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𝑳.𝑴.𝑯
— Entonces eso paso... —Murmure dejando la tasa de te en la mesa.
— ¿Como has estado...? —Preguntó JiSung mirando a todas partes excepto en mi dirección.
— No lo sé, ¿Y tu?
— Te extraño. —Susurró acariciando mi cabello. Hacían por lo menos 15 minutos que HiSung despertó, minutos en los que se baño, vistió y comió, se le veía mucho mejor, aún así se notaba devastado.
«Es tu culpa.»
— Lo siento, Sungie... —Miré al suelo sintiéndome vulnerable.
— Está bien... Necesitábamos refrescarnos, ¿Verdad? —Asentí aún con mi cabeza baja.
¿Qué se supone que tenía que hacer?
El chico me traía loco desde hace tiempo y aquel sentimiento lejos de irse, se hizo muchísimo más fuerte.
Demonios, lo amo mucho.
Me levante del suelo y me acerqué a él sentándome en su regazo, puse mis manos en sus bellas mejillas y de a poco fui acortando la distancia entre nosotros.
Necesitábamos esto.
Suavemente nuestros labios entraron en contacto, como siempre, sus labios estaban cálidos y suaves, puse ahora mis brazos en sus hombros y pegue nuestros pechos.
Él rodeó mi cuerpo con sus brazos y por fin, después se tanto tiempo, me permití soltar mi olor, fue liberador oler como nuestros aromas se Mezclaban haciendo una deliciosa combinación.
– Me gustas... Mucho, mucho... —Murmuré cuando cortamos el beso, me recosté en su pecho y dejé que me mimará.
– Me gustas muchísimo más. —Su voz ronca hizo que cerrará mis ojos e igualará mi respiración con la suya. Mágico.
Volví a juntar nuestros labios disfrutando de nuevo su aroma y sensación, sentí como se levantó del asiento y se dirigió a la habitación.
Sentí nervios y emoción al momento, sabía lo que venía y también sabía que estaría bien si es JiSung quien lo hacía.
— ¿Puedo...? —Preguntó después de dejarme en la cama poniendo su mano debajo de mi camisa en la zona de mi torso.
— Claro que si, alfa. —Ronroneé al sentirlo pellizcar con suavidad uno de mis pezones.
Lo había notado desde que nos encontramos en la tienda, JiSung estaba en celo, su olor era muchísimo más fuerte y seductor, era imposible resistirme a esto.
— ¡Hm! –Arquee mi espalda al sentir como lamía y chupaba mi cuello, sus manos acariciaban con cariño cada parte de mi cuerpo haciendo que de a poco abriera mis piernas, JiSung aprovecho aquello para acomodarse allí y apegarse totalmente a mí.
