El día de la cena, los chicos se habían ido a sus respectivas casas llevados por Gerard. Ese día Frank se encontró con su madre viendo el televisor por lo que el simplemente la acompañó, mientras que Ray llego a su pequeño departamento que fue comprado con el dinero de la herencia de sus fallecidos padres.
Frank siempre había sido un chico que no se tomaba en serio las cosas; ni trabajos, escuela o sus relaciones. Se le conocía por ser bastante rebelde y muy coqueto con cualquier chica que se le atravesara y como es bastante atractivo, ellas acababan cediendo. Empezó a fumar y a beber desde temprana edad y eso, durante un tiempo le había traído problemas con su madre... Aunque eso ya había pasado, Frank no parecía querer madurar. No tuvo una infancia fácil, pues su padre los abandonó cuando él era muy pequeño, aunque lo suficiente como para recordarlo. Frank era muy desapegado a cualquier cosa o persona, excepto a su madre y a sus amigos.
Por otra parte, Ray había tenido una vida bastante buena y llena de atención y cualquier cosa que pidiera... Así había sido hasta sus 16 años, edad en la que sus padres murieron en un accidente de tráfico. Ray entonces tuvo que dejar su casa durante unos años, vivió en casa de sus tios más cercanos. Había sido hijo único y solo tenía de compañía a sus primos. Cuando Ray cumplió 18 años, se le pudo entregar su herencia y su situación de vida lo había moldeado en alguien responsable y cuidadoso con el dinero. Desde los 19, Ray comenzó a vivir solo y sin el lujo con el que llegó a vivir, decidió vivir cerca de lo que le quedaba de familia.
Pasaron cuatro días desde la cena que habían tenido en casa de las chicas y ya era viernes; los padres ya se habían ido.
Ya las chicas habían terminado su semana laboral y era tiempo de relajarse. Eran jóvenes pero aún así se tomaban sus trabajos en serio. Hannah trabajaba en un café ubicado en el centro de la ciudad y Melina, era asistente de un salón de belleza.
Habían planeado reunirse con Mikey ese día por la tarde para saber que iba a ser de ellas durante este tiempo que no estarían sus padres.
Entonces este era el plan: Las chicas terminarían su jornada del día y Mikey pasaría por Melina para ir al lugar donde trabajaba Hannah y tomar algo ahí, mientras conversaban. Pero todo cambió.
Al salir Melina de su trabajo, lo primero que divisó fue a Frank sentado en el asiento del copiloto. Y en seguida se subió a la parte de atras, mientras azotaba la puerta para demostrar su descontento. Aunque después se sintió mal porque era el auto de Mikey, pero se lo merecía por dejar que ese enano se subiera.
Mikey sonreía mientras seguía conduciendo y Frank no pudo evitar reír también, le parecía demasiado caliente y como un reto ver el rechazo que Melina le tenía.
-Melina. - Dijo Frank en tono suave y con una sonrisa de victoria en sus labios -Hola, preciosa.
-No. - Contestó la de pelo negro, quien tomó su celular para enviarle unos mensajes a su hermana.
El transcurso del viaje fue silencioso para Melina, quien solo quería escapar, pero en cambio, Mikey y Frank iban charlando amistosamente sobre música y cosas en común.
...
-¿Así que están solas? .-Preguntó Frank mientras bebía un café helado hecho por Hannah.
-Si... nuestros papás fueron a un viaje de trabajos .-Respondió la rubia- Y Mikey se quedará con nosotras así que...
-¿Y si hacen una fiesta? .-Volvió a preguntar el enano con entusiasmo pues sería una buena oportunidad de acercarse aun más a Melina.
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Zombie Attack|| My Chemical Romance||
Fiction généraleLas hermanastras Hannah Olson y Melina Smith eran hijas responsables, gozaban de una vida vida tranquila y con privilegios. Sus padres eran reconocidos científicos. Los hermanos Gerard y Mikey Way, siempre se encontraban compitiendo entre sí. Tenían...