Heirs of Hogwarts

XV

Selene huyó mientras Cayden confesaba la verdad de los herederos. Corrió por los pasillos hasta el cuarto de baño de las chicas más cercano. Habló en Pársel y el lavabo se movió para ella. Se deslizó al interior y tomó la forma de Basilisco para poder llegar a la Cámara lo más rápido posible.

-Sel, lo he visto todo.- Tom apretó su frente contra la del Basilisco.

-Tom, ya lo sabe. Ahora lo tengo que matar.- Selene volvió a su forma humana.

-Sel, Nick Casidecapitado te trajo una vez aquí por el río. ¿Te acuerdas?- ella asintió. -Y te dijo unas palabras, ¿recuerdas?-

-¿Qué tiene eso que ver ahora, Tom? Estamos en plena crisis, o mato al que me gusta, o él me mata a mí.-

-SELENE, CONCÉNTRATE.- gritó el recuerdo.- ¿Qué te dijo Nick?-

-Algo sobre otros tiempos.-

-¿Sobre quienes te habló?-

-Godric y Salazar. Tom, ve al grano.-

-No puedo, Selene.- empezó a hablar gesticulando mucho. -Hay algo, que me lo impide.-

-¿Una maldición?-

Tom se quedó en silencio.

Sí.

-¿Quién la conjuró?- Selene intentaba unir los puntos dentro de su cabeza.

-Alguien que murió, pero está en el castillo.-

-¿Tú?-

-Mucho más muerto.-

-¿Un fantasma?-

-Más viejo.-

-¿Un fundador?-

Tom se quedó en silencio.

-¿Cual de ellos? ¿Godric? ¿Salazar? ¿Rowena?-

Tom hacía signos para que siguiera.

-Hufflepuff. Pero no puede ser posible. ¿Por qué Helga lanzaría una maldición?-

-Por que sabía algo que no debía salir a la luz. Piensa Selene, ¿el qué?-

-¿Era entre Salazar y Godric?-

Tom se desesperaba, moviendo la cabeza de arriba a abajo.

-¿Salazar mató a Godric?-

Negó.

-¿Godric a Salazar?-

-Piénsalo Sel, estuvisteis muy cerca de romper la maldición. Varias veces.-

-¿Tenía que haberlo matado?- Selene se estaba desesperando.

-Es algo por lo que Draco te mataría si se enterara.-

-¿Cuando nos besamos?-

-SÍ.- Tom saltó.

-Entonces, Salazar y Godric, eran amantes.-

-Pensaba que eras más rápida que eso.-

Un temblor hizo retumbar la Cámara de los Secretos.

-Está ahí.- un enorme animal apareció desde el suelo.

-Selene, detrás de mí.- Tom cambió su forma y se preparó para atacar a los recién llegados.

Decenas de estudiantes se arremolinaron alrededor de ambos.

-Es Voldemort.- chilló uno.

Un hechizo impactó en Tom.

-No. No es Voldemort.- lo defendió Selene, apareciendo de detrás del recuerdo de su tío.

-Selene es la heredera de Slytherin.- gritó un Hufflepuff.

-Es imposible, es una sangre sucia. Hija de un squib.- argumentó un Ravenclaw.

-Sí. Era hija de un squib y una muggle, soy sobrina de Tom Marvolo Riddle.- Selene estaba cada vez más rodeada.

-Cogedla, es familia de Voldemort.- gritó una Hufflepuff.

Selene se transformó en el Basilisco mientras el recuerdo de Tom lanzaba hechizos de desarme a diestra y siniestra.

El Basilisco se movía a gran velocidad, derribando a los estudiantes como piezas de dominó, pero enseguida se acostumbraron a los movimientos de Selene que no buscaban hacerles daño. La mayoría lanzaba hechizos contra la piel escamosa, pero otros cuantos -los más jóvenes que no sabían utilizar la magia todavía le hincaban las varitas.

-Selene, huye.- le suplicó Tom.

-¿Pero qué pasará contigo?- le gritó mientras se quitaba de en medio a unos Gryffindor.

-Estaré bien, corre. Al lago.- Tom empezó a cubrirse en una especie de brillo plateado.

-NO.- Selene chilló como Basilisco mientras Tom le dedicaba una última sonrisa antes de explotar en una bomba de luz.

Aquel recuerdo de su tío era lo único que le quedaba de su familia, y se había ido.

-CRUCIO.- uno de los estudiantes gritó levantando su varita hacia el Basilisco.

Selene se retorció del dolor mientras cientos de alumnos subían a sus lomos y la ataban con cuerdas y le pisaban.

Selene volvió a su forma humana, no podía aguantar más.

-Parad.- su cuerpo reproducía espasmos de dolor aunque no le quedaran fuerzas.

-LA TENEMOS.- chillaron todos de alegría.

Alguien volvió a conjurar la maldición de la tortura en Selene.

Aquel dolor era insoportable, le nacía en la espina dorsal y se movía por todo su cuerpo hasta llegar a la cabeza. Sentía que se iba a romper en cualquier momento.

Le llovieron las patadas y los puñetazos, las maldiciones y los escupidos, ahora estaba sola e incapaz de defenderse. Su cuerpo se sacudía por voluntad propia.

Intentó acercarse al agua para curarse, pero le pisaron la cabeza y las manos. Tampoco tenía fuerza suficiente para llamar al agua

Era el fin.

Por lo menos no había muerto a manos de la persona que amaba.

-¿Ves? Esto es lo que nos pasa por ser quienes somos.- su padre estaba delante de ella.

-Papá, ayúdame.- sabía que estaba alucinando.

-¿Por qué iba a ayudar a la sobrina del señor Tenebroso? No somos más que basura, Selene. Acéptalo de una vez.- su padre caminó hasta uno de los escombros que había generado la explosión, y lo levantó por encima de su cabeza. -Sangre sucia.- Y dejó que el trozo de piedra cayera sobre Selene.

Todo se volvió negro alrededor de ella.