seis.

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06.

día de la liberación.

Venus Moraga.

—seguirás mis instrucciones al pie de la letra o ya sabes —dijo colocado la pistola en mi entrecejo— ¡boom! Te dejaremos salir, te dejaremos frente a tu casa, entrarás, si Román te contacta, lo ignoras, y lo bloqueas, le pedirás a tus padres que no dejen que Román te vea, y luego buscarás la forma de irte de acá ¿bien?  —asentí sin decir nada más.

me colocaron una bolsa negra en la cabeza y me subieron al auto aún atada. Me sentía muy mal, quería gritar y llorar, porque aunque estoy volviendo a casa, una parte de mi vida no podrá verme nunca más, ahí se va la mitad de mi alma.

sé que Agustín se volverá loco buscando respuestas, pero no puedo dárselas. Lo prefiero vivo y lejos de mí, que muerto en mis brazos.

después de un largo rato, el auto se detuvo, me quitaron la bolsa de la cabeza y pude ver mi casa, las lágrimas bajan por mis mejillas, al fin.

—  ni una palabra, ni se te ocurra hacer una demanda porque no la contás —me apuntó con la pistola— no fue un gusto.

—  podés pudrirte en el infierno. —dije cerca de su rostro y después escupí. Me bajé del auto y corrí hasta la puerta de mi casa, toqué apresuradamente y la puerta se abrió.

detrás apareció mi hermano y en cuanto me vio me jaló del brazo y me abrazó.

—¡está aquí, está aquí! —gritaba emocionado mientras me aferraba a él— ¡Venus llegó!

mis padres aparecieron y entre los cuatro nos dimos un abrazo. Abracé a mis padres, quería quedarme ahí, sentirme segura y olvidar todo lo que pasé, no quiero volver a vivir algo así.

—espera que se entere Agustín —habló mi mamá.

—¡no! No, no, no le digas nada a Agustín —era una súplica, no una petición.

—amor tranquila ¿qué te pasa? Agustín la ha pasado mal también. —decía mi papá mientras me abrazaba y yo me escondía en su pecho.

—por favor no le digan nada, no llamen a la policía —dije llorando— si lo hacen... Si lo... —me estaba faltando el aire.

—¡llama a los paramédicos! —le gritó mi madre a mi hermano.

[...]

—la señorita Moraga tuvo un ataque de pánico, parece que fue a causa de un trauma ¿se encuentra usted bien? —inquirió el médico.

estaba en el hospital, en la habitación estaban mis padres, el médico de cabecera y una psicóloga.

—mi hija recientemente vivió una fuerte experiencia, evidentemente traumática. —contestó mi madre.

—ok, ¿quieres hablar con la psicóloga? —miré al doctor y luego a mis padres.

—quiero irme de este lugar. —respondí.

—huir de tus traumas no es la solución. —habló la psicóloga. La miré directamente.

—usted no vivió lo que yo, así que no sabe lo que se siente, no planeo contárselo a mis padres, mucho menos a usted que es una total desconocida.

—creo que lo mejor dejarlos a solas como familia y ya luego encontraremos una solución. —habló el médico para después salir junto a la psicóloga.

—¿por qué te quieres ir de la ciudad? —inquirió mi padre.

—porque quiero estar lejos de mí trauma. —respondí.

—¿quieres irte a vivir sola, quieres que nos vayamos con vos? —preguntó mi madre.

—entre menos gente arrastre conmigo mejor... Quiero irme sola.

[...]

estaba en casa, en mi habitación. Acostada mirando hacia la ventana, en mi mente se proyectaba la imagen de aquel día, donde me arrastraban hacia una camioneta negra y me golpeaban, una y otra vez, en loop.

mi teléfono encendió su pantalla y la notificación que salió me dolió en el corazón.

mi cielo.💌🌙
hermosa, ya sé que estás en tu casa, los hijos de puta que te hicieron todo esto me lo dijeron.
espero poder verte pronto para abrazarte y cuidarte. Te juro que nunca volverás a pasar por esto, te amo y necesito verte.

me parece que eso no se podrá.

raptae ; acruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora