconocida, que moriría pronto y quería pasar tiempo con ellos.

—¿Cleofás se curó, no es así? —Preguntó la de ojos azules. — Los hombres lobo no se enferman debido a su rápida curación, la cual crearía anticuerpos.

—Claro que no murió, se curó después de La Luna llena que es cuando su ser interior y poder se concentra y es más fuerte. Blas al ver lo que sucedió, iba con las personas moribundas que querían seguir viviendo, más que nada en personas sin hogar y las mordía. Así fue como poco a poco se fue creando una pequeña comunidad de hombres lobo en el corazón del bosque. O como se le conoce: La primer manada. —Bajó la mirada al libro de nuevo, se concentro unos momentos y volvió a mirarnos tras escuchar la pregunta de Artie.