C A P Í T U L O 23

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C A P Í T U L O 23 

I V Á N
  La noticia sobre la muerte de William Hilton nos había dejado devastados. Ese pobre hombre no había encontrado la justicia, pero nosotros lo haríamos por él.
  Podía verse en su rostro que era inocente. Pero, debido a que todos lo habían tratado como un demente y un asesino serial, había caído en la locura. Él sólo necesitaba que alguien le creyera, y cuando Gretta lo hizo supe que ya no podría continuar. Alguien había comprendido su verdad y eso había sido suficiente satisfacción para dejar de luchar.
  Pero nosotros no nos rendiríamos. Tenía la teoría de que Benjamín, el capitán de la policía y mi superior en jefe, era el Anfitrión del Cazador. Era una locura, pero no podíamos descartar ninguna idea.
  Para despejar aquellas sospechas íbamos a visitar a Paula López, su esposa muerta. Su antiguo hogar estaba siendo presentado a posibles compradores por una inmobiliaria, así que nosotros aprovecharíamos aquella oportunidad.
  Estacionados frente a la casa, observamos como la gente entraba salía y recorría toda la propiedad.
-De acuerdo ¿Cómo lo haremos? -preguntó mi mejor amigo.
-¿Hacer qué? -cuestionó Gretta a la vez que asomaba la cabeza Entre los asientos delanteros.
-Infiltrarnos en la casa -dijo con un tono que conocía muy bien, iba a decir alguna de sus estúpidas ideas -. Podríamos decir que Iván y yo estamos casados y tú nos alquilarás tu vientre. O que tenemos una relación entre los tres... -antes de continuar, se giró hacia mí y me miró con una expresión divertida - O podríamos decir la verdad: que ustedes dos son la pareja y que yo soy el amigo soltero, genial y divertido.
-Me gusta la primera opción -dijo Gretta con una risita -¿Pero por qué tenemos que fingir?
-Porque el malvado villano Benjamín Morales no debe descubrir nuestra verdadera identidad.
  Gretta y Josh continuaron riendo mientras yo volteaba los ojos.
-¿Por qué querría saber si visitamos su casa? -preguntó Gretta luego de unos instantes.
-Para asegurarse de que no rompamos el trato que hicimos -respondí a la vez que salía del auto. Ellos me siguieron y esperaron a que les dijera qué hacer -. Haremos la última opción, pero quiero que te comportes, Josh.
  Mi mejor sonrió complacido para luego abrazarnos a mí y a Gretta por los hombros.
-Será la verdad entonces.
  Le tomé la mano Gretta, la cual me sonrió dulcemente, y luego cruzamos la calle. Al entrar en la casa un olor dulce nos llenó la nariz y un frío leve me rozó la piel. Supe que para ella había sido más fuerte ya que se le erizaron los vellos del brazo y un escalofrío le recorrió la espalda. Asintió suavemente en mi dirección para darme a entender que allí había un espíritu.
  Una mujer, la agente inmobiliaria, se nos acercó con una sonrisa pero Josh se nos adelantó.
-Hola, soy Esteban Ávila - dijo él estrechando la mano de la mujer, luego se giró hacia mí -. Mi hermano gemelo, Dylan Ávila, y su prometida, Beatriz Hernández. ¿Cómo te llamas, preciosa?
  "¿De dónde mierda sacó esos nombres? ¡¿Y por qué gemelos?" Pensé cuando escuché la estupidez que había dicho mi mejor amigo. Creí que se había arruinado todo el plan, pero la reacción de la agente inmobiliaria me sorprendió. Ella había quedado hipnotizada ante mi mejor amigo.
  Miré a Gretta y ella apenas podía contener la risa. Negué con la cabeza a la vez que observaba como la mujer le sonreía tontamente a Josh.
-Soy Clara Evans -tartamudeó la agente sin poder alejar los ojos de "Esteban". Volvió a la realidad con una sacudida de cabeza y nos saludó con un apretón de manos -. Vamos, les enseñaré la casa.
  Seguimos a Clara por toda la propiedad mientras observaba como alguien nos perseguía, pero pude identificarla rápidamente como el fantasma que estábamos buscando. También veía con hastío como Josh la llevaba de la cintura y le hacía preguntas tontas. Llegamos al segundo piso en donde nos mostró las habitaciones que tenia la casa.
-¿Y cómo son las escuelas por aquí? Porque esos dos -dijo señalándonos con fingida exageración -, no te imaginas cómo lo hacen. ¡Todo el día! Uno tras otro. Yo creo que en unos pocos meses me convierto en tío.
-¡Esteban! -lo cortó Gretta -. Creo que Dylan y yo tenemos que hablar en privado sobre la casa, ya que nosotros viviremos aquí.
-Creo Beatriz tiene razón -acoté para que pudiéramos terminar con eso lo antes posible.
-De acuerdo. Cuéntame más sobre ti, Sara -aceptó Josh y luego se alejó de nosotros con la agente.
  Una vez que nos quedamos a solas, Gretta nos llevó hasta una habitación vacía y cerró la puerta. El espíritu de Paula López atravesó la puerta y nos dedicó una mirada que era entre enojada y confundida.
- Esta es mi casa. ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen acá? -preguntó con un marcado acento argentino.
-¿Paula López? -la mujer asintió -. Mi nombre es Gretta Adams y él es mi novio Iván Nicholson. Nos gustaría hacerte un par de preguntas.
  Ignoré por el momento la manera en la que la palabra "novio" me había hecho sentir y me centré en hacerle preguntas a Paula.
-¿Qué puedes decirnos sobre Benjamín Morales?
  El rostro de Paula se transformó en una mueca horrorizada y furiosa, aunque también había un dejo de tristeza.
-¡No vuelven a decir ese nombre en mi casa! -gritó. Le pedimos disculpas y su tono se suavizó un poco -¿Para qué quieren saber de él?
-Quiero que se pudra en la cárcel -respondí rápidamente. Paula aspiró pesadamente por la nariz y supe que nos ayudaría -. A pesar de que no encontraron pruebas, fue él quien te asesinó, ¿cierto?
-Sí, pero no parecía mi Benjamín ese día. Acudí con el doctor Clementon por mi problema de ansiedad, pero él le ofreció dinero a Benja a cambio de hacer experimentos psicológicos conmigo -ella había comenzado a llorar -. Pero cuando se enteró de la denuncia se volvió loco y... y... todo acabó. Lo hizo con una cuchilla de cocina.
-¿Y dónde está la cuchilla? ¿Sabes dónde la ocultó? -cuestioné algo desesperado por respuestas.
  Paula se acercó hasta la ventana que estaba y miró hacia abajo, hacia el hermoso jardín repleto de plantas. Ella señaló un rosal muy florecido y suspiró.
-Benja me lo regaló en nuestro aniversario -habló pegada al vidrio y con su voz cargada de melancolía -. Lo enterró justo debajo y todavía sigue allí, esperando a que alguien como ustedes desentierren el paso.
-¿Puedes contarnos algo más sobre ese día? ¿Cómo era la actitud de Benjamín? -pregunté.
  Aún tenía mis sospechas sobre si él era el Cazador o no y no podía quedarme con las dudas.
-En un principio fue muy tierno y amoroso conmigo, la pareja ideal. No tardamos mucho en enamorarnos y luego nos casamos -comenzó con una sonrisa triste. No podía imaginar a ese hombre como alguien cariñoso -. Pero a medida que su carrera policial iba avanzando todo cambió. Se volvió una persona violenta y se involucró en cosas ilegales. Pero cuando intenté hablar con él no dudó en enviarme lejos, pero la denuncia no fue la gota que colmó el vaso -Paula se retorcía las manos y evitaba mirarnos a los ojos, se notaba que no le gustaba recordar aquello -. Cuando le pedí el divorcio se transformó completamente. Dijo que si no estaba con él no podía estar con nadie más. Y luego hizo lo que hizo.
-Muchas gracias, Paula -Gretta sonrió amablemente -. Has sido de mucha ayuda.
  Gretta era muy diferente a mi cuando se trataba de hablar con las personas, o fantasmas en este caso. Yo transformaba cualquier conversación en un interrogatorio policial, en cambio, ella era muy amable y siempre intentaba formar un vínculo con la gente. Pero no pudimos continuar con nuestra charla.
  Josh abrió la puerta rápidamente y nos miro con desesperación.
-¡3312, 3312! ¡Alerta de villano malvado! ¡Tenemos que irnos ya! ¡Benjamín esta aquí!

  Salimos de la habitación sin decir nada más y corrimos hacia la escalera. Nos detuvimos al escuchar la voz de Benjamín hablando con Sara sobre la venta de la casa. Paula apareció frente a nosotros y nos pidió que la siguiéramos. Nos llevó hasta la puerta trasera donde nos agradeció.
-Tendrán que irse por detrás para no arriesgarse - habló algo apenada. Antes de salir, Paula habló una ultima vez -. No dejen que vuelva a estar en libertad.
-No lo hará -prometí.
  Saltamos la cerca hacia la casa vecina y corrimos hasta el auto de Josh. Estaba agradecido de no haber acudido con mi camioneta, de otro modo habría sido fácil de reconocer.
-Amo la adrenalina que me provoca escapar -afirmó Josh mientras conducía -, está decidido que me convertiré en delincuente.
  No le di mucha importancia a mi amigo y me centré en la declaración de Paula. Benjamín era un asesino y, posiblemente, estaba poseído por el Cazador. Mis sospechas no hacían mas que aumentar. Y todo eso que significaba que él había sido el Anfitrión durante años. Pero si debía encerrar a un inocente lo haría, por lo menos hasta que el Cazador abandonara su cuerpo. Sin embargo, algunas cosas carecían de sentido.
  Las razones del asesinato de Paula no encajaban con los otros asesinatos. Eso se debía a que, a pesar de ser similares, las armas homicidas no eran las mismas y el tiempo de la posesión era excesivamente largo. Aunque el Cazador no sea el culpable de este homicidio, Benjamín si lo era.
  Regresamos al hotel e inmediatamente escribimos una denuncia anónima con cada palabra que Paula había mencionado, con especial énfasis en la ubicación de la cuchilla. La leímos cientos de veces antes de enviarla por correo al Departamento Policial que se había encargado del caso. Aun así no estábamos tranquilos, y no lo estaríamos hasta verlo tras las rejas.
  Esa noche decidimos descansar para ponernos en marcha al día siguiente. Continuamos traduciendo el At Medium durante nuestro regreso a casa, aunque no encontramos demasiada información útil. Era muy probable que en esos cinco días la carta ya habría sido entregada y los encargados harían algo al respecto.
  Josh y yo regresamos al trabajo, pero nada había cambiado. La tiranía de Benjamín era la misma de siempre, aunque nuestros compañeros aprendieron a manejarlo. Continuamos trabajando en nuestro caso a la vez que Gretta interpretaba el libro y nos avisaba si encontraba algo importante.
  Aquel día, ella nos llamó con la emoción azotando cada parte de su cuerpo y voz. Estaba mas entusiasmada que nunca.
-¡Hay un texto que explica una manera para invocar a los Vengativos! -exclamó -. Es lo que necesitábamos para obtener respuestas de él.
-Claro, el maldito solo se aparecía cuando quería. Ahora no tendrá otra opción mas que decirnos la verdad -Josh estaba igual de emocionado.
-¿Qué necesitamos? -pregunté a la vez que planeaba una nueva sesión para esa misma noche.
  Pero no pudimos escuchar la repuesta.
  En la Estación comenzó a escucharse un estruendo que provenía de las oficinas. Un grupo especial de la policía irrumpió en el lugar en busca de Benjamín. No pude evitar reír cuando lo esposaron y le dijeron sus derechos. Miré a mi mejor amigo y me di cuenta de que ambos no podíamos manejar la felicidad.
  Chocamos puños y palmas en un saludo especial que solo utilizábamos cuando resolvíamos un caso. Benjamín nos observó destilando veneno de sus ojos, lo saludamos agitando los dedos y con una sonrisa de satisfacción en nuestros rostros.
  Llamamos a Gretta nuevamente y le dimos la noticia. Se alegró, pero también le entristeció no poder contárselo a Paula. Y todos nos sentimos de esa manera. Pero esa noche teníamos que celebrar. El pequeño departamento de mi novia (era extraño usar esa expresión, pero me encantaba) se había convertido en nuestro centro de investigación, cuartel secreto y punto de reunión para cualquier encuentro que tuviéramos.
  Apenas atravesé la puerta, le estampé un beso en los labios. Mi necesidad de tenerla cerca se debía a que me estaba enamorando de ella, o quizá ya lo estaba. Muy a pesar, me separe de ella y comenzamos una serie de brindis que terminaron cuando ya no podíamos levantar la botella para servir mas vino.
  Josh durmió en el sillón y yo en la cama junto a Gretta. Pero la noche se hizo mas corta de lo esperado. Recibí una llamada que me despertó de mal humor, pero la noticia me quitó cualquier rastro de sentimiento que pudiera haber en mi.
  Un nuevo asesinato, pero esta vez era diferente. No murió una sola persona, fueron dos. El Asesino de Almas había atacado nuevamente.
Pero, con Benjamín tras las rejas, mis peores pesadillas se habían hecho realidad. Aun no lo habíamos atrapado. El Cazador continuaba en libertad.

El Legado De Los Muertos {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora