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-¿Por qué siempre intentas escapar Anne?-

Me quedé estática en el lugar. Ni siquiera quería voltear a enfrentarlo. Era la segunda noche que dormíamos en la misma cama pero nunca habíamos hablado de eso.

-No intento escapar...- respondí balbuceando.

-Tenemos que hablar- me interrumpió.

Carajo.

-¿Ahora?-

-Si, por favor. Te espero en el jardín en diez minutos-

Qué raro el jefe dando órdenes, pensé.

-De acuerdo...-

Rápidamente abandoné la habitación y corrí a la mía.

Mientras me ponía una ropa más decente y me lavaba los dientes, intentaba pensar que le diría, o que me diría.
Ya ni sabía que era lo correcto y que no. Solo sabía que se sentía muy bien estar a su lado, sentir su respiración tranquila al dormir...
Además anoche me cuido de manera tan dulce... No tenía por qué hacerse cargo de mi, pero aún así lo hizo.

Decidí dejar de dar tantas vueltas y bajé a nuestro punto de encuentro.

Allí estaba Thomas de pie, observando a lo lejos el paisaje. Tenía puesta una remera azul y unos pantalones negros. Sus brazos estaban cruzados y parecía muy tranquilo y seguro.

Corría una suave brisa que permitía disfrutar el cálido clima de la mañana.

-Aquí estoy jefe- susurré para no asustarlo.

De prisa se volteó y me observó de arriba a abajo.

-Creí que no vendrías-

-Fue una orden, ¿O no?- bromeé y me regaló una de sus hermosas sonrisas.

-Anne... No sé por donde empezar. Ésto es difícil para mí también pero... Mierda- despeinaba un poco su cabello mientras hablaba, toda la confianza que parecía tener antes, se había esfumado -Mira yo... Como te he dicho anoche, no me arrepiento de haberte besado. Ni tampoco de haberte cuidado ayer... No me arrepiento de nada contigo, más que de haberte hecho sufrir. Te pido disculpas por eso una vez más. Ahora quisiera saber... ¿Tú te has arrepentido del beso?-

Maldición. Había llegado el momento. Ya no podía evadir más esa pregunta.
Me encontré entonces debatiendo entre si le decía la verdad o no, y todos los escenarios posibles frente a mi respuesta.
¿Me echaría? Eso sería bueno, recuperaría mi libertad. Pero no volvería a verlo jamás...

Respiré hondo y mirándolo a los ojos respondí:

-No, Thomas. No me arrepiento-

Pude notar como se relajaba un poco frente a mi respuesta.

-En mi corazón suceden cosas cuando estás cerca Anne- continuó -Nunca estuve enamorado y no sé verdaderamente cómo se siente. Solo sé que quiero estar contigo, que quiero despertar y verte a mi lado sin que estés escapando, que quiero besarte libremente por que sí, sin buscar excusas. -

Me quedé en silencio. Sentía por dentro que me moría de amor al escuchar sus palabras, pero no sabía que responderle.

-Anne, necesito saber si estas dispuesta a conocerme y aceptarme como soy, con todo lo ilegal que dejo atrás y la nueva vida que quiero empezar. Quiero que tú seas parte de esa nueva vida. Me encanta todo de tí... -suspiró- Sé que no tengo mucho para ofrecerte, y que quizá es apresurado, pero quiero darnos una oportunidad ¿Quieres tú darme una oportunidad? -

-Oh Thomas- mi pulso estaba más acelerado que nunca, mi corazón iba a salirse del pecho en cualquier momento - Todo ésto me toma por sorpresa... Para serte sincera yo también quiero conocerte, disfruto mucho estando a tu lado... Pero todo éste mundo en el que vives ahora... No sé si pueda con todo. No sé que decir...-

-Puedes pensarlo. No voy a apresurarte. Solo quería dejar en claro mi posición y lo que siento. Me gusta ir de frente-

-Yo...- balbuceé. Todo ésto era más de lo que había imaginado.

-Tranquila- sonrió con dulzura - Iré a trabajar, tenemos que cerrar un negocio importante hoy. Más tarde podemos hablar, pero tómate tu tiempo-

-De acuerdo...-

Y dándome un suave beso en la mejilla se alejó de mí.

Suspiré cerrando los ojos mientras el viento acariciaba mi rostro. Aún podía sentir su perfume.

Yo sabía lo que quería. Thomas me gustaba, ¿A quién no? Era increíblemente sexy, fuerte, cariñoso con los que quería...
Pero también era el hombre que me tenía retenida contra mi libertad, y no sabía si había algo que pudiera ganar contra eso.

Inhalé profundo y decidí que más tarde lo pensaría.

🌼🌼🌼🌼🌼

-Y nos besamos toda la noche con Martin- concluyó Sam -Gracias a Dios Thomas no apareció por ningún lado. A decir verdad no lo volví a ver... Seguro estaba con una zorra por ahí- rió.

Reí incómoda. Si supiera...

¿Qué pensaría Sam de nosotros?
Hace unos días había dicho que hacíamos una linda pareja, pero ella no conoce toda la historia, no sabe como llegue a ésta casa.
¿Qué pensaría realmente? Me gustaría que me aconsejara, era lo más cercano a una amiga que había tenido en todo este tiempo, pero sabía que era imposible. No podía saber la historia real.

De pronto, gritos en el salón nos sobresaltaron.

-¡¡Anne!!-

Era Martin. ¿Que había sucedido?

-¡Anne, ven pronto!-

Corrí bajando las escaleras y la imagen que me recibió fue impactante.

Thomas estaba inconsciente sobre el sillón, con una mancha roja en su pecho.

¿Qué quieres de mí? (1° Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora