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Habían pasado varias semanas desde que Thomas y yo estabamos juntos.
Era increíble estar al lado de alguien tan divertido y dulce.

En ese momento nos encontrábamos en la cama, después de una maravillosa noche juntos...
Ésta vez habíamos cambiado de sitio, estábamos en mi cuarto.

-Deja de ser tan malo con Martin- le recriminé mientras me abrazaba.

-Sólo le recuerdo que si lastima a mi hermana le voy a romper los huesos- respondió tan cerca de mi cuello que me hacía cosquillas con el aire que salía de su boca.

-Todo el día se lo recuerdas- me reí -Voy al baño- me puse de costado para levantarme.

De pronto algo me llamó la atención. Eran las mismas marcas que había visto el primer día que estuve aquí. Estaban escritas en la pared, muchas líneas cortas una al lado de la otra.

-Amor, ¿Qué es ésto?- pregunté señalandolo.

Al instante se puso pálido. Su cara cambió radicalmente y me miró serio.

-Thomas que pasa...- me asusté.

-Nada Anne- se puso de pie y comenzó a caminar para irse.

-¿A dónde vas?-

-Ahora no, Anne-

-Espera necesito...-

-¡Ahora no!- me gritó y me quedé muda. Nunca lo había visto así, excepto aquella noche que habían asesinado a un chico por error.

Decidí dejarlo ir y que se tomara su tiempo. Pero realmente moría de intriga por saber qué era eso y por qué le hacía tanto mal.

Pensé en preguntarle a Sam... Pero finalmente decidí darle otra oportunidad a él.

Fui al baño y me di un largo baño, de unos veinte o treinta minutos. El cuerpo me dolía mucho y se sentía raro... Pero se lo atribuí a las noches de pasión con mi jefe.

Cuando la piel estuvo lo suficientemente arrugada, salí, me enrollé en una toalla y volví a mi cuarto.

Me sorprendió la imagen de Thomas sentado en mi cama, cabizbajo.

-Thomas...- susurré

-Aquí estás- se puso de pie y se acercó a mí -Quiero disculparme por gritarte. Perdón es que... Perdóname-

-Esta bien, si- lo abracé con fuerza, se veía muy triste.  -¿Estás bien? Perdón si te incomodé-

-No... No es eso. -suspiró- Anne, las marcas esas de la pared las había hecho mi madre. Cuando estaba muy enferma ella dormía aquí y cada día escribía en la pared las deudas que faltaban pagar...-

Me estremecí.

-Me había olvidado- continuó -Pero al verlo ahora... Recuerdo todo lo que ella sufrió- sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Oh amor- lo abracé de nuevo -Lo lamento mucho, pero debes entender que hiciste todo lo que pudiste en ese momento... Y ahora lo has logrado, y vas a salir de ésto-

-Si, tienes razón...-se quedo en silencio unos instantes- Estuve pensando, y no quiero más secretos entre nosotros, quiero contarte a qué nos dedicamos-

Mi corazón dió un vuelco. Por fin, todas mis teorías iban a ser desterradas por una única verdad.

Asentí.

-Okay. -enfocó sus hermosos ojos en mí- El negocio consiste en ir a "obligar" a que los deudores paguen. Nos contratan aquellos quienes les prestaron dinero para poder recuperarlo si el plazo de tiempo se cumplió.- desvió su vista hacia el costado y continuó -Es paradójico ¿Sabes? Yo debo dinero pero obligo a otros a pagarlo-

-Estás haciendo tu trabajo Thomas. Y ya no debes-

-Si... -se encogió de hombros- Bueno, entonces todo lo que hacemos es  "asustar" a los deudores, hostigarlos para que paguen lo que deben cuanto antes-

-¿Los matas?- pregunté temblando

-No. Muy pocas veces las cosas terminaron así...- desvió su mirada de nuevo -Por lo general se asustan pronto y pagan lo que deben-

Suspiré. No quise preguntar sobre aquellas "pocas veces".

-Bueno podría ser peor...- murmuré. No sabía que decir.

-No seas tan buena- rió -es horrible y lo sé pero pronto ésto quedará en el pasado, te lo prometo-

Asentí nuevamente.

-Gracias por confiar en mí Thomas, no le diré a nadie nunca- lo abracé con fuerza.

-Lo sé bella, te quiero-

-Y yo a tí, has sido muy valiente. Muy pocos podrían haberse hecho cargo de este trabajo solo para ayudar a su familia- respondí, y el jefe me beso profundamente.

Me sentía aliviada de que todos los escenarios que tenía en mi mente no hayan sido reales, porque sin duda eran peores que la realidad.

Rogaba porque pronto llegara el día en que ésto se terminara.

¿Qué quieres de mí? (1° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora