INTRODUCCIÓN

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Kirishima no tenía claro desde cuándo le sucedía, pero cada vez era más obvio: no podía apartar sus ojos de Bakugou

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Kirishima no tenía claro desde cuándo le sucedía, pero cada vez era más obvio: no podía apartar sus ojos de Bakugou. Si se paraba a pensar, tal vez todo comenzó el día en el que discutieron con los de la clase B. Al principio él mismo pensó que su actitud prepotente solo conseguía que todos los odiaran pero; al observar su mirada de determinación y escuchar esas palabras que aún resuenan en su cabeza, su corazón latió con mucha más fuerza de la habitual. "No me importa lo que piensen mientras llegue a la cima"; palabras que podían parecer algo narcisistas pero que solo demostraban que se esforzaba por llegar a su objetivo. Sí, quería ser el número uno, ¿y quién no? Además no es algo que pretendiera hacer solo con talento natural, a pesar de lo que el resto pudiera pensar. Sí, su quirk era increíble y era un chico muy inteligente, pero entrenaba y estudiaba duro, eso lo sabía bien.

Desde el momento en el que su corazón se agitó esa primera vez, Kirishima solo podía pensar "cool" cada vez que veía a Bakugou. En un primer momento lo asoció a admiración y amistad, ¿qué otra cosa iba a ser? No obstante, el sentimiento era cada vez más intenso, y el hecho de que parecía ser el único al que ese chico tan irascible podía soportar sólo lo fortalecía. A pesar de sus muchas salidas de tono y estallidos contra Todoroki y Midoriya con él siempre era amable a su manera, y eso le hacía sentirse especial. Aunque su cabeza no le permitía aceptar una razón fuera del orgullo de ser aceptado como el mejor amigo del "estudiante número uno de la UA".

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Pese a que Kirishima ignoraba la naturaleza de sus propios sentimientos, Mina tenía muy claro cuáles eran

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Pese a que Kirishima ignoraba la naturaleza de sus propios sentimientos, Mina tenía muy claro cuáles eran. Era bastante obvio por cómo sus ojos lo seguían a donde quiera que fuera e hiciera lo que hiciera. ¿Por qué se había dado cuenta ella? Porque le sucedía lo mismo con el chico pelirrojo. Era amable, divertido y trataba bien a todo el mudo. Además su atractivo físico era innegable: ese cabello cepillado en punta del mismo tono rojizo que el de sus ojos y esos abdominales tan claramente visibles con su traje de héroe le hacían perder la cabeza. Su quirk era impresionante, así como la resistencia de su cuerpo cuando lo activaba y su habilidad para utilizarlo tanto en la ofensiva como en la defensa. Le gustaba, le gustaba muchísimo, no podía evitarlo. Ella misma no podía dejar de mirarlo, por eso le fue tan fácil detectar que los ojos de Kirishima solo perseguían a Bakugou. Eso le daba muchísimo coraje y le dolía enormemente; ya que no sentía que pudiera superarlo y ocupar su lugar en el corazón de Kirishima. Sabiéndolo, no se sentía con fuerzas para confesar sus sentimientos. Tal vez si solo pudiera hacer que fuera un poco más consciente de ella... Si consiguiera que le prestara algo más de atención quizás acabaría gustándole y podría tener alguna oportunidad.

Todos estos pensamientos atosigaban a menudo la cabeza de Mina. Por suerte podía desahogarse con su amiga Momo, quien la distraía y la hacía reír. Además, a pesar de la gran diferencia económica y social, ella nunca le había hecho sentir de menos. También se llevaba muy bien con Kaminari. Aunque estaba un poco loco y su amistad con Mineta conseguía sacarla de quicio a menudo, no podía negar el hecho de que se divertían juntos.

No obstante, no podía contarle a él nada sobre su enamoramiento no correspondido. Al fin y al cabo, era un bocazas y se llevaba muy bien con Bakugou y Kirishima: se le acabaría escapando algo seguro.

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La tercera parte de este triángulo amoroso sólo conocido por uno de sus componentes, ni siquiera imaginaba que pudiera estar involucrado en algo relacionado con ese tipo de sentimientos

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La tercera parte de este triángulo amoroso sólo conocido por uno de sus componentes, ni siquiera imaginaba que pudiera estar involucrado en algo relacionado con ese tipo de sentimientos. Lo único que ocupaba la mente de Bakugou era prepararse a fondo para llegar a ser el número uno. No podía dejar que ese bastardo mitad-mitad y el estúpido de Deku lo superaran, sobre todo este último. Haciéndose el inocente durante años, creyéndose superior al verlo como alguien débil, mintiéndole, copiando sus movimientos... No iba a permitirlo. Todo lo demás le importaba una mierda.

Aunque no olvidaba su único objetivo, era cierto que había conocido a gente interesante. En la UA había personas mucho más fuertes de lo que podría haber imaginado en un principio, tanto alumnos como profesores. Por no hablar de los villanos: a pesar de que la mayoría daban pena, algunos se habían convertido en un gran quebradero de cabeza; algún día mataría a todos esos cobardes.

De toda esa multitud de nuevos conocidos, la persona con la que mejor relación había entablado era con ese chico del peinado estúpido, ese pelo-pincho llamado Kirishima. Al contrario que el resto de la clase, no lo miraba con miedo y siempre era simpático con él a pesar de sus contestaciones. Debido a las veces que lo había encontrado observándolo mientras entrenaba, era bastante fácil averiguar que lo admiraba, por eso le ayudó a estudiar para los exámenes. Bueno, por eso y porque no podía dejar que se juntara con basura como Deku, acabarían "contaminándolo" y no quería que lo cambiaran. Ese chico al que le brillaban los ojos al verlo era "suyo", esa admiración sólo podía ser para él.

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