Sostuve la mano de Nora, tal vez solo era mi imaginación, pero vi sus ojos parpadear al sentir mi contacto. Estaba temblorosa y fría. Lucía irreconocible, su aspecto impresionaba de la manera más horrible posible.
—Estoy aquí. —Pasé mi mano delicadamente por su cabellera rizada—. te protegeré hermana.
Dejé caer mi frente en su frío abdomen, los recuerdos de los momentos que pasamos juntas me estaban torturando casi por igual que la decepción que sentía por Jhonatan.
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"Hace siete años"Sostuve a Julio lo más firme que podía, para ser un bebé de menos de un año pesaba más de lo que imaginaba. Estábamos frente al rey Theodor y había pasado tan solo tres días desde el incendio que destruyó mi familia.
—¿Murieron? —preguntó el Rey a su consejero mientras me observaba con escrutinio—. ¿Solo quedaron los niños? —agregó con indiferencia mientras servía otra copa de vino.Quería decirle que estaba cansada, el viaje de varios días me dejó exhausta... pero no me atrevía a hablar más de lo necesario.
—Sí, su majestad, —Podía ver la compasión en los ojos del viejo consejero—, solo quedan ellos dos de la familia Capri.
Abracé a Julio contra mi pecho, no quería llorar frente a tantas personas que parecían estar ajenas a mi dolor.
—¿Y las despensas? —preguntó el rey mientras terminaba de beber todo el contenido de su tercera copa de vino.
—Fueron destruidas también —agregó el consejero.
—Sobre ese tema señor... —me atreví a hablar por primera vez en toda la reunión. El rey Theodor me observó con indiferencia, al igual que la mayoría de sus consejeros—. He venido a hablar de esto—. Extendí la carta que recibí minutos después de que llegara a la capital, en la que me dejaban bien claro que era la heredera de una enorme deuda... lo que no entendí porque mi padre era uno de los mayores productores de vino de los nueve reinos, sin mencionar la herencia familiar que nos brindaba el apellido de mi padre.
El rey tomó la carta, pero su rostro no reflejaba sorpresa alguna. Entonces el silencio abrumador del salón fue interrumpido por el llanto de mi hermano. El rey rascó sus ojos con pereza al ver que no lograba calmar a Julio, lo mecía entre mis manos, pero él no estaba acostumbrado a mis brazos.
—Julio, cálmate —susurré a sus oídos, pero me devolvió el gesto con una cachetada y más llanto.
No sabía cómo calmarlo, para eso teníamos a las damas.
—Mammmmmá —Mis piernas se aflojaron las piernas al escucharlo hablar. Era la única palabra que decía y dolía saber que nunca más la veríamos—. Maaa...—lloró más fuerte mientras se retorcía entre mis brazos para que lo dejara.
<<Yo también la extraño>>
—Julio... para —le di besos y lo mecí más fuerte—. Para por favor—. Escuché como mi voz se rompió.
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La corona de la esclava ®
FantasyMi nombre es Verónica Capri y soy la hija de uno de los duques de la corte de Sora. De niña tuve la mejor y más cara vida hasta que mis padres murieron en un incendio. No solo me dejaron a cargo de mi pequeño hermano, también descubrí que teníamos...