Capítulo 1: El chino de la boti.

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Jimin POV

Mi abuelita estaba mal.

Había tenido un pequeño accidente y se quebró la cadera, gracias al cielo estaba fuera de peligro, pero obviamente no podía caminar po, moverse o hacer alguna actividad que conlleve movimiento, igual fomeque. Alguien debía cuidarla y ese alguien era yo... su nieto favorito, Jimin.

Tendría que cambiarme a vivir con ella a una población que no voy mucho la verdad, allá en La Pintana, pero miren yo no soy cuico ni nada po, vivo en Ñuñoa alto no más, sí, soy ñuñino ¿y qué? Uso shores con calzas ¿y qué? Soy vegano ¿y qué? Ando en mi bici, que le digo flaca ¿y? Ah ya, pero irme a un barrio repleto de flaiterio, más que nada me daba miedo ya saben por los asaltos y esas cosas. Pero pucha... tocó no má po mi gente, todo por mi abueli.

***

Después del liceo mi mamá me pasó a buscar, tenía las maletas hechas desde hace varios días atrás para irme donde mi aweli apenas saliera de clases, no queríamos hacerla esperar más y las enfermeras asignadas solo la visitarían una vez por semana, así que Jimincito su salvador va en camino.

Al llegar, pasamos por toda una avenida súper cuma la verdad, se podía apreciar a niños jugando en la calle, viejos cochinos fumando pasta base afuera de sus casas, fogatas en la vereda mientras los pasteros tomaban vino en caja, transacciones de droga por aquí por allá. ¿Qué onda mi abuela? ¿Por qué vive en un lado tan peligroso? Me dio mucho cuco andar aquí, más encima miraban el auto como hambrientos, ya veían que nos robaban, pero gente... seremos vecinos, no me hagan daño, en unos días me estaré pegando puntazos con ustedes en el poto de una mina, en la esquina, jiji.

***

Entré a la casa con mis cosas y las acomodé en la pieza que mi abue me asignó. Estaba súper feliz de verme ella, así que para hacerle compañía nos pusimos a jugar dominó, cosas de gente mayor, ustedes saben, parecía que estaba en el Litoral jugando estas weás, mientras veía la teleserie de la tarde que ni idea cuál sería, era más que nada para crear ruido.

- Oiga, mi niño ¿Por qué no se va a comprarse un vinito y unos cigarros a la boti de al lado? - pidió.

- ¿Qué? Abuela estái enferma ¿Qué ondi? - pregunté medio riéndome, que chucha, la acaban de operar y ya quiere tomar, ya veo de dónde salí curao a lo maldito.

- Anda no más, Jimin. - me dio golpecitos en el hombro para que me pusiera de pie. - dile al chino que me lo ponga a mi cuenta.

- ¿Qué chino?

- El que atiende la boti, él me conoce, así que anda no más, te espero.

Asentí y fui no más po.

Mi abuela no me pasó ni plata, supongo que de verdad ese chino la conoce, a lo mejor tiene hasta su cuenta propia en la botillería, si yo sabía que era buena pa tomar, pero no pensé que tanto, igual bacán, así puedo ir a pedirle fiao unos cigarros sueltos.

Tomé las llaves y salí. La boti de verdad quedaba en la casa de al lado, en toda la esquina, así que literal caminé sus veinte pasos y llegué.

No había fila, ni nada, solo un pelirrojo parado en una silla ordenando los copetes de más arriba, ya veía se sacaba la chucha, se tambaleaba de repente y gritaba "¡Estoy bien!" Si hermano, cuando te vayai de hocico al suelo vai a decir lo mismo.

Mientras me reía intentado que no se notara, salió desde dentro un mino. PERO MINO. Se acercó al mesón un wachito rico PERO RICO, pelito rubio plantinado llegando al blanco, andaba con una bandana negra que le tapaba la frente, una polera de básquet, de los Chicago Bulls pa ser exacto y cualquier anillos en las manos, me quedé pegado en sus manos porque eran súper venosas y se me vino a la mente la escena de él ahorcándome, KIE, ná bromis. Es que era muy rico, perdón.

El mino de la boti {Yoonmin Chileno} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora