#4 Deepness

Capítulo 7

Capítulo 7

❈── ∗ ⋅Deepness⋅ ∗ ──❈

           Me encuentro leyendo "Maravillosas aventuras de Antifer"(1) de Julio Verne (2). Me gusta esta clase de literatura porque me transporta a otros lugares y me ayuda a enriquecer mi léxico, hay varias palabras cuyo significado he tenido que buscar, es como una forma de seguir aprendiendo por mí misma.

          Bajo el libro, a mis piernas, la mañana ha transcurrido un poco fría. Por eso, me encuentro bien abrigada y tomando chocolate frente a la chimenea. En la mesa, junto a mí, están los libros que Zeth le prestó a Agatha, ha recorrido el bosque sin parar comparando cada cosa que ve con lo que allí dice. Me encanta su curiosidad y sus ganas de saber más, quizá en eso se parezca un poco a mí, le gusta leer. Tal vez haya servido el que le lea desde que estaba en mi vientre.

          Escucho un bostezo atrás de mí y volteo, con la mueca de una sonrisa; Agatha camina arrastrando sus pantuflas, su cabello desordenado y ojos adormilados. Sube a mis piernas acurrucándose. La abrazo y recuesto en mi pecho, mientras las llamas nos calientan con su suave resplandor.

          —Dormiste hasta tarde —le digo.

          —Sí —responde y bosteza de nuevo—, ¿hay más chocolate? —pregunta, observando mi taza.

           Asiento. —En la cocina —le indico y dejo un beso en la cima de su cabeza.

           Ella sonríe y sube su rostro para darme un beso en la mejilla, con eso se baja, y camina a la cocina. —¿¡Pero, qué...!? —exclama al verlo. Sonrío y me doy vuelta colocándome de pie.

           —¿Tenemos televisor? —pregunta, sin dejar de ver la pantalla plana ubicada frente al sofá.

          —Zeth lo trajo esta mañana, temprano. Tiene todos los canales y más de los que tenías en el apartamento, al menos eso dijo él.

          —¡Increíble! —celebra con emoción—. Comeré algo para ir a darle las gracias.

          Sonrío con su educación y dulzura. Me acerco a la cocina y sirvo su desayuno, con una gran taza de chocolate caliente. Agatha se sienta en el mesón y comienza a comer, mientras le comento algunos detalles del libro que estoy leyendo, y ella a mí de todas las maravillas que ha aprendido del bosque boreal donde vivimos.

         Cuando termina, se apresura a cambiarse.

         —Por cierto, hija —le digo, asomándome en la habitación mientras se coloca las botas—, Zeth dijo que llevarás tu ropa de ballet cuando fueras a verlo.

         Frunce el ceño con confusión. —¿Me llevará a la academia? —cuestiona.

         —No, pero algo debe haber pensado —me encojo de hombros—, solo hazle caso.

          —De acuerdo —sonríe. Termina de meter todo en su bolso y se acerca a mí abrazándome—. ¿Por qué no vas conmigo?

         —Estoy bien aquí, cariño —beso su frente—, por ahora, estoy mejor en esta cabaña.

          Suspira derrotada. —Por favor, no llores mucho cuando me vaya —pide.

           Una niña no debería tener que pedirle cosas así a su madre, junto mis labios en una línea y niego abrazándola de nuevo. —Estoy bien —le repito—, te amo, ve a divertirte.

             —También te amo —contesta. Se coloca el morral y se va.

❈── ∗ ⋅Zeth⋅ ∗ ──❈