Capítulo 5

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Su mirada me ponía inquieta. Ella tenía ese típico estilo de toda esta gente, esos ojos con signos de incógnita, esos deseos de saber el porqué, de descubrir una verdad que solo tú conoces.

Estaba claro que le gustaba lo que hacía, más bien le fascinaba. Me atrevería a decir que es una adicta al trabajo. Y no la culpo, pero quisiera que dejara de mirarme como si fuera Google, como una base de datos, como un objeto al que solo se le puede sacar información.

- ¿Por qué Joshua fue justamente a buscar los binoculares ese día? ¿Por qué se los dio a Mary?

- En aquel momento no lo supe, no tenía importancia -dije encogiéndome de hombros- Joshua siempre fue impredecible y hacía lo que le daba la gana sin motivo alguno, así que eso no era de asombrarse.

- ¿Ni siquiera te pareció un poco raro?

- ¿Raro? -enarqué ambas cejas y abrí los ojos- ¡Allí todo era raro!

26 DÍAS ANTES

Mary se desmayó. Le grité a Steve para que me ayudara y él la cargó en sus brazos hasta la sombra de los árboles. Corrí hasta el yate a por algo de alcohol para intentar despertarla. ¡Ese maldito yate lo tenía todo! Estuve buscando con James hasta que dimos con él y volví a la playa.

Se despertó un poco asustada. Nadie entendía qué le había pasado hasta que yo dicidí hablar, pero la Mary calmada de antes, ahora parecía que había entrado en estado de shock. Se abrazó a mí fuertemente como un niño pequeño cuando tiene miedo, estuve consolándola y tratando de calmar su llanto hasta que se quedó dormida con la cabeza apoyada sobre mi regazo.

No era evidente, estoy consciente de ello porque por ese lado soy una chica fuerte y sé como ocultar mis sentimientos y emociones perfectamente, pero yo también necesitaba consuelo, una mano que tocara mi hombro y me dijera que todo iba a estar bien.

Los chicos fueron a la costa, se acercaron allá a los acantilados, mientas yo me quedé junto a Mary. Los veía a lo lejos, parecían estar discutiendo y cuando volvieron, no lucían muy bien, cosa que es más que entendible. Ella se había suicidado, o eso parecía. Resulta gracioso como llegamos a esa conclusiones así sin más.

Nunca pensé que la señorita Miliar fuera de ese tipo de persona. Tal vez tuviera algún problema pero ¿Al punto de tirarse por un acantilado? Eso jamás hubiera pasado por mi mente. Sentía deseos de llorar y casi se me escapa un sollozo pero me controlé para no despertar a Mary.

Unas musculosas piernas se pararon delante de mí y poco a poco, se fueron doblando hasta que pude ver aquel rostro, dueño de unos ojos que esta vez eran tranquilizadores.

- Todo estará bien. ¿Vale? -lo miré unos segundos y luego asentí, él me dio una pequeña sonrisa y se marchó.

De todas las personas, Joshua fue la última que imaginé que se acercaría y me diría esas simples palabras que reconfortaron mi alma.

A veces solo necesitamos que nos digan eso, solo para recordar que en verdad le importamos a alguien. A veces de quien menos te lo esperas, es de quien más recibes. Pero yo siempre lo he dicho: Él es impredecible. No puedes pensar que lo conoces porque simplemente te sorprende. Para bien, o para mal.

James pasó todo el día intentando reparar el yate, y como me temía, no lo consiguió. Mary despertó y lucía más calmada pero aun así el ambiente estaba tenso. Nadie sonreía, apenas hablábamos y se notaba la preocupación.

- ¿Crees que en verdad ella fuera capaz de hacer algo así? -pregunté sentándome junto a Waylon en una piedra grande, cerca del mar.

- No lo sé, nunca pensé que alguien como ella haría una cosa así -negó con la cabeza y luego me miró- ¿Tú que crees?

Contra Toda Evidencia ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora