veintiuno.

110 13 6
                                    

21.

Venus Moraga.

la rubia acostada a mi lado me llamaba constantemente mientras yo la ignoraba como las grandes, tenía mis audífonos puestos y en mi teléfono se reproducía el vídeo de "yo no merezco volver" de morat.

— ¡Venus! —gritó una vez más, saqué uno de mis audífonos y la miré— dale decí que Venu, hace banda no vamos juntas al boliche, quiero ponerme en pedo y bailar.

— la última vez que acepté salir me encontré a mi ex novio del cual me debo esconder, y justo por eso estoy aquí desganada. —respondí.

—bueno, entonces acepta, vamos y te recompenso, yo pago lo que vayas a tomar así me quede sin un peso —decía mientras me veía— perdóname.

—no estoy molesta con vos, así que nada que perdonar —dije y ambas sonreímos— acepto, pero a la hora de pagar nos dividimos la cuenta.

dio un par de aplausos y rápidamente de levantó de la cama para ir alistarse. El reloj marcaba las nueve de la noche y salíamos a las once, así que supongo que es hora de empezar alistarme.

llamé a vicky para que me ayudara a elegir mi outfit y esta se adentró en el placar para después extenderme una falda negra de cuero, una blusa transparente y un corpiño de color negro también.

—anda, vestite y venís para arreglarte.

obedecí las órdenes de las cordobesa y me di una ducha para después vestirme. Volví a mi habitación donde Vicky se estaba terminando de arreglar, me dedicó una sonrisa. Si algo tenía que agradecer de todo esto era tener a Victoria a mi lado, ha estado ahí en todo momento y me ha ayudado a levantarme tras mis constantes caídas, sin duda era la pintura de color en mis días grises.

la ojiverde terminó de peinarme y maquillar un poco, y cuando estuvimos listas nos guiñamos un ojo para después salir de apartamento.

---

tres vinitos fueron suficientes para que ambas estuviéramos bailando y moviéndonos al compás de la canción que sonaba fuertemente. Noté cómo Vicky río pero no presté atención a qué fue lo que le causó gracia.

—buenas noches —escuché una voz familiar. Me giré para ver de quién se trataba, y sonreí al ver a Monzón y Oliva juntos, le di un abrazo a cada uno.

—¿qué andan haciendo por acá? —pregunté.

—hay un show mañana acá en Córdoba y después arrancamos para Rosario. —respondió Valentín.

—que copado —contesté.

aquel par se unió a nosotras y después de bailar algunas canciones más nos fuimos a sentar para descansar un poco, estos trotes no eran los míos realmente. Veía como Vicky sonreía con emoción, como si esperara que pasara algo con Mauro, pero no creo que se así.

yo no me siento con ánimos para eso en este momento, bastante duro me había golpeado la aparición de Agustín, que mi mente lo último que procesaba era estar con alguien más.

—voy a fumar afuera, Venus ¿me acompañas? —preguntó Mauro, asentí y salimos del recinto y nos sentamos en la acera— ¿estás bien?

—no —contesté y él me miró atento— pero sí me siento mejor que hace unos días, no sé si Valen te contó o algo, pero hace unos días apareció Agustín por acá.

—uh, ya me me imagino que quilombo —contestó— sabés que estoy para vos ¿no? si te sentís mal me podés llamar que por vos yo hago hasta de payaso. —dijo y ambos reímos.

—lo sé Mauro, gracias, sos el uno. —dije, sonrió y recostó su cabeza en mi hombro mientras fumaba.

estuvimos así un rato, hablando de y poniéndonos al día de varias cosas, sumándole que me pasaba algunos chismes que no sabía. Dos viejas de patio somos.

cuando acabó su cigarrillo, nos levantamos para volver a entrar, iba caminando atrás de Mauro, pero sentí que alguien puso una mano en mi cintura y otra en mi boca, pude reconocer el rostro, era uno de los trabajadores de Pedro.

—mamita que no se te olvide que no podés volver a ver Román ¿okey? —hablaba en voz baja y yo asentí— si le contás a alguien de esto que acaba de pasar, ya sabés que ocurre.

raptae ; acruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora