ʀᴜᴍᴘɪᴛᴜʀ / ᚒ໑᮫۫ຳེ᳕ʜᴀɴᴋɴᴏᴡ༣᮫ࣤᤳᚒ

☪🌨️;; ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚́?

[Warning: este capítulo contiene escenas de violación, por favor mantener discreción.]

—¿Omega? ¡¿Saliste omega?!— Gritó el hombre furioso tirando los papeles médicos que MinHo le había entregado, el recién presentado omega retrocedió asustado con sus manos en la espalda.

— Ja, debí suponerlo, te parecías mucho a esa omega —Dijo con tono amargo. — Pero por lo menos ahora me servirás. —Se acercó al joven de 15 años y lo tomó del cuello arrastrándolo hacia la sala.

— Mis amigos llegarán dentro de poco, ya los conoces pero ahora, creo que podrás ayudarles a... "Liberarse" sabes a lo que me refiero — MinHo sintió ganas de llorar más no dijo nada, en los ojos de su "padre" había un brillo extraño por lo que era mejor que no hablase.

— Ve a la habitación de invitados y quédate ahí, si no lo haces te encadenaré —Ordenó con su voz de alfa por lo que el pequeño omega corrió asustado sintiéndose avergonzado.

MinHo no tenía muchas opciones, la habitación de invitados no contaba con ventana o algo que le ayudase, y si salía probablemente su padre le rompería el cuello, se sentía asustado y el pánico le carcomía tanto que estaba comenzando a marearse.

Al poco tiempo de sentarse en la cama comenzó a escuchar varias voces y la puerta de la entrada cerrarse con fuerza, sin quererlo comenzó a liberar feromonas de miedo encogiéndose en su lugar al escuchar los gruñidos del primer piso.

«Tengo que hacer algo... No quiero que... No...» Pensó pero las ganas de vomitar le surgieron haciendo que olvidará su plan, corrió al baño de allí y vació lo poco que había comido, consideró encerrarse en el baño pero eso sería estúpido, su batalla era contra 5 alfas puros y él como simple omega acabaría muerto en segundos.     

— ¡Omega! —Gritó el alfa con su voz haciendo que el color en el rostro de MinHo bajará completamente, el nudo en su garganta no le permitió hablar por lo que el hombre entró azotando la puerta.

— Maldita sea, te estoy llamando, pero ahora que lo veo mejor quédate aquí, me pagarán más —Y salió, MinHo nuevamente tuvo pánico por lo que se levantó e intentó buscar alguna manera de escapar.

«¿Por qué no hay ninguna maldita ventana aquí?» Se preguntó pasando sus manos por la fría pared, su cuerpo se congeló al oler la esencia de un alfa mayor, era asqueroso.

— ¿Y esto? ¿Son tus nuevos servicios?—Preguntó el hombre pasando su lengua por sus colmillos, MinHo se giró lentamente sintiendo como sus ojos picaban.

— Así es, pero está en precio alto —Rió como si hubiese contado el mejor chiste del mundo. —Es virgen —El hombre miró todo el cuerpo de MinHo con deseo haciendo que se estremeciera en su lugar, observó como el hombre sacaba una billetera y varios billetes.

— Aquí está —Y lo dejó en el pecho de su padre comenzando a acercarse a él, MinHo negó pegando su espalda a la pared.

— N-No por f-favor...—Rogó sintiendo como la poca dignidad que tenía se iba.

— Cállate, desnúdate —Se estremeció por la voz y sus manos comenzaron a moverse quitando sus ropas, odiaba como su cuerpo no parecía responderle cuando utilizaban esa voz, haciéndolo sentirse como si estuviese encadenado.

— En cuatro —Y MinHo comenzó a llorar al ver como obedecía sumiso ante el alfa, su omega estaba asustado y herido, la voz de alfa lo debilitaba y lo hacía sentir como una basura.

— Abre las piernas — Sollozó cuando escuchó como el hombre se quitaba el cinturón, seguido escuchó como la puerta era cerrada con seguro, quiso gritar pero el hombre al ver aquello le tomó de la nuca y le apreto, en eso MinHo chilló al sentir como el grueso miembro del hombre entraba en él de manera brusca.

Comenzó a moverse rápidamente haciendo a MinHo ahogarse con su saliva y lágrimas, sintió como el hombre sacaba su miembro y lo metía nuevamente, Minho negó y balbuceo algo incomprensible, el hombre lo tomó del cabello y tiró de su cabeza hacía atrás.

— Esto es lo único para lo que sirves, estúpido y tonto omega —Gruñó en su oído haciendo que MinHo se mordiera el labio inferior con fuerza para así retener las ganas de vomitar.

Embistió más veces hasta que salió de su interior y al poco tiempo MinHo sintió algo cálido en su espalda, cayó como peso muerto a la cama después de que el hombre se bajo y se vistió, el pequeño omega no podía dejar de llorar y de temblar aún si debía limpiarse.

La puerta se cerró y allí MinHo intentó ponerse de pie, cayó al suelo sintiendo como todo su cuerpo dolía, se sentó y comenzó a llorar al sentirse tan sucio, se abrazo a si mismo y después de calmarse un poco se dirigió al baño y allí se ducho lo más rápido que pudo.

Pero ni con eso la sensación de estar sucio se iba.

Y eso le dolía, él no pidió ser un patético omega.

— ¡Ven aquí sucia rata! —Gritó un hombre
persiguiendo a MinHo, el pequeño omega
tenía tanta hambre que lo único que pudo
pensar fue en robar pan, un pedazo de pan.

Corrió con todas sus fuerza volteando en
cada esquina que podía, corrió con la suerte de no entrar en algún callejón por lo que algunas cuadras después el vendedor dejó de perseguirle, MinHo respiro profundamente y se apoyó en la pared comiéndose lentamente el pan.

Era de las pocas veces que su padre le había dejado salir por lo que debía aprovechar a comer algo, el hombre no le daría comida porque "un omega tiene que mantenerse delgado y lindo" más que todo es porque a sus clientes no les gustaban las mejillas de MinHo ni tampoco sus gruesos muslos.

Así que su padre lo golpeó haciéndole entender que debía perder grasa, MinHo no quiso, él ya era delgado, pero querer en esta vida no era suficiente, él debía conformarse con que su padre le dejará seguir durmiendo allá, a pesar de que en las tardes manos ajenas recorrieran todo su cuerpo haciéndole sentir ganas de morir.

Pero eso MinHo no lo podía soportar por más tiempo, debía encontrar la manera de escapar.

Más que todo salir vivo en el intento.