|| Somos Tu&Yo ||

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Ryeowook termino de empacar su ropa eso seria suficiente para llevar lo demás compraría, se acercó a su espejo para verse suspiro.

— Jamás pense verme así.

Se dijo a sí mismo mientras se veía en el espejo, levantó sus polo para ver la pequeña curva sobre salir cualquiera pensaría que tuviera más tiempo pero no sólo tenía apenas 3 meses.

— Ustedes dos como serás ¿Se parecerán a mí? o ¿A su papá? espero que ambos.

Murmuro tocando su vientre despacio aunque le doliera, esperaba que algunos de sus bebés se parecíera a Jong.

Era ser masoquista pero aquellos sueños que tanto hablaron se hacían realidad, la única diferencia es que Jong no era parte de ella.

— Ryeowook

Al escuchar su nombre se bajó el polo, sonrio para ver a su abuelo en la puerta con una sonrisa de tristeza había insistito en que no se vaya pero Ryeowook le habló que no quería tener a sus bebés en la ciudad.

— Abuelo no me sonrías así

– Lo siento, pero no se por qué debes irte

— Ya te lo dije quiero que mis hijos nazcan en un lugar tranquilo.

Ryeowook abrazo a su abuelo, le dolia irse pero era por el bien de el y sus bebés.

— Te voy a extrañar prometeme que cuando sea hora me llamaras.

Ryeowook rio despacio para separarse para mirarlo.

— Claro que sí abuelo, debes ver a tus bisnietos para que lo heches a perder.

Su abuelo se río.

— Jamás pense que viviría para esto, se que tus padres estarían felices de los nietos que vienen.

– Lo son Abuelo, que tal si vamos a comer algo y vamos al hospital.

— Me agrada la idea, vamos

Ryeowook sonrio pasaría el tiempo que queda con su abuelo, cuando fuera al hospital le dirían si estaba para poder viajar y nada de peligro.

Sería egoísta pensara en el y sus bebés.

❁❁**❁❁

Jong lleva semanas sin saber de su pequeño, iba siempre a su cafetería pero no lo veía parecía un acosador.

Pero necesitaba verlo era como que le faltara algo, bebia cuando no lograba verlo ¿Cuantas veces lo había hecho? su olor se había quedado pegado a su nariz era un olor intenso.

Parecía un Joven en su primer celo, cuando recodar el olor su amigo de abajo se alegraba y su  interior gritaba reclamaba por el dueño del olor.

Bufo al escuchar su telefono, quien intenrrupia su concentración de su pequeño.

– Hola.

Habló fríamente no estaba de ánimos.

— Hijo mío debes venir.

– Omma, ¿Donde estas?

— Veámonos en el hotel.

— En 20 minutos estaré ahí

Colgó la llamada, se apresuró en encender el auto por el tono de voz de madre algo estaba mal y eso no era bueno.

No le tomó menos que 20 minutos llegar hasta su hotel, dejó el carro en su lugar se encaminó hasta el asensor para marcar el piso de su habitación.

5 más y ya estaba en su habitación ingreso más en busca de su madre, para verlo sentado en el sofá.

— ¿Cuanto tiempo llevas aquí Omma?

Recuperando A Mi Omega[2° Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora