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Estaban en Hogwarts. Pero no en el que conocían, a lo lejos, el castillo estaba a medio construir.

Oyeron unos pasos rápidos.

-Estás aquí, Salazar.- un hombre de pelo cobrizo apareció detrás de unos árboles. -Rowena te necesita para unos encantamientos, quiere que el techo del comedor muestre el exterior.-

El otro hombre, de pelo negro, alto y esquelético se giró hacia él.

-¿Crees que si ellas supieran lo que hacemos nos perdonarían?-

El hombre de pelo rojizo se acercó a él, y le tapó la boca con la mano.

-Suficiente tenemos con ser magos, si se enteran de lo nuestro, iríamos a la hoguera. Así que no lo digas en alto.-

-No quiero vivir escondiéndome, Godric. Mi esposa está muerta por eso, ellos me la arrebataron. Mientras esté vivo, no permitiré que ningún no-mágico se acerque a Hogwarts.-

-¿Y qué pasará con los que son como tú?-

Salazar desvió la mirada.

-Eres un egoísta. Sobreviviste a vivir con muggles, sabes el infierno que pasan esos muchachos.-

-¿Pero y si alguno desvela la ubicación de la escuela?-

-Por Dios, Salazar. Llevamos más de tres años haciendo hechizos alrededor de los terrenos para que sean infranqueables, ningún no-mágico podrá pasar nuestras murallas.-

Salazar sonrió. Besó a Godric.

-Perdóname, amor mío.- le dijo a la tumba.

-Tu esposa quería que fueras feliz después de esa vida tan atormentada que has tenido.-

-Salazar, Rowena te está buscando como una desesperada. Date prisa.- una voz joven y femenino sonó.

-Ya voy, Helga.- los dos Magos se marcharon.- Nos ha visto.- le susurró a Gryffindor disimulado.

-Lo sé.- respondió.

Cuando volvieron a aparecer, estaban en el Gran Comedor. En la cena de Selección.

Gryffindor y Slytherin se buscaban con la mirada por la mesa de los profesores. Una tercera mirada los desaprobaba.

Estaban otra vez en el bosque prohibido, en el claro de Cayden y Selene.

-Godric, nos estamos exponiendo demasiado.- Salazar estaba desnudo, tapado por una capa roja.

-Los alumnos tienen el paso prohibido a este bosque, y los centauros y animales del bosque nos temen.- Godric lo observaba, de pie vestido con unos pantalones rojos.

-¿Y Helga?-

-¿Qué pasa con ella?-

-Nos vió.-

-Salazar, hace más de cinco años de eso. No se acordará.-

-La verdad, es que lo hago.- Helga les apuntaba con la varita.

Ambos intentaron coger la suya, pero volaron hasta la mano de Hufflepuff.

-Miraos, los dos magos más poderosos de la época. Retozando en el suelo como animales, y en contra de la naturaleza.-

-Helga, devuelvenos las varitas.- Gryffindor saltó sobre ella, pero una piedra lo lanzó de vuelta con Salazar.

-Me esperaba más de ti, Slytherin. Pensaba que eras como yo, Sangre Limpia sediento de la sangre de aquellos que nos han matado durante años, pero no eres más que basura Sangre Sucia.-

Salazar miró al suelo.

-Sois una vergüenza para este colegio, y os maldigo, a mataros entre vosotros, vuestros hijos, y los hijos de vuestros hijos, también se odiarán entre ellos. Vuestro linaje nunca se unirá, y nadie podrá decir la naturaleza de esta maldición a nadie que lleve vuestra sangre. Os maldigo para que nunca podáis amaros.- un brillo dorado golpeó a ambos.

Se miraron sin saber que había pasado. Ambos enseguida se pusieron de pie, y convocaron a sus armas, la levantaron el uno contra el otro, y acabaron con sus vidas.

Selene dió una fuerte bocanada de aire, y el pecho se le contrajo por el dolor. La poción multijugos había dejado de hacer efecto.

¿Entonces que era ese dolor?

Miró al frente, Cayden estaba delante de ella.

Cayden.

Lo llamó, pero no recibió respuesta. Intentó moverse, pero le volvió a doler el cuerpo.

Una flecha de oro atravesaba a Cayden y a ella, y el árbol los estaba devorando lentamente.

Buscó a su alrededor, Raihan podría ayudarlos.

El cuerpo del Ravenclaw estaba tirado en el suelo sin vida.

Selene chilló, lloró, se desesperó. Gastó fuerza en vano.

¿Lo amas?

Preguntó una voz.

-¿Quien eres?-

La voz volvió a hablar.

¿Eres descendiente de Salazar y amas al hijo de los hijos de Godric?

-Lo amo. Con todo mi corazón.-

Demuéstralo, muere por él.

-Se está muriendo, ayúdanos.-

Demuestra que lo amas.

Selene pensó lo más rápido que pudo.

-Ayúdame, si me ayudas podré salvarlo, y no hay mejor muestra de amor que la vida.-

El viento se arremolinó frente a ellos, y dos figuras masculinas aparecieron frente a ellos. Cogieron la flecha, y tiraron de ella hasta que estuvo fuera de ambos cuerpos.

Cayden tosió cuando la herida empezó a cerrarse.

Parpadeó, y miró a Selene.

-Estás aquí.-

-Siempre he estado aquí.-

Cayden la acarició.

-Muy bonito, y eso. Pero se os olvida algo, la prueba no ha terminado, el árbol no ha recibido su sacrificio.- Hope, con la mitad del pelo rubio, y la otra mitad negro, apareció de nuevo.

-Déjanos en paz.- le pidió Cayden mientras se aferraba a Selene.

-Lo haría encantada, es decir, me encantan los finales felices. Pero sólo si yo salgo ganando.- levantó las manos, y petrificó a Selene. -Usaría a Raihan, pero al árbol le gustan vivos, además, vosotros sabéis demasiado.-

-Selene te salvó la vida, déjala ir.- le pidió Cayden.

-Debería haberme dejado morir en el lago, o tendría que haber muerto con sus padres, esos estúpidos sangre sucia que retozaban con muggles.- hizo una mueca de asco. -Pero tú, Cayden, eres como yo sangre pura, un mago de verdad. Ven conmigo, y terminaremos lo que Lord Voldemort empezó.-

Hope empezó a toser, cada vez más y más hasta que empezó a expulsar sangre. La piel se le pegaba a los huesos, y daba sensación de acartonamiento. Se estaba deshidratado.

La capa de piedra que cubría a Selene se desquebrajó, y se rompió por completo cuando Hope no era más que hueso y piel.

-Deberías saber que el cuerpo es más de un setenta por ciento de agua.-

Hope alzó los brazos.

-Yo, os maldigo... - no pudo terminar, porque una brisa la empujó hasta el árbol, y la devoró.

Cayden y Selene se giraron hacia el cuerpo de Raihan. En lugar de él había un ave de plumas exóticas azules.

Voló, y ardió, y de sus cenizas surgió Raihan.

-Diremos que se resbaló.- dijo mirándolos.

Había amanecido.

Heirs of HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora