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𝑳.𝑴.𝑯
— ¡HyunJinnie! Ya me voy —Grité poniendo mi zapato izquierdo con cuidado, habían pasado por lo menos dos días y no podía seguir holgazaneando en la casa del alfa.
— ¡Ve con cuidado! —Respondió asomándose por la puerta del baño.
Acomode mi camisa y salí del lugar, a diferencia de JiSung el hogar de HyunJin estaba a la vista de cualquiera, podría correr peligro, si, pero mientras siguiera utilizando los supresores y la mascarilla todo estaba bien.
Pensé en pedir un taxi pero al final me resigné, no conocía el lugar y mucho menos a donde tendría que ir, toqué mi cabello y pucheree, el color rubio de un principio ya no estaba, solo quedaba un rubio desgastado, supongo que mi primera parada sería para ir a una peluquería.
Di unas cuantas vueltas hasta por fin llegar a una pequeña peluquería, con timidez entré, también sería la primera vez que iría sin compañía... Sentí mis ojos picar ante el recuerdo de tener a nana a mi lado.
— Disculpa, ¿Puedo atenderte? —Preguntó un chico bastante guapo, asentí y me senté en una de las sillas, el chico acomodo aquella capa para que el cabello no fuese a mi ropa y me miró con una sonrisa.
— Mi nombre es Christopher Bang y estoy a tu servicio —Me sonrojé un poco ante la preciosa sonrisa, ¿De qué manga había salido este chico?
— Puedes decirme Lee, uhm —Callé inseguro viendo mi reflejo, ¿Qué debería hacerme en el cabello?—. ¿Qué color me recomiendas?
El chico pareció pensarlo mientras tocaba mi cabello.
— Naranja te quedaría bien o el negro —Asentí apretando mis labios, negro no sería tan gran idea.
— Naranja y un leve corte por favor... —Murmuré, Christopher asintió y comenzó con su trabajo.
Me sentía mucho más incómodo y sensible, miraba a mis lados y notaba como cada persona venía con por lo menos un compañero, bajé mi cabeza sintiendo como lloroseaban mis ojos, sería muy patético llorar a este punto pero era inevitable, recordar las sonrisas y la calidez al lado de nana me perforaban.
— Ven —Llamó mi atención Christopher, me levanté y le seguí para que lavará mi cabello, disimuladamente pasé el dorso de mis manos quitando las pocas lágrimas.
— Relájate, estás en buenas manos —No lo dudaba, incluso lavaba mi cabello con agua tibia y daba masajes, cerré los ojos y fruncí el ceño.
— Muy bien, vamos de nuevo —Sonrió, asentí con una tímida sonrisa, miré mi reflejo y los recuerdos invadieron más fuerte, nana sonriendo al lado de SeungMin al verme con el cabello rubio... Cerré y abrí mis ojos, atrás mío no había nadie y mi cabello ahora estaba de un lindo naranja.
— Vaya, te ves muy guapo —Murmuró secando mi cabello.
— Gracias —Mi voz salió aguda por el molesto nudo en mi garganta.
