Selene S. Malfoy, actualmente está en sexto curso. Slytherin, y de las mejores. Sus notas son siempre excelentes, y por lo que sé en Pociones es una maestra, su especialidad son los venenos. Fuera de Hogwarts es conocida por ser la hija adoptiva de Draco Malfoy, después de que él quedara viudo. Sus padres biológicos eran un squib y una muggle, así que el echo de que la adoptara un antiguo mortífago, fue... Extraño.
-¿Es una sangre sucia?- le preguntó a Raihan.
-Aunque suelo rechazar el término peyorativo. Sí, es una Slytherin sangre sucia, un uno en un millón. Pero dicen que sus primeros años aquí fueron bastante salvajes. No te aceptan en una casa que le da tanta importancia a la sangre si no te haces valer. ¿Te acuerdas de aquella vez en la que pusieron un filtro amoroso en la bebida del profesor de Defensa contra las Artes Oscuras? Dicen que fue ella. También se supone que ella le rompió la nariz a aquella Hufflepuff de último año que salía con un Slytherin. Es toda una leyenda, me sorprende que no supieras quien era.-
-A mi también me sorprende.- Cayden la miró de arriba a abajo. Sentada al lado de Sean, mirando un libro mientras el otro comía.
-¿De que habláis, chicos? ¿De los Slytherin? Son muy raritos, siempre sentados en el otro lado de la habitación.- Hope interrumpió la conversación.
-¿Qué te puedes esperar de un Slytherin? Por muy sangre sucia que sea.- Raihan se levantó y se marchó, Hope tomó su sitio.
-Te noto raro, Cayden. ¿No has dormido bien?- le preguntó.
-No, no mucho.- También se levantó.- Me voy fuera, tengo que respirar aire fresco.-
-¿Quieres que vaya contigo?-
-No, no hace falta.- abandonó el comedor, subió a la torre de Gryffindor, y cogió una sudadera.
Salió hacia el bosque prohibido. Estaba otra vez en su claro favorito, solo. Subió por el árbol, y se sentó en la rama en la que había visto a Selene.
Desde allí volvió la mirada hacia el castillo, y buscó la torre de Astronomía. La ira nació en él, le sorprendía las emociones que podía despertar en él un sueño.
-No tan caliente, salido.- desde abajo, Selene habló.
Se giró, y vió un círculo de llamas alrededor de la morena, que estaba acompañada de Sean.
-¿Te importaría Sean?- le pidió al Slytherin, educada.
La capa de hielo del pequeño Lago se rompió, y el agua brotó hasta las llamas, apagándolas.
El chico rubio asintió con la cabeza y se marchó.
Selene miró a Cayden desde el suelo.
-¿Bajas tú o subo yo?-
Cayden bajó a la nieve.
-¿Entonces sabes lo de los herederos?-
-Obviamente.- le extendió a Cayden un zumo de calabaza caliente.
Las palabras de Raihan sobre veneno le golpearon, pero aún así, bebió.
-Pensaba que no te fiabas de los Slytherin.- se arrepintió al instante.- ¿O es que chismear sobre mí con el Ravenclaw te ha hecho cambiar de idea?-
Ahora Cayden se sentía mal.
-¿Lo has escuchado?-
-Todo.- le dió un sorbo a su bebida.
El silencio incómodo nació entre ellos.
-Lo siento.-
-Está bien.-
Sacó un libro de su capa, y se sentó en el tronco un árbol cortado.
Cayden comprendió que ahora ambos confiaban el uno en el otro.
Se quitó la sudadera, dejando su torso al aire, se sentó sobre la nieve, y empezó a practicar su respiración como Raihan le había enseñado.
El aire tenía que entrar por la nariz, bajar hasta el bazo y volver a salir por la boca con precisión si quería emitir una llamarada. Se pasó toda la mañana intentándolo, con la compañía de Selene.
Al día siguiente, la señora gorda le avisó de que había un Ravenclaw en la puerta, diciendo que ya era hora.
No tardó en vestirse y bajar hasta el Lago Negro corriendo. Allí estaban los herederos, y a lo lejos, Selene observaba.
-¿Que se supone que tenemos que hacer?- Hope no parecía muy contenta de estar al lado del agua.
-Supongo que lo sabremos cuando empecemos. Sean, esta es la prueba de Slytherin. ¿Qué tenemos que hacer?- Raihan preguntó al Slytherin.
El rubio señaló el hielo, y comenzó a caminar. Daba pasos firmes.
Luego lo siguió Cayden y Raihan, seguidos por la temblorosa Hope.
Caminaron hasta que llegaron al centro del Lago. A su alrededor, metros y metros de hielo.
-¿Ahora qué?- la pregunta de Raihan se vió interrumpida por el sonido del cristal rompiéndose debajo de ellos.
La piel negra y lustrosa de las escamas de la serpiente silbaron alrededor de los cuatro.
Hope soltó un chillido, la enorme serpiente la había cogido.
-Cayden, ayúdame.- gritaba entre las fauces del reptil. Debajo de ellos, el hielo crujía.
-Sean haz algo.- Cayden se giró hacia el Slytherin. Pero estaba paralizado.
-Cayden agárrate.-las manos de Raihan lo rodearon, y ambos se levantaron por encima de la cabeza de la serpiente, el aire silbando en sus oídos. -Quémale los ojos. - el Ravenclaw lo soltó sobre el monstruo. Se agarró a la resbaladiza piel, pero el frío había congelado sus manos y no se deslizaban las manos por las escamas. Subió por el cuerpo del animal, hasta estar en la cabeza.
Concentró el calor en ambas manos, y la serpiente agitó la cabeza. Cayden salió disparado, pero una enorme acumulación de agua lo atrapó.
Sean desde el suelo lo miraba casi tan atónito como Raihan.
La masa de agua flotó hasta estar enfrente de la serpiente, y Cayden colocó las manos al rojo vivo sobre sus ojos verdes intensos.
La serpiente chilló y se retorció, liberando a Hope.
-Vámonos.- Raihan gritó. Cogió a Sean, y a los otros y los llevó volando hasta la orilla.
En cuanto tuvieron un pie en la orilla, el hielo entero se fracturó.
Selene ya no estaba.
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Heirs of Hogwarts
FanfictionSon diferentes, lo saben y no les importa. Y no solo por ser magos, si no por la sangre que llevan en sus venas. Ellos respiran los hechizos y emanan poder, y por primera vez en centenarios, la magia de los cuatro fundadores volverá a correr por los...