❝𝖭𝗂𝗇𝗀𝗎𝗇 𝖺𝗓𝗎𝗅, 𝗇𝗂 𝗌𝗂𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖺 𝖾𝗅 𝖽𝖾𝗅 𝖼𝗂𝖾𝗅𝗈 𝗈 𝖾𝗅 𝗈𝖼𝖾𝖺𝗇𝗈 𝗌𝖾 𝖼𝗈𝗆𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖼𝗈𝗇 𝖾𝗅 𝖽𝖾 𝗍𝗎 𝖼𝗈𝗋𝖺𝗓𝗈𝗇, 𝖲𝗎𝗇❞
𝐘𝐀𝐍𝐆𝐘𝐀𝐍𝐆 ¦ Estaba confiado de que sus planes no podían fallar pero encontrarse con al...
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Caminé con mis manos en mis bolsillos mientras Jaemin me seguía de lejos escondiéndose detrás de Yoonmi creyendo que no era obvio que detrás de una chica tan chiquita era imposible pasar desapercibido pero le dejé vivir la fantasía porque de todos modos sé que sería imposible que no conociera a Dongsun y además tenía tareas que dejarle a la chica después de ver que tan eficiente era para ayudarme a resolver mi tarea de matemáticas y literatura.
Esta chica era una mina de oro.
Me detuve en el marco de la puerta notando a pocas personas en el aula ya que la mayoría ya estaba fuera por la hora del almuerzo pero en cuanto me asome pude ver a cierta chica de cabellos plateados conversando animadamente con otra chica y un chico que no podía ver bien por culpa de la espalda de Dongsun.
—Jaemin no me vayas a avergonzar—advertí antes de entrar, el chico se asomó con una cara de sorpresa.
Si, Jaemin, ya te vimos.
Deje al chico de lado y entre al aula encaminandome hacia donde estaba Dongsun y con un toque en la espalda hice que la chica se girara hacia mí con una cara de sorpresa.
—Jefe.
—Dongsun—saludé—Necesito que me ayudes hoy, necesito empezar a organizar el evento de la graduación y evitar que la loca de Mary venga a gritarme.
—¿Este es el chico que vino a dejarte los libros? —la chica desconocida me miró de reojo y murmuró eso hacia Dongsun aunque pude oír todo muy bien.
La peli gris suspiró y puso una mano en mi hombro:—Danmi, él puede oírte.
—¿te parece bien esclavizar a una pobre chica de otra aula porque encontraste sus libros? —preguntó de golpe mirándome fijamente.
—¿Qué?—espete confundido.
—¡Shh! ¡No digas eso frente a mi jefe! —Dongsun se plantó frente a la chica y le miro mal, yo no supe qué pensar de eso.
—Pues esta esclava cobra caro y mis fondos universitarios se están yendo a la basura, así que supongo que no—respondí cruzándome de brazos.
—Me cae bien—la rubia de pronto sonrió y le dio un golpe a la morena por lo cual Dongsun se quejó—¿Ya sabe de tus problemillas? —le pregunto de nuevo de una manera discreta nada discreta.
Y así es como dejas a alguien con curiosidad.
Vi las mejillas de Dongsun colorearse de rojo apenas visible pero que de pronto llamó mi atención pues jamás le había visto avergonzada de esa forma hasta ahora, me causo sacar una sonrisa.
—¡Estás gritando ¿que no te das cuenta?!—exclamó avergonzada haciendo a la rubia alzar sus cejas y mirarme con la sorpresa en sus ojos.
—¿Te tiras muchos gases o hablamos de que eres antisistema? —pregunté a Dongsun quién se giró a verme con el ceño fruncido y a punto de golpearme.