VIII

5 1 0
                                    

Cayden no se separó de Selene ni siquiera cuando empezaron las clases.

Hope iba a ver a Cayden todos los días.

Diez días después, Selene despertó. Era bien entrada la noche.

-¿Cay?- Selene abrió los ojos con cuidado, y colocó la mano sobre los rizos del Gryffindor. -Cayden, despierta.-

El chico también abrió los ojos, y la observó para después encerrarla en sus brazos.

-Suéltame, Gryffindor.-

-Estás viva.-

-Obviamente.-

-¿Pero el veneno?-

-Soy la mejor en Pociones. ¿No te lo dijo Raihan?-

-Claro.- estaba contento de que hubiera sobrevivido, no le mencionó lo de la transfusión de calor. -Gracias por salvar a Hope.-

-Es joven, Hufflepuff y sangre limpia. A tus ojos merece la vida más que yo.-

-No he dicho eso.-

-"Nadie se fía de un Slytherin". Fueron tus palabras. Eso significa que Hufflepuff merece más confianza y por ello, un mejor trato.-

-No te obligué a que accedieras a poner tu vida en peligro.-

-¿Y qué hubieras hecho si Hope hubiera muerto por mi culpa? Nos hubieras matado a Sean y a mí.-

-No es verdad.-

-¿Entonces que hubieras hecho?- Selene lo miraba desafiante.

-Entonces le diría a Sean que gracias por haber hecho todo lo que pudo.-

La Slytherin sonrió.

-¿Qué te ha pasado mientras dormía?-

-Sean me salvó en el lago, le debo la vida.-

-¿Qué es todo este ruido?- la enfermera apareció. -Santo Jesús, estás despierta Malfoy.- se volvió hacia la Sala de espera. -Señor, su hija ha despertado.-

Los ojos de Cayden se abrieron como platos. Draco Malfoy estaba ahí, y tenía a su hija entre sus brazos. No dudó en soltarla.

-Pensaba que sería Sean quien te acompañaba.- la melena rubio platino sobre el impecable traje negro apareció por el umbral de la puerta.

-Este es Cayden Gryffindor, Draco.- los presentó.

-¿Gryffindor? Un apellido muy poco común. Debes ser de Birmingham, hijo de Rose Anne y Adam.- Draco le extendió la mano.

-¿Conoce a mis padres?- sacudieron las manos.

-Claro. Lucharon en la batalla de Hogwarts.-

-No lo sabía. Nunca me hablaron de la guerra mágica.-

-Una guerra no es nada de lo que sentirse orgulloso. Ahora, ¿te importaría dejarme a solas con Selene?-

Cayden asintió, y se marchó hacia los dormitorios de Gryffindor.

-¿Es el heredero?- Draco miró la puerta.

-Sí.-

-¿Sabe la verdad?-

-No.-

-Es el que veías en sueños ¿verdad?-

Selene asintió.

-Selene, tus padres me encomendaron tu cuidado. El heredero de Gryffindor te matará.-

-Ya lo sé. Siempre tengo cuidado.-

-Antes él no sabía de tu existencia. Hace dos minutos te estaba abrazando.-

-Sigue creyendo que Sean es el heredero, mientras eso siga así, estaré a salvo.-

-McGonagall me ha dicho que salvaste a Hope Hufflepuff, ingiriendo el veneno de sus pulmones, también salvaste a los otros herederos aguantando el hielo de todo el Lago Negro.-

-Toda una hazaña digna de mí.-

-Te ha costado 10 días de cama. Si sigues a este ritmo morirás.-

-Soy la sobrina de Voldemort, mi vida vale menos que la de cualquier otro mago, o si no, díselo a mis padres.-

-SELENE SLYTHERIN MALFOY, NO VUELVAS A REPETIR ESAS PALABRAS.- Draco dió fuertes respiraciones. -Tu vida es tan importante como la de cualquier otra persona y no tienes culpa de tu linaje. ¿Es ese chico? ¿Te ha dicho algo?-

Selene negó.

-Los Slytherin no son de fiar. Todos lo saben.-

-¿Acaso yo no soy de fiar? ¿O alguien que se ha sacrificado por alguien a quien no ha conocido?-

-Tú eres la excepción.-

-Entonces no todos los Slytherin son iguales.- Draco miró la hora. -Son las cuatro, deberías ir a dormir. Yo pasaré la noche aquí, mañana tengo que ir al Ministerio.-

-Marchate a Londres entonces, no puedes ir al Ministerio con cara de no haber dormido, Malfoy.-

-¿Estarás bien sola?-

-Claro.- Draco le sonrió.

-Tengo, te he traído esto.- Draco le dió una rama de chocolate.

-Gracias, papá.- Selene lo dijo sin pensar. Pero Draco ya se había ido, por suerte

Se comió la rana después de que diera su salto, miró el cromo.

Godryc Gryffindor.

Lo dejó en la mesita e intentó conciliar el sueño.

Soñó otra vez con la niebla. Pero no sentía el frío de siempre, había calor. Caminó entre los árboles, y buscó el calor.

Lo buscó a él.

Cayden Gryffindor.

Le había costado reconocerlo, pero la imagen en los sueños se hacía cada vez más nítida.

Siempre estaba vestido igual, con un pantalón rojo tan fuerte que le costaba mirarlo, la piel del torso al descubierto, olivácea. Llevaba dos hombreras doradas y una cinta dorada en la frente con una piedra preciosa Roja en el centro.

Se acercó a él.

Cayden.

Lo llamó y con esa palabra notó como sus ojos ardían.

El chico se lanzó contra ella.

-Estás viva.-

-¿Es que ha pasado algo? -

-Llevaba noches sin verte, y me pasaba algo. Me dolía todo, y la idea de no verte durante este tiempo me ha vuelto loco.- Cayden se aferró a ella, y la encerró entre sus brazos. -¿Por qué me haces sentir esto?-

-Yo no hago nada.- a pesar de la sorpresa inicial, le colocó la mano en el pelo y se lo acarició. Notó la mano más pesada de lo normal. En su muñeca había un cinta, violeta. -¿Qué es esto?-

Cayden se separó y miró la muñeca de Selene, y luego la suya, también estaba la cinta.

-Es un lazo.- anunció Cayden.

-¿Pero por qué estamos unidos?-

-Tú me salvaste la vida. Quizá fue eso.- Cayden le quitó el pelo de la cara, y se acercó a su boca. Luego atacó el cuello y Selene echaba la cabeza hacia atrás.

-Cay.- gimió.

Cayden se despertó en la habitación de Gryffindor.

Solo.

Heirs of HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora