Iluminados por los primeros rayos de luz, Noah y Phil entraron violentamente a la estación de policías cargando el cuerpo inconsciente de Dave. Justo detrás de ellos llegó Kim, quien no había parado llorar desde que su hermano había sido atacado.
—¡Despeja el escritorio! —ordenó Phil, cargándose todo el peso del muchacho encima.
Noah sencillamente barrió con sus manos todos los elementos que se encontraban sobre el mueble. Un monitor produjo un horrible estallido al caer y romperse, pero no prestaron atención a ello, en su lugar se dedicaron a colocar a Dave sobre el escritorio.
—Kim, necesito que me escuches —dijo el Sheriff, pero al notar que la muchacha seguía en shock se apresuró a tomarla de los hombros para devolverla a la realidad— ¡Kim! En el almacén trasero hay kits de primeros auxilios, necesito que vayas a buscarlos, ¿está bien?
Kim dirigió una mirada a su moribundo hermano y luego otra al Sheriff, que no le había despegado la mirada de encima aún e hizo lo imposible por recomponerse un poco y asentir con la cabeza.
Phil siguió a la más joven de los Veder con la mirada hasta que la perdió de vista y luego procedió a tomar del brazo a Noah, acercándolo lo suficiente para poder hablar sin ser escuchados.
—Dime la verdad... ¿él va a convertirse en uno de ellos?
Noah tardó un poco un procesar la pregunta, realmente era lo último en lo que estaba pensando, pero le agradó tener una respuesta clara para el Sheriff.
—No, para contagiarse debe entrar en contacto con sangre o saliva infectada —respondió el licántropo de inmediato y Phil pareció aliviado—. Pero, Phil, él no va a lograrlo... y nosotros tampoco si no pensamos en algo de inmediato.
—Lo sé, lo sé... mierda, créeme que lo sé —dijo el Sheriff, apoyándose con cansancio contra la pared de la estación, como solía hacer antaño luego de un día particularmente agotador— ¿Cuántos de ellos crees que quedan?
—Conté cinco, bueno... cuatro, considerando lo que le hiciste a Mary.
—¿Esa es la que...?
—La compañera de Marko, han estado juntos por años —completó Noah—. Él no va a estar contento con esto, Phil, se va a encargar de que suframos por lo que le hicimos a ella. Esta noche volverán, y no tendrán piedad.
En ese mismo instante Kim volvió a la habitación con dos kits de emergencia en sus manos y una mochila en su espalda en la que había cargado todo tipo de insumos médicos que de inmediato dispuso sobre la mesa.
Noah y Phil compartieron una última mirada de complicidad antes de acercarse a la mesa donde Dave reposaba, sabiendo que el reloj corría, y que aquel era probablemente su último día en la tierra.
Mientras tanto, en algún lugar de los bosques que rodeaban Kingville, lo último de aquel grupo de Lupus tenebris se encontraba reunido en su campamento. La noche había causado muchas pérdidas, habían subestimado a sus oponentes, y habían pagado un precio caro. Sin embargo, a Marko solo le importaba una pérdida, y la estaba mirando con tristeza en silencio, ignorando las quejas de sus compañeros.
Mary aún dormía luego de haber recibido el disparo con la cura. Su cuerpo se veía más frágil que nunca, a Marko cada vez le costaba más reconocer a aquella mujer de la que se había enamorado en un primer momento. Poco a poco, iba perdiendo todo rastro de alguna vez haber sido una peligrosa mujer lobo, una depredadora de la noche, una cazadora despiadada. Allí solo quedaba debilidad, y él no toleraba verla así.
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El tiempo de las bestias
HorrorKingville es un pueblo tranquilo, donde nunca nada ocurre y la gente se conoce bien las caras. Sin embargo, todo esto cambiará de la noche a la mañana, cuando uno oleada de muerte y destrucción azote al poblado, y tiña el verde de los bosques con ro...