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Llegó el bendito sábado a la noche.
Me encontraba observando mi figura en el espejo, llevaba un vestido rojo, con algunas partes de encaje y un tajo bastante atrevido en la pierna derecha.

Yo había insistido ponerme algo que me tapara desde el cuello a los tobillos, pero Sam no me dejó. No me interesa seducir a nadie, solo iba a hacer mi trabajo y listo.
Pero insistió tanto que no pude decir que no, tiene el mismo carácter que su hermano.

A pesar de eso, pasamos una tarde muy divertida juntas, Sam es increíblemente dulce y me hizo reír mucho con sus ocurrencias.

Miré por pura intuición el reloj y vi que ya eran las 20 horas. Me miré por última vez en el espejo: el maquillaje, el peinado, el vestido y los zapatos... Todo estaba perfecto. Tomé la cartera y bajé dubitativa por la escalera de madera.

Thomas estaba de espalda, vestido con un traje negro que le quedaba increíble. Lo hacía lucir incluso mas espectacular si es que se podía.
Noté que no me escuchaba bajar porque estaba hablando por celular.

De pronto cortó, y por inercia volteó, encontrándose conmigo que estaba terminando de bajar los últimos escalones.

Se quedó duro observandome... Por un momento hasta me sentí sexy ante su mirada. Eso es lo que tenía el jefe... Te hacía sentir miles de cosas con solo mirarlo.

Recorrió mi cuerpo de arriba hacia abajo y luego volvió a mis ojos.

-Estoy lista- murmuré para romper el incómodo silencio.

-Estas hermosa- asintió- Vamos-

E intentando esconder mis mejillas coloradas caminamos hacia el auto. Me abrió la puerta y me acomodé con cuidado en el asiento del copiloto.

Condujo concentrado por unos instantes mientras yo estaba sumida en mis pensamientos...

Esperaba no  tener ningún accidente hoy ni ir presa... Me había dicho que que no eran ese tipo de negocios pero tampoco aclaró de que sí eran.
Estaba tan confundida... Actuó muy raro aquella vez que me propuso que lo acompañara. Digo propuso para ser generosa... Prácticamente me obligó.

-No estes nerviosa- me sacó de mis pensamientos cuando colocó su mano sobre mi muslo y mencionó esas palabras.

La piel se me erizó al instante y rogué que no lo notara.

-Me gustaría saber a donde vamos, o que tengo que hacer o decir...-

-No tienes que decir ni hacer nada, solo fingir que me quieres- rió e ignoró mi otra pregunta.

-¿Y si preguntan dónde nos conocimos?-

-En un bar-  respondió firme.

-¿Y hace cuánto salimos?-

-2 años- de nuevo firme.

-Eres bueno - reí

Me guiñó el ojo mientras hacía el cambio del auto.

-Por estar juntos 2 años no sé nada de tu vida- murmuré.

-No te preocupes, no nos van a interrogar-

-Eso espero...-

El viaje duró unos 15 minutos más hasta que llegamos a una enorme mansión. Tenía tres pisos, estaba iluminada por todas partes y la rodeaba un increíble jardín.
Todo eso me puso más nerviosa aún.

Respiré hondo y bajé del auto cuando ví a Thomas tenderme la mano luego de abrir la puerta.

-Todo va a estar bien- murmuró mientras tocaba el timbre de la increíble casa.

Asentí temerosa.

Con rapidez un mayordomo abrió la puerta y nos invitó a pasar. No sabía para donde dirigir mi mirada ante tanto lujo...
Paredes de mármol, pisos de una fina madera, cuadros y reliquias por todos lados...
Era obvio que Thomas estaba acostumbrado porque no mostraba mucho asombro.

Me sorprendió ver en su rostro una sonrisa radiante, como pocas veces había visto. 

En el fondo del salón un matrimonio de unos 60 años nos esperaba sonrientes. Enseguida pude sentir su calidez hacia nosotros.

-Buenas noches Thomas, Señorita- el señor se acercó a nosotros y estrechó su mano. Luego su esposa imitó el gesto.

-Buenas noches Señor y Señora Gaspo. Ella es mi hermosa novia Anne- respondio el jefe y yo me limité a sonreir.

-Es muy hermosa Thomas- lo felicito el señor.

-Lo sé, soy muy afortunado- respondió tan seguro que hasta  yo me lo creí.

-Pasemos al comedor...-

Y así comenzaba una larga noche para mí...

En general todo iba bien, la comida estaba deliciosa y las conversaciones eran sobre anécdotas divertidas.

-Y cuentennos-comenzó la señora Gaspo -¿Cuándo piensan casarse?-

E instantáneamente me atraganté con el agua que estaba tomando.

¿Qué carajo ibamos a responder...?


¿Qué quieres de mí? (1° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora