3.- No tan imposible

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Nuevamente estaba sorprendido de que aquella chica tan linda y joven sea dueña de aquel terreno tan grande, había visto el nombre del dueño pero nunca creí que fuera ella.

Nuestras manos se soltaron y le sonreí.

-Un placer conocerla señorita Liones, por favor tome asiento, en seguida comenzará la junta.
Deldry por favor ofrece café a todos los asistentes.-

La chica de cabellera castaña asintió mi orden, ella era empleada de mi padre se encargaba de ese piso en especial.

Mientras todos tomaban asiento yo colocaba en orden los papeles que contenían los datos pendientes que hablaríamos en la junta.

Mi concentración en las juntas era muy notable.

Mi padre llegó a la sala y me quedé de pie junto a el.

Presentó a Elizabeth con los demás y comenzó la junta.

Ella comento el porque era la nueva dueña, aquella propiedad era de su padre pero el murió en un accidente hacia algunos días atrás y le notificaron que ella sería la nueva dueña, ya que era diseñadora, era como un regalo que su padre le había dejado.

No sabía mucho acerca de negocios, aún estaba estudiando, aunque su graduación estaba a unas cuantas semanas.

Note como estaba realmente nerviosa pero entusiasmada.

También noté una gran tristeza en sus ojos, era normal debido a la muerte de su padre.

Al terminar la junta Elizabeth pidió ir a revisar la construcción.

-Voy hacia ahí justo ahora, puedo llevarla si gusta.-

Me ofrecí amablemente y ella aceptó.

En todo el camino intercambiamos algunas palabras nada más, como el que le parecía el que su padre la dejara a cargo de todos los negocios.

Ella tenía un tono de voz muy dulce que parecía más como una melodía.

Llegando al terreno donde construían, continuamos hablando de solo negocios.

Ella era muy seria respecto a eso, la miraba de lejos por momentos mientras ella estaba distraída.

En una de esas veces ella me miro también y me sonrió.

Me sonroje de inmediato y le devolví la sonrisa.

La tarde caía, y regresamos a la empresa.

Entro a mi oficina y continuamos hablando de detalles.

-Entonces, toda duda que tenga con usted lo aclaro. Joven Barbrow.-

Mencionó con una sonrisa aún en su rostro.

-Dime solo Meliodas, no hay necesidad de ser tan formal señorita Liones.-

Contesté tranquilo mientras tenía mis manos en el bolsillo de mi pantalón.

-Bueno si te llamo Meliodas llámame solo Elizabeth, no eres tan mayor que yo ¿Oh si?-

Me respondió tranquila con una leve sonrisa en su rostro.

-Tengo 24, cumpliré 25 en dos meses.-

Contesté rápido.

-Yo tengo 23, recién los cumplí dos días antes de la muerte de mi padre.-

Su mirada se tornó más triste, me sentí mal por ella.

Cambie la conversación rápido y ella volvió a su mirada normal.

Los siguientes días de la semana mantuvimos un trato de negocios, sin involucrarse en la vida personal de cada quien.

Ella mostraba una independencia absoluta y era muy responsable.

Llegó el día viernes por fin, contaba los minutos para poder salir ya de la empresa e irme a tomar unas cervezas con mis dos mejores amigos.

El reloj de la pared de mi oficina marco las 7 en punto, tome mi maletín y salí de la oficina.

Camine hasta el elevador, y baje hasta el estacionamiento.

Caminaba hasta mi automóvil cuando note que Elizabeth estaba de pie cerca de ahí.

La salude para despedirme de ella y ella me respondió moviendo su mano en señal de despedida.

Subí a mi auto y por el espejo mire como ella salía caminando de ahí.

Di vuelta y salí ya por fin.

Llegue a mi hogar, saludé a mi madre y a Zeldris y subí rápido a mi habitación.

Me cambié y llame a mis amigos.

-En el bar de siempre.-

Comenté apenas Ban contesto, y colgué rápido.

Subí a mi motocicleta y me dirigí rápido ahí.

Llegue y me senté en la barra.

Pedí la primera cerveza y tomé el primer sorbo.

¡Un sabor realmente delicioso!

Ban y Harlequin llegaron justo después de que terminaba de tomar mi primera cerveza

Pidieron lo suyo y comenzamos una plática amena.

La noche paso rápido, me sentí un poco mareado y decidí que era momento ya de irme.

Me sentía cansado, la semana había sido difícil.

Maneje rumbo a mi hogar.

Guarde mi motocicleta y entre a mi casa

No vi ni la hora, llegué a mi cuarto, me quite toda prenda y me acosté en mi cama, quedando profundamente dormido al instante



Al día siguiente me levanté tarde, no tenía pendiente alguno.

Me di un baño rápido y baje a comer algo.

El teléfono sonó y vi su nombre en la pantalla.

No quería lidiar con ella

Así que le colgué.

A los minutos nuevamente sonó, mire la pantalla y vi su nombre.

Contesté rápido.

-Hola, Buenas tardes, ¿Que se te ofrece Elizabeth?-

-Disculpa que te llame en sábado, pero tengo dudas respecto a los planos, me temo que no es el mismo que yo tengo.-

Respondió algo apenada.

-¡Es imposible! ¿Dónde se encuentra? Me puede dar la dirección y en unos minutos estaré ahi.-

Ella me mandó la dirección y me dispuse a ir lo más rápido que pude.

El lugar marcaba una casa algo grande.

Deje mi moto en la puerta y toque el timbre.

Elizabeth me abrió a los instantes.

Me hizo pasar, pude ver fotos de su padre alrededor. Era su casa

Me ofreció café, y lo acepte

Saco los planos y nos pusimos a trabajar.

~ Comprando Amor ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora