Argentina bajaba por las escaleras, recién despertaba de su siesta y su esposo no estaba con él en la cama. Escuchó unos cuantos ruidos extraños provenientes de la cocina pero no tenía ganas de ir a ver. Fué hacia la sala pensando que USA estaría viendo televisión, Tucumán yacía muy tranquilo observando una película y comiendo papas fritas. Preguntó por el norteamericano y la provincia dijo que estaba en la biblioteca.
Fué hasta allá ignorando que se cayó una olla en la cocina, tal vez sus hijos hacían un desastre que lo verá después. Llegó a la biblioteca buscando con su mirada al anglosajón, sonrió sutil al verlo tan atento en su lectura sobre... ni siquiera lo mencionaré, no es importante.
Se aproximó por los caminos cubiertos por la alfombra, hace una semana que su cama era de uso exclusivo para dormir y no estaba contento por eso. Para alguien como él y tener tan atractivo hombre durmiendo a su lado le era muy difícil contenerse, pero su esposo perdió una apuesta y debía cumplir con esa horrible prenda.
Mientras Estados Unidos seguía centrado en el libro que traía en manos, ni cuenta se dió que atrás estaba el argentino y se sobresaltó al percibir la cálida respiración chocar en su nunca. Se volteó viendo a su adorado esposo, otra vez usando sus camisetas para dormir que dejaban ver esos blancos muslos.
— mis ojos están arriba—. comentó Argentina cuando notó la mirada del otro en sus piernas. —¿qué lees?—.
— em... estaba un poco aburrido y no quería interrumpir tu siesta así que vine aquí a leer—. sonrió tranquilo, sólo que no podía evitar bajar la mirada, hace una semana que no tocaba ese lindo cuerpo y ya era una tortura.
— ¿estabas aburrido? ¿no querés divertirte un poco conmigo ahora?—. su voz sonó provocativa levantando solo unos centímetros la camiseta dejando ver más de sus muslos. —no sabes cuánto me encantaría que tus manos tocaran mi cuerpo—.
— Arge...—. tragó saliva, sus manos temblaban por el deseo, ¿cómo es posible que ya no veía al supuesto Argentina tímido? pero adoraba con todo su ser que su esposo fuera así de atrevido, luciendo sexy solamente para él.
— ¿qué pasa, gringo? ¿quieres comerte al bombón que tenés por marido?—. se acercó peligrosamente, quitando aquel libro de sus manos y sujetar sus muñecas para llevarlas a su cintura. —quiero que me agarres y me cojas tan duro que ya no pueda caminar, házme gritar tu nombre hasta que no de más—. bajó más las manos del inglés hablante, obligando a que apretara entre sus dedos sus glúteos. —¿quieres que te monte? ¿quieres que esté encima tuyo gimiendo sin parar?—.
Una fuerte oleada de calor recorrió su cuerpo, la excitación del momento podría tomar control de su cuerpo si continuaba así. Le sorprendía como de esa boquita pronunciaban tales palabras, aunque también hacía otras maravillas. Estados Unidos fué avanzando haciendo retroceder al menor hasta chocar con el librero que estaba puesto contra la pared.
— podrías cojerme ahora mismo, mientras te pido por más—. ambas manos del norteamericano se pusieron a sus costados, acorralando a Argentina entre el librero y él.
— you don't know what you just caused—.
[...]
— aah~! a-así~ ¡más, más!—. pedía entre gemidos el argentino, sus manos se sostenían del librero siendo penetrado con tanta rudeza por el anglosajón, sus piernas temblando ante el placer y sus glúteos siendo azotados por la gran mano de USA.
— very good baby, ask for more~—. murmuró cerca de su oído y mordiendo su cuello, quería marcar ese cuerpo otra vez. El sonido de sus pieles chocar era una combinación perfecta con la voz del sudamericano, mientras sus manos sostenían esas caderas hasta el punto de marcar sus dedos, deleitando su visión de como embestía a su esposo y sus glúteos moviéndose como gelatina.
Se había resistido toda una semana por esa estúpida prenda por perder una apuesta, no tocar de más el cuerpo de Argentina y ni mucho menos tener sexo con él. Para ser una pareja activamente sexual, era un castigo horrible. Además, últimamente el argentino andaba con ganas, lo notaba con sus acciones y como se vestía en frente de él; usaba poca ropa, le coqueteaba y se acercaba mucho con la intención de sentir sus manos sobre él.
— ¡dios~! è così grande e lo adoro! Ah~!—. sus caderas se movían sintiendo el miembro del norteamericano golpear su punto sensible. Se giró un poco para ver a su esposo mostrándole una sonrisa ladina, siendo encantado por sus azulados ojos que lo miraban con deseo.
— ha~ i'm coming, honey~—. jadeó apretando los glúteos de Argentina mientras el interior de éste se contraía. Adoraba cada parte de él, era perfecto con esas pequeñas marcas en su piel, con las pecas en sus hombros, su cabello, sus ojos celestes, el aroma de su piel y el dulce sabor de sus labios.
El sonoro gemido del argentino le dió a entender que se había corrido, sus piernas temblaron por lo que USA lo sostuvo de la cintura antes de caer. Sus respiraciones tardaron en regularse para finalmente besarse.
— voglio il mio secondo round (quiero mi segunda ronda)—. susurró Argentina contra sus labios y tuvo que ser cargado hasta su habitación.
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Yummy!; UsArg🔞
Fanficㅤㅤㅤೄྀ࿐おいしい ㅤㅤㅤ✎↷: 2O days OTP challenge ㅤㅤㅤ| oh God... you're fucking delicious, honey ❜ ㅤㅤㅤ| ♡ ㅤㅤㅤ ────────── · · · · ✦ 🍒 Prohibida copia, traducción, transcripción o adaptación sin mi permiso. Ésta historia sólo se publica en wattpad...