Summary: Marinette Dupain-Cheng es sentenciada a dos años de prisión, en la única prisión mixta de Francia. Ahí Marinette, se encontrará con Adrien Agreste alías Chat Noir, líder de la prisión y macho dominante de la misma.
La relación entre ambos q...
—¿Qué hay, cariño? —Bromeó Alya mientras Adrien iba hacia ellas.
—¿Dónde está? —Preguntó. Estaba cansándose de ese juego y estaba por tomar las cosas a su forma, es decir, que la violencia y el caos reinaría si no encontraba a Marinette pronto.
Para su enorme decepción, Alix le extendió otra nota. Adrien soltó un suspiro desesperado mientras lo recibía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
[Sus crímenes son desconocidos...]
Adrien apretó los ojos con fuerza, aferrándose a la nota.
« ¡No! ¡No podía ser cierto! ¡NO quería ir a esa parte de la prisión! »
Esto estaba poniéndose peligroso.
« ¡Este juego debía ser detenido de inmediato! »
Dándole a Alix una mirada de ruego no sirvió, así que Adrien cambió su mirada a una agresiva, pero luego se rindió al ver que no tenía efecto, así que con pies pesados se dirigió al ala Norte.
Adrien tembló cuando se asomó a la celda.
« El hombre al que todos temían, estaba sentado con su abrigo negro y su cabello negro, mirando por la ventana y un enorme cocodrilo le gruñía a Adrien desde la cama de arriba, el animal era ¡ENORME! »
Jagged siempre había usado su propia ropa en la prisión y nadie se atrevía a ponerse en su contra incluso tenía a ese enorme cocodrilo —Adrien pensó que era broma cuando lo escucho, hasta que una noche en la que se quedó con Marinette en su cama, Fang —como Alix, le había dicho que se llamaba. —Había estado fuera de su celda y le había gruñido e incluso Adrien podía jurar que el animal tenia una sonrisa tenebrosa, mientras lo miraba con aquellos ojos de reptil.
Ni siquiera Hawk Moth decía nada. Jagged, simplemente no podía ser domado.
—Buen día. —Dijo Adrien con su tono de voz educado (y eso era un enorme esfuerzo viniendo de él). —¿Qué tal está el clima hoy? Veo que está admirando el paisaje... —Agregó.
Jagged enfocó sus azules orbes sobre Adrien, haciéndolo congelar.
—Y dígame... ¿Por si acaso no habrá visto a mi compañera de celda? ¿Marinette Dupain Cheng? —preguntó. —Es una pequeña cosita hermosa, delgada, piel pálida – no tan pálida como la suya, ha ha..., eerr..., cabello negro en dos lindísimas coletitas y más alta que nuestra amiga en común, Alix. No estaría preguntando por ella, pero está perdida y..., y Alix insinuó que podría haber venido aquí.
—¿Cómo está Bunnix? —Preguntó Jagged. Su voz era tranquila y Adrien no podía saber hacia dónde estaba yendo esta conversación. Pero de algo estaba seguro, debía actuar rápido antes de que ese cocodrilo decidiera matarlo o su dueño hacerle magia negra o alguna de las tantas cosas que había escuchado que él hacía.
