Capítulo 21

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~ESPECIAL, NARRA MAMÁ DE SAM~

ELEONORA

— ¿Qué haces?—pregunte incorporándome en mi cama, el chico sorprendido se vuelve hacia mí

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— ¿Qué haces?—pregunte incorporándome en mi cama, el chico sorprendido se vuelve hacia mí.

Estaba sin camisa, con un pantalón corto puesto y en la mano tenía un recipiente con agua y a un lado de su hombro colgaba una toalla blanca.

Prendí la luz y alargue el cuello para mirar a mi hija, quien estaba profundamente durmiendo solo con una blusa fina con tiras y una braga color verde.

—Tenía mucho calor y se sacó la ropa —respondió el muchacho cuando se percató de la mirada que tenía sobre Samantha, luego aclaró la garganta y colocó el recipiente de agua sobre la mesita de luz—Sam, se irrita cuando no se limpia rápido el sudor, quería pasarle un poco de toalla mojada, siento despertarla—se disculpó, pero no era una disculpa sincera sino uno por mera educación.

No parece un mal muchacho como dice Oliver, pero tampoco parece tan bueno como me gustaría que fuera, hay cierta enigma a su alrededor y las veces que lo oigo hablar solo me hace cuestionarlo aún más, las corazonadas de una madre nunca falla y eso me en alerta con él.

— ¿Qué hora es?—pregunte, estaba confundida, ¿Él estaba despierto solo para secarle el sudor a mi hija?

Y evidentemente lo estaba haciendo, sin hacer ruido y muy sigilosamente comenzó a pasar toalla húmeda por el cuello y brazo de Samantha. No sabía que pensar al respecto, tenía mi frente muy fruncida y por más que lo estudiaba no entendía.

—Creo que son más de las dos de la madrugada —respondió cuando terminó de limpiarle el sudor, después se sentó en un costado de Samantha y con una pantalla redonda de plástico la abanicó para combatir el calor, mientras esta dormía plácidamente.

— ¿Que se supone que haces?

—Tiene calor, la estoy abanicando, por favor, duérmase, no haré más ruido.

— ¿Por qué no duermes también?

—No puedo si sé que Sam tiene calor, además no tengo sueño—respondió sin mirarme, sus ojos estaban muy ocupados observando las facciones de mi hija.

En esta casa no había ventiladores ni aire acondicionado, hacía mucho calor y aunque mis padres estaban acostumbrado y no les molestaban las altas temperaturas para nosotros no era lo mismo.

Me volví a acotar en mi cama y miré el techo, sabía que ya iba ser imposible pegar el ojo, Samantha es la persona que más amo y todo los días me preocupo por ella, más que cualquier otra cosa.

A veces sobre pienso las cosas por el simple hecho de que ella es muy ingenua, desde el momento en que se fue de la casa para comenzar la universidad un nudo se formó en la boca de mi estómago, nunca le dije porque no quería angustiarla pero todos los días lloraba pensando en ella, tenía miedo de que se cruzara con personas que podrían lastimarla, un chico que lastime su corazón y le haga sufrir, era mi mayor temor.

El verdadero Darren #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora