Sueños de Papel

Nuestra Historia

Era su primer día en High School. Elizabet estaba sentada tranquila en su silla esperando que comenzara su primera clase en ese nivel de enseñanza. Cuando recordó que tal vez ya habían actualizado su historia favorita de Wattpad. No había llegado ningún profesor todavía, así que podía revisar un momento.

Sí, ella era lectora empedernida. De esas que si encuentran una novela que les toque el corazón, pueden estar a las tres de la madrugada con el celular en las manos leyendo. Luego de confirmar que no había ningún capítulo nuevo se puso a buscar a ver qué otra lectura podía interesarle, cuando siente que alguien le habla.

—Perdona, ¿este asiento está ocupado? —le dice un chico mientras señala la silla que se encontraba justo al lado de ella.

Era un chico bajito, un poco delgado y ojeroso. Tenía el cabello castaño, bastante largo. Le había hablado casi susurrando, como si le diera pena. Se podía percibir que era tímido.

—No no, si casi acabamos de entrar —le contestó ella—. Puedes tomar el asiento que quieras.

Él asintió y se quedó por un momento mirando de reojo el celular de ella, luego se giró y tomó ese asiento. La expresión de su rostro era un poco tensa, como si quisiera decirle algo pero no se atrevía. Puso sus manos sobre la mesa, su mirada iba hacia adelante, por instantes miraba a la chica, pero en cuestión de milisegundos ponía su vista en otro sitio. Hasta que por fin se dirigió a ella y le habló.

—¿Eso es Wattpad verdad? —le preguntó él, señalando con la vista el celular de ella.

—Sí, es Wattpad, es que me gusta mucho leer.

—A mí me encanta leer —le dijo él mientras sonreía, hasta los ojos se le iluminaron, amaba encontrar gente con la que compartir su pasión por la lectura—. De hecho hasta escribo, tengo en Wattpad dos libros de poesía y cuatro historias.

—¿En serio has escrito todo eso? —preguntó ella un poco sorprendida—. Vaya, no son muchos los chicos a los que les gusta tanto leer y escribir, dime cuál es tu nombre de usuario para ver lo que has hecho.

—Mi nombre allí es Potter896 —murmuró él, un poco apenado—. Pero tampoco esperes que sea tan bueno lo que hago.

—Bueno, ya veré si me gusta —puso sus ojos en él y pensó que seguramente ese no era el típico chico que una se encuentra por ahí—. Por cierto, ¿por qué lo de Potter en el nombre? ¿Eres fan?

—Sí, mucho —le respondió él mientras se sonrojaba y jugaba de forma nerviosa con un lapicero entre sus dedos.

Ese día por la noche después de leer un rato ella recordó ir al perfil de ese chico escritor que había conocido. No tenía ni idea de cómo ese simple hecho iba a cambiar su vida para siempre.

No podía parar de leerlo, simplemente no podía. Leyó los primeros capítulos de cada historia para ver cual era la que más le gustaba, pero le pareció que iban a ser sus cuatro historias preferidas por el resto de su vida. No sabía cuál seguir leyendo, no podía decidir. Hasta la poesía la encandiló, a pesar de que nunca le había llamado la atención ese género, pero ese muchacho escribía de una forma que a ella le tocaba el alma.

¿Quién le iba a decir que ese chico se volvería su escritor favorito a partir de ese día? Y mucho más que su escritor favorito, terminó siendo el amor de su vida.

—Abuela, ¿así fue como se enamoraron tú y el abuelo verdad? —me pregunta mi nieta poniendo una sonrisa pícara.

—Sí, esa es nuestra historia, ¿bonita verdad?