Superpoderes

Cap. 3

La escuela era enorme. Contaba de varias salas principales, y de posiblemente cientos de salas secundarias. La sala principal, que era el comedor, era amplia y alta, de columnas con seguramente cientos de años de antigüedad, y grandes muebles donde se guardaban los platos y cubiertos.
Al fondo del comedor se encontraba otra sala grande, a la cuál se accedía por una puerta de madera. Esa sala era la cocina, con sus decenas de utensilios para cocinar, además de un autorretrato colgado en la pared del mejor cocinero que había en el universo, al menos eso ponía allí.
Volviendo al comedor, en el suelo había una gran alfombra, de colores apagados como el marrón y el verde oscuro, formando diferentes formas en cada parte de la alfombra. Las paredes estaban cubiertas de tapices, y dos grandes cuadros. Uno retrataba una batalla entre dos sectores, que a juzgar por la vegetación de uno, y los edificios del otro, deberían ser Eco y Amebian. El otro cuadro, representaba a los fundadores de la escuela: Glaucio Bernan, el último humano con vida en aquel momento, y Torenna Mie, una Ninfa del Agua del sector 27, actualmente destruido y sin vida entre sus escombros.

Alloy se dirigió a las afueras de la escuela. Allí era dónde su horario indicaba se encontraba la clase de habilidades físicas. Por el camino se encontró a varios estudiantes, algunos, con la misma pinta de perdidos que ella. Otros, parecían simplemente no querer desaprovechar el paseo entre clase y clase, caminando despacio y disfrutando del buen tiempo.
Llegó al lugar indicado, y encontró a un grupo de adolescentes de su misma edad, reunidos esperando a que el profesor apareciera, pues no había llegado todavía. Alloy se unió a la multitud mientras estos hablaban unos con otros.
Entonces, una chica se le acercó, y empezaron a hablar.

-¡Hola! Me llamo Eirin, ¿cómo te llamas? -preguntó efusivamente la chica-

-Soy Alloy, encantada. ¿Cuánto llevas aquí?

-Llevo aquí un año nada más -respondió tranquila- Eres nueva, ¿verdad?

-Sip, -contestó Alloy alegremente- cuéntame, ¿son muy difíciles las asignaturas?

-Bueno... depende. Hay algunas que parecen estar diseñadas para que muramos, como por ejemplo la que nos toca ahora. Luego hay otras que son un poco mas sencillas -no parecía muy animada al responder ésto-.

El profesor llegó, y les indicó cosas como que zonas podían y qué zonas no podían usar para las habilidades físicas, en qué consistirían los exámenes, etc.
Al final del discurso, explicó qué harían hoy.

-Queridos alumnos, hoy se nos ha incorporado una alumna nueva. Así que, aprovecharé para haceros la prubea de habilidades a todos, y así haremos un seguimiento para ver qué tal estáis llevando el curso.

Se escucharon un par de quejas, pero la mayor parte parecía agradecido de poder usar sus poderes para algo más que para estudiarlos.
Las pruebas de habilidades dieron comienzo. La primera, era superar un muro de diez metros de alto, hecho de granito puro. Para hacer las pruebas más rápido, se separaban a los alumnos en grupos de cuatro. Eirin estaba en ése grupo. Ella saltó sin más por encima del muro, y aterrizó suavemente en el suelo, sin emitir sonido alguno. Otro chico haciendo caso omiso a la norma "sobrepasar el muro" se volvió translúcido y pasó el muro a través. Las otras dos chicas que formaban el grupo, utilizaron el mismo poder, fuego, y creando llamas con sus manos, salieron disparadas hacia arriba. Al ir las dos juntas cogieron impulso de más, y acabaron callendo en un estanque cercano. Ahora le tocaba al grupo de Alloy. Ella no sabía cómo sus poderes iban a ayudarla, y el profesor se dió cuenta de ésto, así que antes de empezar la prueba para ese equipo comentó:

-Recordar, que el trabajo en equipo es la clave de la supervivencia. Los equipos deben pasar el muro, caigan donde caigan -esto último lo dijo mirando el estanque, del cual aún estaban saliendo las dos chicas- bueno, comenzar.