~ Comprando Amor ~

7.- La pareja perfecta

La semana había pasado casi como un abrir y cerrar de ojos

Elizabeth había aceptado ir conmigo a la fiesta, estaba muy nervioso, ya que ahora estaba de pie frente al espejo de mi habitación, veía que mi traje estuviera perfecto.

Acomodé mi corbata, y mis cabellos rubios rebeldes, está vez si tuve que peinarlos bien.

Me sentía como un adolescente en su primera cita.

Era la primera vez que saldría en el evento con alguien, siempre iba solo, pero está vez es diferente.

Compré un detalle para Elizabeth, prometí ir por ella a su casa.

Salí de mi habitación y camine por las escaleras hasta llegar a la sala principal.

-¡Luces tan apuesto!-

Las palabras de mi madre me hicieron sentirme más nervioso.

Le agradeci, y le mencioné que iría por Elizabeth primero y después los alcanzaría en la fiesta.

Mi madre asintió feliz y salí de mi hogar.

Subí a mi coche y puse marcha hacia la casa de los Liones

No demore en llegar.

Mientras bajaba del carro, respiraba hondo y profundo, intentando calmarme, cada paso que daba me acercaba a la puerta de su casa.

Llegue y toque el timbre.

No demoraron en abrir.

-Buenas noches joven Barbrow-

Una señora bella y elegante había abierto la puerta, sabía quién era.

-Buenas noches señora Liones, ¿Cómo está? ¿Elizabeth ya está lista?-

Ella me hizo pasar y platicó unos minutos conmigo mientras Elizabeth bajaba.

En cuanto escuché el ruido de sus pisadas mire hacia ella.

Estaba cautivado.

Lucia un vestido azul largo, con abertura en la pierna derecha, de tirantes y pedrería en la parte superior, sus pechos grandes se podían admirar a la perfección, sus cabellos largos plateados ahora eran rizados, se había hecho un peinado y dejaba caer delicadamente dos rizos a los lados.

Su maquillaje era ligero y elegante.

Su collar y aretes combinaban perfecto con todo el atuendo.

Espere a que estuviera frente a mi y le tome la mano delicadamente, la acerque a mis labios y deposité un suave beso sobre ésta

-Luces realmente hermosa y elegante.-

Se sonrojó tanto que su rostro había quedado muy colorado.

-Igual tu Meliodas.-

Me contestó tímidamente.

Le entregué la rosa que le había llevado sin soltar su mano.

Ella la tomó con la otra y la llevo directo a su nariz para olerla.

-Gracias.-

Era como si estuvieramos encerrados en una burbuja llena de armonía, me sentía tan bien a su lado.

Estaba muy emocionado de ir a la fiesta de la mano con ella.

-¿Nos vamos ya?-

Pregunté mientras ella rodeaba mi brazo con su suave mano