11.- ¡Discusión!

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Esa chica llamada Melascula Faith era una completa descarada.

Era notorio que gustaba de Meliodas.

Y que se conocían por supuesto.

Me pregunto

¿Cuánto tiempo que se conocen?

En cuanto ella se fue de la empresa tuve una pequeña discusión con Meliodas.

El parecía estar encantado con la presencia de aquella chica y yo ardía de celos y coraje.

Intentó calmarme pero nada consiguió.

El resto del día me la pasé molesta y muy incómoda por lo que había pasado con ellos.

Era la primera vez que me sentía de esa manera.

El día por fin terminaba, como acostumbraba, acomode mis papeles en el maletín y salí de la sala

Caminaba hacia el elevador cuando sujeto suavemente mi mano.

Lo mire aún enfadada.

Pero no intente soltarme de su agarre.

Bajamos así hasta su carro, me abrió la puerta y yo entré, cerró apenas me senté y dio vuelta hacia el asiento del volante.

Sin decir nada prendió el carro y puso marcha.

No demoramos en llegar a mi casa, no mencioné palabra alguna en todo el camino.

Pero antes de que entrara me detuvo.

-¿Seguirás molesta?-

-Solo hasta que me digas ¿Quien esa ella y porque se llevan así? ¿Crees que no me di cuenta que la manera en que sostenía hacia que tocará con sus pechos? Parecías estar muy cómodo con eso.-

El tono de mi voz habia cambiado.

No me había dado cuenta hasta que vi el rostro de Meliodas confundido.



*Meliodas*

Elizabeth había estado molesta la mayor parte del día, sabía porque.

Incluso en todo el camino hacia su casa no mencionó palabra alguna

La vi caminar hacia la puerta de su hogar dispuesta a entrar ya.

Pero no quería dejar las cosas así, tome valor y le pregunté

-¿Seguirás molesta?-

El tono con el que me contestó no solo me indicaban que estaba molesta, sino también celosa.

Era la primera vez que veía esa faceta de Elizabeth y sinceramente me dio miedo

Su rostro siempre alegre y angelical se tornó distinto, sus cejas fruncidas indicaban enojo y mucha rabia

Sus brazos cruzados debajo de sus pechos y sus piernas en posición de pelea era algo que definitivamente no quería volver a ver.

Elizabeth era como un ángel, brillando siempre, llena de paz, amabilidad, calidez.

Pero justo en ese momento no veía absolutamente nada de eso.

Solo coraje, rabia y muchos celos.

Rasque mi cabeza muy confundido y entonces ella comenzó a calmarse.

Pude ver su rostro como se relajaba, sus brazos los dejó caer, y sus piernas incluso temblaron.

Bajo su mirada y con sus manos oculto su rostro.

Escuché unos sollozos provenir de ella.

Estaba llorando.

Sin decir nada la abraze e intenté calmarla.

Ella se dejó consolar.

Reaccionó a los segundos y con los ojos cristalinos me miró.

-Nose porque reaccione así, recién me doy cuenta, todo el día estuve así, molesta afligida. No entiendo.
Meliodas dime ¿Que es lo que estoy sintiendo?-

Quise reírme de la manera tan tierna e ingenua que preguntaba, pero podía ver qué era sincera, Elizabeth sentía por primera vez celos.

-Celos. Ocurre cuando vez a la persona que amas cerca de alguien mas..-

No me contestó nada, se quedó así en mis brazos inmóvil.

Yo tampoco moví ninguna parte de mi cuerpo.

A los pocos segundos me soltó un poco solo para mirarme a la cara.

-¿Esta bien sentir eso ? ¿Esa chica es alguien importante para ti?-

Acaricie tiernamente su mejilla izquierda y negué con la cabeza.

-No hay nadie más importante para mí que tú. Bueno y mi familia claro, Melascula es solo una vieja conocida, ella siempre ah sido así. Pero para que no vuelva a pasar está situación hablaré con ella y le pediré que no vuelva a acercarse tanto así a mi. ¿Te parece bien?-

Su cálida mirada volvió a ella y me sonrió.

Suspire alviado y la bese muy ansioso en sus dulces labios.

Ella correspondió mi beso.

Se despidió de mi y entro a su hogar.

~ Comprando Amor ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora