Capítulo 16

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Capítulo 16

❈── ∗ ⋅Deepness⋅ ∗ ──❈

        El avión es pequeño, pero, muy lujoso, los asientos son anchos, de cuero color beige, bastante cómodos. El despegue fue rápido, estuvo mucho menos movido que la avioneta que nos llevó a Vancouver. Hasta ahora todo ha marchado bien.

        Zeth se encuentra sentado junto a mí, pensativo como siempre. Me impresiona cuanto me ha contado de su vida, de sí mismo, siento que hubiese roto una enorme pared de roca que había entre nosotros, supongo que en todo este tiempo estaba en mis manos demolerla o mantenerla arriba. Todo lo que ha hecho ha sido solo para cuidarme, para respetarme, observo mi pasaporte y suspiro, tengo esto y a la vez siento que no tengo identidad alguna, solo un nombre inventado.

        —Zeth —voltea hacia mí—, dijiste que mis papeles estaban legales —asiente—, pero aquí dice que soy canadiense y no lo soy.

        —Eso fue un favor que cobré, es legal, Deep. Tengo algunos amigos en buenos puestos de este país.

         Frunzo mis labios y asiento. Él regresa la vista a la ventana. Es poco lo que sabe de mí en relación con todo lo que me ha dicho sobre él, y eso no está bien, pero hay ciertas cosas de mí que aún no quiero contar a nadie.

         —Soy rusa —admito en voz baja y lo miro. Zeth regresa sus ojos a mí y asiente.

         —Lo sé —dice.

         —¿Cómo? —indago, nunca le he dicho mi verdadero nombre.

          Él parece pensarlo un segundo y me responde. —Cuando nos encontramos con Dima, ambos hablaron ruso, también me gritaste en ese idioma cuando discutimos, y pues, tal vez no lo notes, pero tienes cierto acento al hablar, aunque ya no es tan marcado como cuando te conocí.

          Frunzo los labios en una media sonrisa, apenada. —No pensé que supieras qué idioma era, nunca preguntaste.

         Sonríe un poco. —Entiendo bien al menos 5 idiomas, Deep, y hablo fluido tres de ellos.

          Abro mi boca, impresionada, siento mi rostro colorarse un poco. —¿Entiendes ruso? —le pregunto con algo de esperanza.

         Asiente. —Pero, no lo hablo muy bien, son muchos años sin práctica.

         —Podrías hablar conmigo —le ofrezco—, Agatha lo domina, pero solo hablamos cuando estamos solas.

         —Lo pensaré —responde con algo de humor—, ¿quién te enseño inglés?

         —Pues, nací en Rusia, pero, cuando era bebé nos mudamos a Estados Unidos, así que realmente es mi idioma; sin embargo, hablaba en ruso con mi madre y otras personas de la casa, así que como no salía a otro lugar, ese fue el idioma que más hablé.

        —¿Tu madre vivía contigo?

        —Sí, bueno, como te dije antes, ella me tuvo a los 21 años de edad, después de eso Liosha la hizo su esposa, vivimos siempre en una bonita mansión —admito—, pero no se nos permitía salir de allí, salvo que fuese con él. Ella desaparecía a veces por varios días cuando se iba a acompañarlo.

        —¿Nunca te habló de su pasado, de su vida antes de que Athenas la tomara?

         Afirmo recostando mi cabeza del asiento. —Era una alpinista, le encantaba la naturaleza. Su padre la crio, pero no hablaba mucho de él, eso la hacía sentir triste.

#4 DeepnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora