Capítulo 17🌹: El último baile

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Miré a Julio, tan inocente y disfrutando del banquete. Comencé a sentir un miedo que me heló la sangre. Recordé lo vulnerables que éramos  y temí por la vida de mi hermanito.

<< debes ser una depredadora si quienes proteger  a quienes amas >>

¿Jhon realmente me amaba?

¿Sería un depredador por mí, o por alguien más?

La confesión del Rey parecía algo premeditado por los dos, padre e hijo.

¿Por qué no supe nada hasta ese momento?

Si Jhon realmente insistía en que debíamos estar unidos y que tenía que confiar en él. ¿Por qué siempre me ocultaba cosas?

Observé a Jhon, estaba bebiendo vino y hablando algo con uno de sus hombres. Yo me había quedado en la mesa, esperando a que Julio terminara de cenar. Tenía un sentimiento extraño, como si estuviera todo el tiempo participando en una especie de juego en la que solamente era un peón más.

Temiendo que bajar mis defensas fuera un error letal.

El banquete terminó, dando paso al baile en celebración a nuestra boda. Subí a mis antiguos aposentos, porque a partir de esa noche compartiría uno con Jhon, y realicé un cambio de vestido. Era uno mucho más cómodo, de color crema y que dejaba los hombros descubiertos.

Rose acomodaba mi cabello, peinándolo hacia atrás de una forma elegante. Cada hora que pasaba lograba generarme más anciedad, ya que estaba más cerca a compartir mi primera noche con Jhonatan. Debatía una y otra vez, tratando de identificarme, de comprender todo lo que me rodeaba sin dejarme influenciar por mis sentimientos.

—¿Quiere un poco de agua? —preguntó Rose. Noté que mis manos temblaban, al parecer ella también.

—No, gracias Rose, pero mejor bajo de una vez por todas.

Ya no quedaban rastros de mis pertenencias en ese lugar, pero aun así miré con tristeza lo que había sido mi propio espacio, donde en tan pocos días había forjado recuerdos inolvidables... buenos y malos. Había perdido la poca libertad que tenía en el palacio.

Bajé mientras sostenía las mangas de mi vestido. Jhon estaba conversando con Mortis Di Laurent y otros jóvenes de la corte, observaba la manera en que sonreía... era  tan apuesto, pero esa sonrisa demostraba una alegría que era incapaz de comprender.

Siempre tenía  un grupo de damas al acecho, conversando y mirándolo desde la distancia. Eso comenzaba a incomodarme.

—¿Me permite?—Hellen Brown indicaba uno de los asientos próximos a mí. Me agradaba a pesar de que no hemos platicado demasiado. Era como una versión más joven de su madre, rubia y de ojos azules.

—¡Por supuesto!

Sonrió y se sentó a mi lado. Miré a los alrededores para ver si lograba ver  a Silvia. Me preocupaba un poco la reacción de la reina ante la proclama del rey.

—Felicidades, Señora Brown —dijo Hellen y puso sus manos en la cara, cuando no andaba con las arpías de sus primas parecía una niña dulce—. Ahora somos oficialmente familia.

Jhon comenzó a reír a carcajadas, sobresaliendo dentro del grupo donde estaba y llamando nuestra atención.

Hellen suspiró y luego sonrió.

—Nunca antes lo había visto así de feliz —dijo y luego me observó.

Realmente yo tampoco.

No respondí el comentario de Hellen, no sabía que decirle.

La corona de la esclava ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora