🕷️: V

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En la residencia Yamaoka.

Philip y Evan se hallaban caminando tranquilos mientras, en ciertos sitios de La Residencia Yamaoka: El Trampero colocaba algunas trampas.
De esa manera prevenían que la presa la cual estaban buscando: No se escape.

─Evan, estoy cansado ─. Replicó Ojomo mientras daba algunas vueltas.

─Falta poco, Philip. Estamos por acabar el recorrido y me da la sensación de que no vamos a encontrar nada ─. Evan permaneció inseguro ante su declaración, también "algo" le parecía extraño. Era imposible que el humano haya escapado tan rápido y sin dejar rastro.

─¡Al menos por un rato!

─No, no y no ─. Discutió Evan mientras continuaba viendo desde la distancia la vegetación del reino.

Ojomo infló sus mejillas enfadado y alzó su campana para posteriormente hacerla resonar. Haciendo que cambie de presencial a invisible y así repetidamente.

Al principio Evan logró tolerar durante un buen tiempo el sonido molesto que entraba en sus oídos pero llegó un momento en donde ya ni quería oírlo.

MacMillan fue hacia Philip y sostuvo sus brazos fuertemente para evitar que deje de tocar la molesta campana con aquél sonido tan chirriante. Ojomo entreabrió sus ojos y soltó una pequeña carcajada.

─Idiota ─. Exclamó entre dientes Evan, para posteriormente empujar a Philip, ya que se encontraba molesto con el susodicho.

Rápidamente, se percató de que Ojomo estaba por pisar una trampa. MacMillan lo agarró de la mano y lo tiró hacia él para que el peliplateado caiga sobre su pecho.

─Por tu culpa casi me como una trampa ─. Murmuró Philip con el intento de alejarse, pero Evan lo mantuvo prisionero entre sus brazos.

─La culpa es tuya por ser despistado.

─¡Oh! ¿Ahora yo tengo la culpa? ¡Increíble! ─. El Espectro poco a poco elevaba su voz y suspiraba fuerte por el enojo que había comenzado a arrasar en sus venas.

─Pues... Por idiota es lo que te sucede ─. Contestó Evan sin remordimiento de su declaración.

─Vete a la mierda.

Ojomo empujó al de la máscara provocando que esta se le caiga y tropiece con sus propios pies hasta caer al suelo. Evan, ya sosteniendo la mano del asesino, Philip también cayó sobre él por el semejante agarre que ejercía en su mano.

Sus cabellos plateados tapaban su vista y Evan los corrió para pasarlos detrás de su oreja. Philip estaba confundido, ¿Desde cuándo MacMillan tenía esa actitud tan… Rara?

Honestamente le impresionaba y su corazón palpitaba por la cercanía. Evan lo tomó del cuello y ejerció una cierta presión que provocó que Ojomo baje poco a poco su cabeza.

Por inercia, el Trampero cerró sus ojos y Philip, con todos los nervios encima, prosiguió a hacer lo mismo hasta sentir, un extraño roce suave en sus belfos.

Por falta de experiencia de ambos, sus labios comenzaron a conocerse y continuaban en sincronía con torpeza. Aunque aquello, no les importaba a ambos homicidas.

Philip se agarraba fuertemente del pasto y colocó su mano libre en la mejilla de Evan. El cual este, sostuvo delicadamente las caderas de Ojomo y ponía su mano en su espalda para evitar que en algún momento este se aleje.

Ninguno de ellos pensaba que detrás de un árbol los estaba observando Meg Thomas con los ojos abiertos como platos.

[…]

El Alma De Un Asesino → Michael Myers x Jake Park ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora