𝗕𝗟𝗨𝗘 | L. YANGYANG

11.

¿Quién era ese chico? Ni idea, el misterio seguía pero no me parecía tan importante como el hecho de que no me había podido deshacer de la sensación que me habían dejado los brazos de Sun ese día.

Me pregunté si estaba enfermo pero no estaba tan ciego para no darme cuenta de que definitivamente había algo en Dongsun que me ponía nervioso.

¿Me gustaba? La verdad es que no tengo la menor idea pero no iría negando que no me parecía una excelente compañía y por supuesto que me había vuelto fanático de la idea de que era una persona de confianza para ella.

Ah, ¿cómo se evitaban los sentimientos adolescentes? Les juro que si resultaba ser sólo una jugada de la pubertad en mi contra me iba a poner muy furioso.

Tenía tarea y aquí me veían ver el chat de Dongsun esperando tener una señal de vida sin que yo tuviera que ser quien le mandara un mensaje o me preguntara algo más que si tenía tarea o necesitaba algo.

YangYang está decepcionado.

Me levanté de la cama ajustando la capucha de mi hoodie y dejando mi teléfono en la cama para bajar a robar algunas de las galletas que la abuela había hecho en la mañana. Era un día nublado, aunque no habían señales de gotas de lluvia pero sí que la brisa era fresca y por tanto comer galletas sonaba extremadamente tentador.

Baje las escaleras encontrando al abuelo mirando el televisor junto a la abuela bastante entretenidos, un sentimiento cálido se instalaba en mi cuando los veía juntos, eran la cosa más tierna de este mundo y por algo no podía evitar sonreír cuando eso pasaba.

—¿Qué película es esa, abuelo? —pregunté llegando a la cocina para tomar el frasco de galletas.

—Oh, no tengo idea solo la encontré por ahí y tu abuela me está obligando a verla—respondió girando su cara hacia mi, solté una risa al oírlo y el hombre se ganó un golpe por parte de la abuela.

—Puedes poner otra cosa si quieres, no te sientas presionado—comento ella mirándolo mal.

Yo reí para llevarme una galleta, para entonces el timbre había sonado y me apresure a ver quien era antes de que cualquiera de los dos se levantará para evitar irrumpir su hora de descanso. Abrí la puerta un poco para asomarme a ver quién era pero en cuanto lo hice la duda saltó a mi cabeza.

—Hola, Jefe, ¿estaba ocupado?—Dongsun sonrió dejándome más confundido.

—¡Hola, bro!—Yukhei salió detrás de Dongsun saludando con esa típica sonrisa gigantesca suya

Los miré a los dos de manera consecutiva, los dos se quedaron esperando mi respuesta con muy buen humor mientras yo tocaba mi nuca tratando de resolver el laberinto de mi mente.

—Tu, ¿donde sabes donde vivo? Y tú ¿qué haces aquí? —señale a Dongsun y Yukhei respectivamente abriendo más la puerta de casa.

Recibí un ladrido como contestación.