SAMANTHA
Darren, por supuesto rechazo la invitación que Davina vino hacernos para ir a cenar en la casa de sus padres y no solo eso, también se ha mantenido evasivo respecto a hablar sobre sus amigos.
Paso una semana y en esos días que paso nuestra relación fue tocando el acandilado cada vez más rápido, sentía que Darren se estaba alejando de mi volviéndose hasta frío he indiferente conmigo.
Llega a casa todos los días después de la media noche y evita llevar cualquier tipo de conversación conmigo, ni siquiera me ha dado espacio para mencionar que me ha estado mintiendo todo este tiempo.
No ha estado yendo en la oficina como supuestamente dice hacerlo, entonces, ¿En dónde ha estado yendo en estos últimos tiempos hasta largas horas de la noche? La idea de que me estuviera engañando surgió en mi cabeza, pero conociéndolo como lo hago sabía a ciencia ciertas que eso no era el caso, debía deberse algo respecto a sus amigos, algo que me estaba ocultando acerca de ellos.
—¿Qué pasa?—me preguntó Elio. Notando mi desaire mientras ellos hablan apasionadamente sobre temas triviales.
Tanto Lily como yo, nos encontrábamos en el departamento de Elio, resulta que Vina, su perra, tiene depresión canina, Elio se culpó así mismo, ya que dice que la ha dejado sola por mucho tiempo y reconoce que la ha descuidado severamente porque ha estado mucho tiempo en el hospital trabajando sin descanso.
Aunque debo mencionar que no solo Vina, estaba deprimida, yo también sufría el mismo lamento, lo mío era por mi problema amoroso y lo de Vina era soledad. Ambas éramos perras desdichada, eso según las palabras de Lily.
—Nuestra pequeña Samantha, ha estado atravesando síntomas premenstruales, así que no te preocupes buen Elio—respondió por mi Lily, le agradecí en mis adentros porque realmente no quería hablar sobre mi situación con Darren.
—Si no te molesta, puedo llevarla a pasear por las tardes — propuse, respecto a Vina, con la intención de esquivar las preguntas de Elio.
Él me estudio más tiempo de lo que haría normalmente y luego asintió con la cabeza.
—Yo también puedo buscar tiempo para acompañar a Vina, puedes dejarla en el departamento conmigo los días que tengas guardia, ¿No crees? —se ofreció Lily.
—Es mi responsabilidad, ustedes no deberían buscar tiempo para hacerse cargo de ella—manifestó Elio, orgulloso y testarudo como de costumbre.
—Eres padre soltero, mejor acepta ayuda de estas lesbianas y déjate de tonterías.
—¿Lesbianas?—soltó Elio, con una ceja enarcada hacia mí, con un claro expresión de "tú también"
—Supongo que habla de sí misma de forma plural—respondí con pereza.
—Si, a ella le gustan los hombres—estuvo de acuerdo Lily—Sobre todo esos idiotas que la hacen llorar más que una cebolla.
Me tendí con mis mejillas presionada sobre la mesa y dejé salir un sonido que no revelaba nada en realidad.
Por lo tanto, Lily agregó.
—Samantha, cuando se trata de hombres simplemente no deberías tener expectativas, porque son hombres, de esa forma sufrirás menos.
A Elio aquello le resultó inesperado y se volvió hacia mí, esperando mi respuesta, yo baje la mirada decidiendo no decir nada al respecto.
—Por cierto, Elio—habló nuevamente Lily —¿Tú perra se llama Vina por Davina?—preguntó cambiando de tema.
ESTÁS LEYENDO
El verdadero Darren #2
Teen FictionSAGA DARREN (LIBRO 2) "TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS BAJO REGISTRO DE DERECHOS DE AUTOR" Segunda parte de una historia de amor con muchas dificultades por delante, ¿Sobrevivirá el amor a pesar de las adversidades?