🕷️: II

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Michael Myers analizó cada parte de su domicilio desde arriba a abajo. No encontró nada en el sótano y tampoco en las taquillas que poseía para agarrar a un sobreviviente si trataba de esconderse.

Se sentía estúpido. Por primera vez no lograba hallar a ese hombre a pesar de que veía algunos rastros de sangre pero él sabía que ya había acabado de curarse y no habría nada para llevarlo a la ubicación de Jake.

Michael subió las escaleras y alzó su cuchillo preparándose para ofrecer varios impactos pero, precisamente tampoco había encontrado algo en el baño o en cada dormitorio.

Finalmente quedaba el suyo. Se metió y miró en el suelo en donde algunos charcos de sangre seca se dirigían hacia el casillero. El homicida la abrió y apretó sus dientes al ver que no había rastro de ese insecto.

Jake miraba todo desde debajo de la cama del asesino. Su corazón palpitaba fuertemente casi martillándole los oídos, los nervios al tope y la adrenalina tomando cada parte de su existencia.

Veía los zapatos de Michael desde la distancia y le sorprendía como este, en ningún momento se agachó para observar si había alguna persona debajo de su cama dentro de la alcoba.

Soltó un suspiro de alivio al observar como el de la máscara abandonaba la habitación. Park salió lentamente de su escondite y limpió la tierra que estaba en sus ropas.

Hasta que escuchó una pesada respiración en su oído y sintió como el filo de un cuchillo se situaba en su cuello sin ejercer fuerza. Jake lo sabía, Michael estaba detrás suyo.

El pobre no lograba continuar como la primera vez, algo se atoraba en su garganta, algo que le impedía poder hablar. Sentía su corazón latir con fuerza y la adrenalina fue suficiente para hacer que entre en un trance de puro pánico.

Intentó apartarse pero eso significaba la mismísima muerte. La mano de Michael sostenía fuertemente su cadera, apretando sus dedos y seguramente aquél agarre pronto dejaría sus respectivas marcas.

Cuarenta centímetros no era una "poca" diferencia que no podría pasar desapercibida. Jake estaba perturbado y casi desfallece entre los brazos del criminal. Sus piernas flaquearon y abrió su boca para argumentar.

─N-no... ─. Fue lo único que salió de sus labios, las lágrimas se asomaron en los rasgados ojos del azabache. Michael bajó poco a poco la bufanda del joven y ejerció más fuerza en el cuchillo.

Myers pensaba: "Debo hacerlo ahora, debo matarlo y deleitarme con sus gritos de agonía, con su sufrimiento". Una sonrisa perversa se posó en sus labios.

Nada se podía ver en aquella máscara, sólo un rostro inexpresivo que demostraba la mismísima maldad dentro de aquella casa lúgubre.

Pero un pensamiento, inmediatamente atravesó su mente. Aquél pensamiento le hizo alejar lentamente el cuchillo del cuello de Jake y se apartó de su acercamiento.

"Sí el ente no lo asesinó, es por algo".

Tenía sentido. Aunque pensándolo bien... ¿La trampilla no estaba abierta? ¿Por qué aún no se había escapado?
No había tiempo para resolver dudas que pronto las vería con sus propios ojos. El joven Park hiperventilaba y agachaba la cabeza dejando soltar algunas lágrimas que goteaban hasta el suelo.

─Déjame irme de aquí ─. Exclamó entre sollozos y por último susurró ─Por favor.

Michael jamás había estado conmovido por el humano que evidentemente le temía. Había visto la valentía del joven al haberle hablado en el principio de toda la persecusión.
Se sentía asqueado ante el acto de nobleza que Park le había hecho a Nea Karlsson. Tampoco esta le había agradecido pero eso a Michael no le importaba.

El Alma De Un Asesino → Michael Myers x Jake Park ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora