Deepness no fue atrapada por ellos, ella nació entre sus garras. Su madre fue secuestrada por la despiadada red de tráfico de mujeres conocida como "Athenas" y vendida a uno de sus líderes más poderosos. Desde entonces, Deepness ha vivido una existe...
Dejo salir suavemente el humo de mis labios y apago el cigarrillo sobre el cenicero en la mesa de noche, Dima se recuesta del respaldo de la cama. Respiro profundo y me recuesto en su pecho, mientras termina su cigarro, después de un mes con él todo se ha vuelto costumbre.
Cuando salí de la red sentía este pánico cada que me tocaban o hasta cuando me miraban, tenía miedo incluso de como reaccionar con Zeth, pero es porque no quiero estar con él con mi mente condicionada a actuar sin sentir nada.
Estar con Dima es diferente, es como una rutina que he retomado, puedo fingir y sentirme usada o simplemente no tener ningún sentimiento y no me molesta, de cualquier forma, a él tampoco le importa como yo me sienta al respecto.
Quizá ahora solo esté con él, ya no me comparte, pero igual me pregunto si podría dejar de sentirme usada alguna vez estando con él y sentir algo real. Es un hombre atractivo y vivaz, pero en mi corazón solo puedo asociarlo con esta vida.
—¿Recuerdas este lugar? —me pregunta.
Subo la mirada con curiosidad hacia él. —¿Debería?
—Inténtalo. Sería hace 15 años.
Observo bien alrededor, incorporándome un poco, «un elegante apartamento de dos pisos», susurro en mis pensamientos, cayendo en cuenta de repente. Una extraña sensación familiar de nostalgia llena mi pecho, volteo a verlo, esa mirada, esos ojos amables escondidos dentro de una mala persona.
—Solo hacía falta tiempo —afirma acercándose a mí, deja un beso en mis labios y se levanta de la cama—. Te dije que sería el primero y algún día el último.
Trago y me acuesto cuando sale de la habitación, enfoco mi vista en el techo, es como si de repente cada sensación de aquella primera noche cayera en mi mente de golpe, querido corazón, «¿por qué me estás haciendo esto?».
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Llegó el día... Me coloco de pie cuando la mujer que me ha maquillado sale. Después de lo que me hizo recordar Dima anoche no pude dormir más, eso, sumado a la ansiedad de este momento, me robaron el sueño.
Respiro profundo y me acerco al espejo, cuento hasta tres y abro los ojos para mirarme, no puedo creer que vaya a casarme, que esté vestida de novia en este momento, eso que tanto sueñan las mujeres, y el único sentimiento que tengo es un vacío y un dolor profundo.
Sé que esto es falso, pero eso no lo hace sentir menos real...
Gracias a Dios no exageraron mi apariencia, logré convencer a Dima de que haciendo algo íntimo sería más fácil explicar por qué Agatha no está, una buena forma de ahorrarme más protocolo e incomodidad.
Mi vestido es bonito, aunque yo no lo elegí. Es blanco con un escote de corazón, se sostiene por dos tiras finas que pasan por mis hombros. La parte superior tiene un brillante encaje floral. En la espalda el escote es pronunciado hasta mi cintura baja, el resto es una ajustada falda hasta mis pies.
Mi cabello está suelto con suaves hondas, y el maquillaje es suave y natural con mis labios de un tono rosa opaco.
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