Capítulo 3

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– Ten un vaso de agua –me brindó la inspectora con una mirada comprensiva y accedí a regañadientes– Necesitas calmarte.

– Solo necesito que esto acabe de una vez.

– Y acabará, pero tienes que colaborar con nosotros.

Miré hacia la puerta de la habitación en la que me encontraba. Permanecía cerrada y custodiada por un guardia. Detrás de esa puerta, estaba una parte de lo que alguna vez, me hizo vivir sonriendo. La otra parte no estaba, ya no estaría nunca más, me la arrebataron. Y con ella, el derecho a ser feliz, porque dejó una oscuridad que, por muy brillante que fuera esa primera parte, siempre terminaría opacada.

– ¿Acabar? –sonreí con ironía– Ya no hay nada que hacer... no acabará nunca –volteé a verla fijamente y me incliné hacia delante– Quizás un día usted acabe de llenar esos papeles... pero para mí, no acabará nunca.

28 DÍAS ANTES

La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos. Bella, Alice y yo nos levantamos emocionadas tras el sonido del despertador. Hoy comenzaba la aventura.

Lo primero que haríamos sería dar un recorrido por toda la zona en barco. La profe de ciencias repasó la lista de alumnos y cuando todos estuvimos presentes, nos dirigimos al yate.

Era hermoso. Jamás había subido a un yate tan enorme. Dentro solo estaba un hombre regordete que era quien nos llevaría a hacer el recorrido, por lo demás, todo el espacio era nuestro.

La señorita Miliar fue a detallar algunos asuntos con el señor del yate, no sin antes pedirnos que nos mantuviéramos un momento en cubierta para, como dice mi madre, leernos la cartilla. Ya saben, las típicas reglas que ponen tus profes cuando te llevan de excursión. Así que nos tocaba esperar.

– Supongo que te fue un poco incómodo lo que sucedió ayer en la piscina. Por lo menos así te veías –Bella decidió sacar el tema– Joshua a veces es un poco estúpido.

– ¿Solo a veces? –pregunté con cierta ironía.

– Pero mira el lado positivo, por lo menos te salvó de Edward –me animó Alice, luego pensó en algo por unos segundos y añadió– En ocasiones me da la impresión que...

– Hola.

Jacob se había acercado amistosamente y se colocó al lado de Bella.

– ¿Dónde andabas? –preguntó ella.

– Abajo con algunos chicos –sonrió– Encerraron a Waylon en el baño, el pobre comenzó a dar gritos.

– Eso no es divertido, Jake.

– Sí, estoy de acuerdo con Bella –dije y le di un manotazo a Alice que estaba riendo– Deberían dejar en paz al chico.

– ¡Vamos! Solo fue una broma.

– ¿Ah, sí? Pues vale, un día de estos te voy a dejar encerrado en un baño y vamos a ver si te hace tanta gracia –le dijo Bella un poco molesta y se marchó.

– No... Amor, espera... solo... ¡Ah! Vale, lo siento... No volverá a pasar... –decía Jacob mientras la perseguía.

– Que monos –sonrió Alice y luego me miró– Voy a pedirle las fotos que tomamos ayer a Charlie. ¿Vienes?

– Paso, allí está Edward –ella rodó los ojos y se marchó.

De la forma que lo digo pareciera que le tengo miedo, pero no, todo lo contrario. Solo estoy intentando evitarlo para ver si de esa forma me deja en paz.

Apoyé mis codos a las barandas de cubierta, y puse la vista en el mar. Verdaderamente se veía hermoso en las mañanas. De repente me entraron deseos de mirar hacia abajo y ver a cuánta altura del mar estábamos, así que me puse en puntilla y me asomé. Sip, realmente alto... y un poco aterrador.

Contra Toda Evidencia ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora