Mal plan

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Narra Jin

-Niño, soy un demonio, que esperabas, ¿flores? –Rio nuevamente –Tráelo aquí y probablemente perdone tu deplorable presencia.

-Vine aquí a recibir, recibir respuestas. NO A ENTREGAR NADA, ESE FUE EL TRATO Y NO QUEBRANTO MIS TRATOS –Detrás de Taehyung emergieron aquellas cadenas con aspectos atemorizante –Están aquí para protegernos—Me susurro por lo bajo –Mantente tranquilo –El demonio inclino su cabeza.

-Te di una oportunidad Amaliel, esperaba un poco más de inteligencia. ATAQUEN, TRAIGAN A LA LLAVE, CON O SIN VIDA.

Aquellos seres salvajes, con cuerpos sobre mutados se desplazaron hacia nosotros, algunos con garras, otros parecían mas humanos, pero con fuerzas descomunales. Las cadenas de Tae lo protegían de cualquier ataque que pudiera lastimar sus costados, sus puntos ciegos atravesaban pechos de una manera limpia, Tae se enfrentaba con todo lo pudiera venir por el frente, se movía con una velocidad poco creíble y arrancaba cabezas, hacia volar a los seres por los aires.

Jungkook atravesaba los pechos de aquellos seres sin inmutarse o mostrar una pisca de asco, era un asesino a sangre fría, se movía con agilidad sin perder de vista a su oponente, mantenía un circulo de muertos a su alrededor, todo aquel que lo cruzara terminaba bajo sus botas lustradas, su mirada era oscura y sus ojos meditaban a quien estaba por atacar, el punto débil de sus enemigos no era un problema para él, sus ropas se manchaban de aquella sangre y aquel olor a hierro hacia presencia.

-No permitiré que salgas con vida Amaliel—Hablo Aini, el cual se acercaba a pasos lentos entre su enjambre de demonios, levanto la mano al cielo y se materializo una lanza negra, con la punta dorada refulgiendo, la apretó entre sus dedos para luego dejar que se deslizara, el silbido del viento entre cortado me hizo notar el ataque. Quise gritar para poner en sobre aviso a Tae, que una lanza se dirigía a él, pero esta a último minuto, cambio su dirección hasta donde me encontraba yo, estaba solo desde hace un momento, Tae había tenido que alejarse de mí para cubrir mas terreno.

Estaba destinado a recibir el impacto, la sonrisa de Aini se esbozaba en son de victoria, cerré los ojos, pero el silbido se detuvo, toque mi pecho para comprobar el impacto, pero este estaba en normalidad, mis ojos se abrieron, encontrando en frente de mi una mano morena, seguí aquel musculoso brazo, el cual sostenía con simpleza aquella lanza que estuvo a punto de acabar con mi vida, le seguí hasta llegar a unos labios prominentes que dejaron escapar un gruñido salvaje como él ,como Nam Joon.

Parecía bastante cabreado, sus músculos denotaban tensión, su torso estaba descubierto, permitiendo ver cada parte de su abdomen, traía unos pantalones holgados, su cabello estaba humedecido, apretó entre sus manos la lanza hasta hacerla crujir y romper.

-¿Pensaste que no me daría de cuenta princesa?—Me rugió aun palmo de la cara.

Elcuerpo de Nam Joon parecía el doble del de aquellos seres no humanos,controlaba el perímetro de todo aquel que se acercara a mí. Si el arte deJungkook consistía en liquidar al enemigo sin que este se diera cuenta. El arte de Nam Joon era la tortura, rompía brazos, arrancaba tráqueas, sus ojos refluían ira y un charco de sangre se formaba por cada paso que daba, golpeaba su cabeza contra otros seres, sus manos daban destrucción como el mismo lo había dicho, era un desalmado en la batalla, un guerrero, un animal salvaje que nadie podía detener, los huesos de aquellos seres crujían y nada se escapa de aquellos ojos, los cuales me vigilaban al dar cada vuelta.

Jimin no se quedaba atrás, aquella presencia débil había desaparecido, el cuerpo de Jimin se movía ágilmente entre los demonios, golpeaba con sus diminutas manos causando grandes daños, era como verle danzar, de las mangas de sus ropas, unas dagas blanquecina y plateadas emergían de sus manos, sin errores, sin fisuras, daban justo donde debían dar, aquellos seres gritaban y se removían de dolor. Jimin escapaba con gran facilidad de garras, de seres que le sumaban tamaño y volumen, con su danza de la muerte les aniquilaba sin ningún esfuerzo, incluso parecía estar sonriendo con gran ironía.

Paradise LostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora