❝𝖭𝗂𝗇𝗀𝗎𝗇 𝖺𝗓𝗎𝗅, 𝗇𝗂 𝗌𝗂𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖺 𝖾𝗅 𝖽𝖾𝗅 𝖼𝗂𝖾𝗅𝗈 𝗈 𝖾𝗅 𝗈𝖼𝖾𝖺𝗇𝗈 𝗌𝖾 𝖼𝗈𝗆𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖼𝗈𝗇 𝖾𝗅 𝖽𝖾 𝗍𝗎 𝖼𝗈𝗋𝖺𝗓𝗈𝗇, 𝖲𝗎𝗇❞
𝐘𝐀𝐍𝐆𝐘𝐀𝐍𝐆 ¦ Estaba confiado de que sus planes no podían fallar pero encontrarse con al...
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Miraba a los chicos de primer año correr por el gimnasio como tenía el entrenador por costumbre mientras tanto Dongsun conseguía una oferta en las decoraciones por teléfono y tan pronto colgó vino hacia mí para confirmar que había logrado su cometido. Agregue la suma al presupuesto y con la suma total podría tachar una cosa más en la lista para entregarsela a Bin en cuanto pudiera.
—¿Siempre has tenido tantos talentos desde pequeño o es algo que te gusta hacer? —me giré a ver a Dongsun ante la pregunta repentina.
—Si preguntas a mi parte egocéntrica te diré que nací con ellos pero si quieres la verdad te diré que lo hago por mero gusto—expliqué, Sun asintió apretando sus labios—Aunque todo se vuelve aburrido después de un tiempo, llega un momento en que no distingues si lo haces porque te gusta o porque te sientes obligado. Ahí viene el conflicto—añadí causando que Dongsun alzara sus cejas.
—¿Y si no te gusta porque no dejas de hacerlo?—soltó con un tonto confundido.
—Porque ya comencé, sería desperdiciar todo el tiempo invertido y además me sentiría más arrepentido de no terminar algo que de terminar algo a fuerzas.
—Yah, entiendo—Dongsun se inclinó hacia adelante y llevó su mirada a la cancha—Yo no tengo a donde sostenerme, se que me gustan tomar fotografías o crear arte pero a veces esas principales causas de felicidad me deprimen al mismo tiempo—dijo apoyando dejando caer su cabeza en sus brazos que estaban apoyados en sus rodillas.
—¿Te gusta tomar fotografías? —pregunté curioso, Dongsun asintió varias veces un poco infantil—Se nota que te gusta el arte pero ¿qué es lo que te deprime de ello?
—Críticas, verás, no veo el mundo igual que el resto de las personas así que es difícil—apreté mis labios pensando en ello.
—¿Y que no es mejor así? Según la opinión de los demás el arte no tiene reglas, si quieres pintar una jirafa rosa puedes hacerlo o si quieres hacer un gato con tres colas lo haces—expliqué, Dongsun apretó sus labios y suspiró.
—Supongo que puede aplicarse—murmuró no muy convencida.
—¿No es tan sencillo cierto? —pregunté intuitivo, Dongsun alzó su cabeza y negó—Lo siento—suspiré.
Dongsun soltó una risilla y bajo sus piernas conservando su sonrisa discreta en su rostro.
—Te perdono si me dejas darte un abrazo.
—¿No te quieren en casa?
Dongsun suspiró.
—No—admitió, rodé los ojos chasqueando la lengua—¿Ayudaras a una pobre alma en desgracia?
—Espero que estés consciente que no estoy correspondiendo a tus coqueteos, Sun—advertí dejándole acercarse.
—Sabes que no necesito coquetear para que caigas a mis pies, Jefe—comentó dejando su cabeza en mi hombro, reí sintiendo un remolino en la boca de mi estómago.