14.- Quien interfiere

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Desde aquella noche de amor Elizabeth y Meliodas se veían más enamorados que nunca.

Habían pasado algunas semanas desde aquella primera vez y
Melascula tenía que asistir a la empresa Barbrow para finalizar el proyecto que había iniciado con su padre, estaba llegando a la entrada principal de la empresa cuando vio salir a lo lejos a aquel par de tortolos de la oficina del rubio.

Pudo notar algo singular en Meliodas, lo conocia bien, y sabía que es sonrisa y ese brillo en los ojos era por algo.

Una gran rabia y sed de venganza le inundó completamente.

Sin embargo dejo pasarlo asistió a la junta con su padre y observo detalladamente a Elizabeth.

Ella se veía diferente también, lo sabía.

Ellos ya estaban teniendo relaciones, entonces era serio todo

Al terminar la reunión Elizabeth corrió a los brazos de Meliodas, se comportaban realmente empalagosos.

Había cambiado demasiado su relación y era obvio el porque.

Ambos estaban consumiendose en la pasión carnal.

Melascula la entendía, Meliodas era un gran amante y sabía cómo hacer venir a una mujer y dejarla completamente satisfecha.

Salió de la empresa mientras pensaba en que hacer en contra de ellos.

Por más que preguntaba a los familiares de Meliodas ninguno tenía nada en contra de la pareja.

Comenzó a frustrarse.

Recordó que tenia a Gelda de amiga en las redes sociales.

Entro a su perfil.

Y comenzó a buscar.

Nada, tampoco ella tenía nada en contra de ellos.

¿Acaso medio mundo los amaba?

Recordó a un primo que Meliodas tenía que no vivía en la ciudad.

Busco sus redes sociales y ahí estaba lo que buscaba

Una publicación donde el manifestaba que estaba enojado porque su abuelo le dejaría todo a Meliodas ya que era el que estaba en una relación.

Entonces comenzó a deducir.

Meliodas siempre le comentaba que su abuelo le exigía tener una novia para casarse y tener hijos.

Ella incluso le decía que podía usarla para eso, pero el nunca quiso.

-¿Estás comprando amor no Meliodas? Justo lo que necesitaba-

Una sonrisa malévola se le formó en su rostro.

Ahora tenía algo con que darle que pensar a Elizabeth.

Y con lo frágil y sensible que era ella seguramente caería.

Se fue a la cama dispuesta a iniciar al día siguiente con su plan.




Al día siguiente se levantó como acostumbraba.

Se vistió ligeramente con jeans y una playera sencilla morada.

Se dejó el cabello suelto, se maquillo ligeramente y salió a la calle

Caminaba sin rumbo

Pero parecía que el destino estaba de su lado.

Elizabeth estaba ahí cerca de ella, en la puerta de una librería.

Sonrió.

Se acercó a ella.

-¿Buscar algún libro de como ser la novia perfecta comprada?-

Elizabeth alzó su mirada hacia Melascula apenas escucho su voz.

Arqueó su ceja de desconcierto sin mencionar palabra alguna

-¿No sabías que el abuelo de Meliodas le había puesto esa condición para que el herede toda su fortuna? Buscarse una novia bonita, de su clase social, manejable, un amor comprado más bien. -

Elizabeth solo la miraba inmóvil, no entendía porque ella decía esas mentiras tan crueles.

Melascula sonrió.

-Meliodas solo está asegurando su futuro tranquila, están haciendo un excelente papel para toda la sociedad. Hasta yo misma casi me creo que el te quiere de verdad.-

El tono de voz de Melascula le hería más que cualquier cosa.

Miro hacia abajo sin saber que contestar.

Nego con la cabeza y su mirada celeste se clavo fijamente en la oscura de la chica.

-Mientes, Meliodas de verdad me quiere, solo buscas una excusa para que pelee con el, pero la realidad es que tú estás celosa de nuestro amor, el nunca te tomo en serio y eso es lo que no puedes soportar.-

Era como si un cuchillo atravesara a Melascula, no pudo aguantarse mas y le dió una bofetada fuerte en el rostro de la chica peliplata

Elizabeth se enojo aún mas y le regreso la cachetada.

-¡No vuelvas a tocarme!-

Melascula quiso volver a pegarle pero Elizabeth ya estaba alejándose de ella.

Mientras tocaba su mejilla roja sonrió, al menos la había hecho enojar y la duda estaba ahí en su mente ya.

Elizabeth llegó a la oficina de Meliodas tan pronto llegó a la empresa, entro rápido y aventó su maletín al sofá.

Meliodas la miro confundido se puso de pie de su silla y se acercó a ella.

-¿Que sucede Elizabeth?-

Quitó su mano de la mejilla y le mostró el enrojecimiento de su rostro.

-¿Quien te hizo eso?-

Preguntó con cierto enfado.

-Melascula Faith-

Contestó Elizabeth sin dudar.

-¡¿Que!?-

Respondió sorprendido

-Meliodas dime algo, ¿Porque ella está tan enojada por nuestra relación? ¿Seguro que solo fue algo pasajero? ¿Porque ella dice que estás comprando mi amor?-


Suspiro enojado, Melascula había logrado clavar esa duda en Elizabeth.


~ Comprando Amor ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora