El Legado De Los Muertos {COMPLETA}

C A P Í T U L O 13

C A P Í T U L O 13

I V Á N
  Me desperté en la cama de Gretta, aunque ella ya no estaba a mi lado. Me llevé las manos a la cara y solté un largo suspiro. Otra vez me había dejado llevar por mis emociones y eso podía terminar muy mal. Sólo esperaba que ella no estuviera tan confundida como lo estaba yo en aquél momento.
  Me puse mi bóxer y los pantalones pero no pude encontrar mi remera. Salí de la habitación y me topé con Gretta sentada en la mesa, con una taza humeante y usando la prenda que no podía hallar. Cuando notó mi presencia me sonrió ampliamente.
-Perdóname por no despertarte con un gran desayuno, pero la cocina no es lo mío. Si quieres puedo prepararte un café.
  No pude evitar reírme ante su comentario sincero.
-No te preocupes -dije restándole importancia -, un café sería perfecto.
  Se levantó de donde estaba y caminó hasta la cocina. La observé bailar mientras encendía la cafetera y no pude encontrarle ningún defecto. Ella era todo y más de lo que un hombre esperaría en una mujer. Era yo el idiota que no la merecía.
  Me dejó la taza en frente y me sorprendió que supiera cuánta azúcar le ponía a este. El sol de la mañana se colaba por la ventana y le dejaba a Gretta un aura similar a la de los espíritus que veíamos. No pude evitar pensar en que no soportaría si algo malo le sucediera.
  El golpeteo en la puerta me devolvió a la realidad. Gretta caminó hasta allí y la abrió para que Josh pudiera pasar. Cerré los ojos y me preparé mentalmente para lo que se avecinaba.
-Buenos días -saludó con una sonrisa pícara -. Aunque más buenos para ustedes que para mí.
-Iré a cambiarme -dijo ella algo avergonzada.
  Josh me miró y sonrió complacido con la situación, seguramente ya había inventado unas cuantas bromas.
-Me sorprendes -dijo sentándose a mi lado mientras chocábamos los puños.
-¿Por qué? -pregunté al ver que no continuaba.
-No creí que estarías aquí -respondió tranquilamente -. Desayunando semidesnudo, con tu novia usando tu ropa luego de haber tenido la noche más caliente y repleta de sexo salvaje de sus vidas.
-Cierra la puta boca, idiota -mascullé con los dientes apretados mientras intentaba no alzar la voz para que Gretta no me escuchara -. Ella no es mi novia y sólo lo hicimos una vez.
-¿Una vez? Pudiste haberla matado, tigre -habló fingiendo sorpresa y luego estallando en risas.
  Lo habría golpeado, pero Gretta apareció vestida con ropa común y me pregunté si no iría a trabajar ese día. Ella me devolvió la remera y me la pasé por la cabeza para cubrirme el torso. Josh se sirvió un café como si estuviera en su casa y comenzó a hablar.
-Tengo muchas preguntas sobre lo que pasó anoche.
-Cuidado con lo que vayas a preguntar -dije y le dediqué una mirada de advertencia.
  Él me ignoró y centró su atención en Gretta.
-¿Qué significa que el alma de Drake ya no existe?
-No lo sé -respondió ella negando con la cabeza -. Quizá su alma murió junto con su cuerpo, pero no estoy segura de si eso es posible. Tampoco sé si todas las personas se convierten en fantasmas o si todas tienen alma.
-Al parecer no tenemos idea de nada -dije irónicamente.
-Sabemos donde está el libro -afirmó mi amigo -Deberíamos ir a buscarlo y dejar de perder el...
-No -interrumpí -, no vamos a profanar la tumba de mi padre.
-Pero sólo ahí encontraremos las respuestas que necesitamos -dijo Gretta hablando con suavidad.
-¡He dicho que no! -detestaba hablarle así pero no podía hacer eso. No quería que esa fuera la última imagen que tuviera de él.
-¿Entonces qué sugieres? -cuestionó Josh algo enojado ante mi negativa.
-Continuar con nuestro plan inicial -lo había pensado durante la noche antes de quedarme dormido, me parecía lo mejor dado que exhumar a mi padre no era una opción -. Hablamos con las víctimas y les pedimos que nos cuenten sobre el asesino. Sencillo.
-Puede que no sea tan sencillo -acotó Gretta. Josh y yo la miramos con incertidumbre y la incitamos a continuar -. El Vengativo siempre me advierte sobre un Cazador. Creo que el asesino y el Cazador podrían ser la misma persona.
-¿Qué es un Cazador? -preguntó Josh alzando su mano como si estuviera en la escuela.
-Es un espíritu que posee cuerpos -respondí.
  Si Gretta estaba en lo cierto, esa podía ser la explicación para que los asesinatos se estuviesen repitiendo durante años. Si ese Cazador era inteligente debía tener un largo historial de muertes y en diferentes Estados para evitar que sus crímenes se vinculen unos con otros. Debía hablar con todas las jurisdicciones y pedirles los archivos de los casos similares, sin importar lo viejos fuesen.
  El Cazador podría haber asesinado a una infinidad de personas a lo largo de todo el país y posiblemente al rededor del mundo también. Sin embargo, debíamos hablar con las víctimas más recientes ya que podría haber cambiado de cuerpo para tener uno diferente cada año. Él o ella podría estar en cualquier cuerpo, incluso en uno con el poder suficiente para destruir evidencias o plantar un chivo expiatorio para acreditarle los asesinatos.
  Esas posibilidades me aterrorizaban. Podría ser cualquier persona, estar en cualquier lado, preparando su próximo asesinato o incluso cometiéndolo. Esperaba que Gretta estuviera equivocada, pero yo sabía que estaba en lo cierto.
  Ese día no pudimos hacer mucho, y los días siguientes tampoco. La Estación era un caos ahora que nos preparábamos para la llegada del nuevo capitán. Habían transcurrido dos días del año nuevo cuando al fin pudimos continuar con la investigación.
  Josh y Gretta eligieron a Gloria Kellen para ir a visitar a sus familiares. Creímos que era lo indicado ir a su antiguo hogar para averiguar si su espíritu estaba allí, pero si no estaba, haríamos una sesión.
  Gloria Kellen solía vivir con su madre ya que sólo tenía diecinueve años. Su casa quedaba en la ciudad vecina así que viajamos en mi camioneta. Gretta y Josh hablaron durante todo el camino mientras mi amigo hacía preguntas sobre los fantasmas y ella le contaba todo lo que sabía. Llegamos a nuestro destino después de una hora de viaje.
  Era una casa pequeña y estaba algo descuidada. Golpee la puerta y los tres nos quedamos esperando mientras la nieve caía a nuestro alrededor. Una mujer de mediana edad nos atendió y nos miró extrañada ya que habíamos ido sin avisar.
-Buenas tardes -saludé a la vez que Josh y yo le enseñábamos nuestras placas -¿Podríamos hacerle algunas preguntas con respecto a su hija Gloria?
-Ya he dicho todo lo que tenía que decir -dijo e intentó cerrar la puerta.
  Gretta se nos adelantó e hizo que la mujer entrara en razón.
-Por favor, señora Kellen, sólo serán unas cuantas preguntas y le prometo que la dejaremos en paz.
  Supuse que ella había sentido algo extraño allí y por eso insistió en entrar.
  Afortunadamente, la mujer llamada Susan, nos dejó pasar y nos ofreció té. Ella se veía algo nerviosa y se removía incómoda en el gran sillón en donde estaba sentada. También miraba constantemente hacia las escaleras, como si estuviera rezando por que nadie se apareciera por allí.
-¿Hay alguien más en la casa, señora Kellen? -cuestioné luego de notar sus extrañas actitudes.
-No, sólo nosotros -respondió rápidamente, aunque no le creí-¿Podemos comenzar?
-Claro -dijo Josh amablemente. Él y Gretta habían preparado una serie de preguntas que nos permitiera ganar algo de tiempo mientras intentábamos encontrar rastros de un espíritu -¿Cuándo fue la última vez que vio a su hija con vida?
  La mujer respondió pero no le presté atención. Gretta se levantó y caminó hasta la chimenea donde habían fotos enmarcadas. Susan la siguió con la mirada y frunció el ceño.
-Puedo preguntar qué hace ella aquí -dijo la mujer haciendo referencia a nuestra compañera -. Porque no he visto tu placa o escuchado tu nombre.
   Gretta me observó con sus ojos azules en busca de ayuda. Obviamente no podíamos decir que ella estaba allí porque podía hablar con los muertos.
-Se llama Gretta Adams y es nuestra consultora civil -hablé luego de pensarlo durante un segundo.
  Susan asintió y respondió las preguntas de Josh. Miré a Gretta y le pregunté con la mirada si había sentido alguna presencia pero ella negó con la cabeza. Era extraño, ella sabia que estaba sucediendo algo pero no podía confirmarlo.
  Justo antes de que se nos acabaran las preguntas, una joven apareció arriba de las escaleras y nos miró confundida. Mis compañeros y yo compartimos una mirada y observamos a Susan. Josh y yo estábamos confundidos ante esta nueva compañía, pero Gretta parecía estar usando toda su mente para entender lo que estaba sucediendo.
-¿Mamá? -cuestionó la chica. Según el perfil de Susan, ella sólo tenía una hija, pero estaba muerta.
-¿Tú eres Gloria? -preguntó Gretta.
  La muchacha asintió aún más confundida que antes.
-Vuelve a tu habitación, Glo -dijo Susan -. Los detectives ya se van.
  Gloria hizo lo que su madre le pidió. Observé a aquella mujer lleno de preguntas pero Gretta se me adelantó.
-Es una Renacida -afirmó con la mirada en el punto donde Gloria se había perdido.
-¿Cómo sabes esa definición? ¿También puedes verlos? -preguntó la mujer con voz afligida y las lágrimas asomándose en sus ojos -¿Tú eres madre de alguna víctima?
-¿También? -pregunté sin poder salir de mi asombro -. Usted es médium.
-¿Por qué cree que soy la madre de alguien? -preguntó Gretta.
-Fui a una reunión de familiares de las víctimas y todos los padres éramos médium.
  Esa era la pieza que nos faltaba. La conexión eran sus padres. El asesino buscaba a hijos de clarividentes. Aunque la razón aún era desconocida para nosotros, este había sido un gran avance para la investigación. Al fin habíamos descubierto qué hacía especiales a las victimas.
  La mujer rompió en llanto.
-Gloria no tiene idea de que está... - no pudo continuar hablando. Josh se le acercó y le acarició los hombros. Susan estaba desconsolada pero continuó hablando con nosotros -. Gloria apareció por aquí luego de que hallaran su cuerpo. Ella dijo que un hombre la había secuestrado pero que un día la dejó ir.
-¿Un hombre? ¿No le dijo algo más sobre él? -pregunté.
-Dijo que la atacó por detrás y que tenía un cuchillo.
  Encajaba con la descripción que teníamos. Era exactamente lo mismo que me había sucedido a mí, el ataque y la daga como arma homicida.
-¿Cómo le diré que ya no podrá ver a sus amigos, que ya no se casará? -lloró Susan mientras Josh intentaba consolarla.
  Gretta se me acercó y me susurró para que nadie más nos escuchara.
-No creo que podamos encontrar nada más aquí. Ya nos dijo todo lo que sabe.
  Asentí en silencio. Luego de eso nos despedimos de la señora Kellen y le dejamos nuestro número en caso de que su hija recordara algo más sobre el asesino. Nos alejamos de la casa bajo la mirada de Gloria en la ventana. 
  Hicimos el viaje de regreso en silencio. Los tres estábamos anonadados ante lo que acabamos de vivir. La situación había sido triste y difícil para nosotros, pero sólo podíamos imaginar cómo se sentía la señora Kellen.
  Dejamos a Gretta en su edificio y nos dirigimos de vuelta a la Estación. Habíamos recibido la llamada de un colega diciendo que el nuevo capitán ya había llegado e iba a presentarse.
  Todos estaban ansiosos y algo emocionados mientras esperábamos a que entrara nuestro nuevo jefe. El hombre era unos veinte centímetros más bajo que yo y tenía rasgos latinos. Se paró frente a todos, nos miró con un aire de suficiencia y comenzó su presentación.
-Soy su nuevo capitán, Benjamín Morales -habló colocando sus manos tras su espalda -. Quiero que sepan que las cosas van a cambiar. A partir de ahora haremos las cosas de manera correcta: cada caso será supervisado por mí y sólo por mí. He notado que muchos de ustedes tienen sus casos asignados y los dejaremos así por el momento.
》Si bien Fred y yo somos buenos amigos, no me gustó como manejó las cosas aquí. Yo no voy a pasar por alto todas las cosas que él sí, si deben ser suspendidos serán suspendidos, sin excepciones.
》Se acabó el juego, señores. Si queremos ser una Estación Policial competente y confiable debemos trabajar duro.
  Todos estábamos en silencio escuchando a Benjamín. Josh y yo nos miramos sin poder creernos lo que escuchábamos. Ya comprendía lo que me había dicho Fred acerca de que el nuevo capitán tenía carácter.
  Nos echó una última mirada y concluyó su discurso.
-Ya pueden irse, pero mañana comienzan sus pesadillas.
  Y cuanto razón tenían aquellas palabras.

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¡Otra semana y un nuevo capítulo!
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