El Alma De Un Asesino → Michael Myers x Jake Park ©

4🖤4: Antes de todo.

El asesino Michael Myers no estaba seguro de lo que había oído anteriormente, ¿A qué se refería exactamente? O simplemente, en realidad... ¿Qué era lo qué debía hacer?

"No es difícil, usa la cabeza".

Después de todo lo que ambos habían pasado juntos, Jake Park tenía toda la razón del mundo. Ellos mismos se denominaban como esposos cuando ni siquiera tenían anillos en sus dedos o habían organizado algo íntimo para finalmente cerrar el acuerdo.
Lo miró, después de varios segundos, aún arriba de él, le costaba encontrar las palabras exactas si Jake lo estaba observando entre impaciente y emocionado, le producía algo extraño que no sabía describir con certeza.

—¿Casarnos oficialmente? ¿No era que ya estábamos casados? —. Michael le preguntó desconcertado a Jake.

—S-Sí, claro... ¡Pero me refiero a algo que lo acuerde! Ya sabes, quiero compartir algo contigo como los anillos o hacer una celebración íntima con los demás. —. Le contestó Jake, girando la cabeza al costado, evitando la potente mirada de aquellos ojos azules que le impedía hablar correctamente.

Ahí, Myers lo entendió todo, sabía a lo que se refería concretamente pero se le complicaba hacer alguna obra que demostrara "Amor". No se trataba de su puesto como asesino o de un psicópata que únicamente sentía piedad por aquél joven sobreviviente. Cuando estuvo todo ese tiempo en el sanatorio, su madre le mostraba fotos del casamiento de ella con su padre y también, algunas con Laurie.
Su ira por su hermana creció de forma desmedida cuando esta por miedo, no aceptó tener alguna clase de vínculo cuando le mostró la foto que Michael poseía de pequeños, aquella que había guardado, pero eso, no era relevante en la situación.

—¿Qué te gustaría hacer? —. Le preguntó. Jake abrió más los ojos haciendo notar el brillo ligero que relucía en ellos y más en su sonrisa risueña que tanto brillaba.

—Estaría muy lindo casarnos en donde nos conocimos, ¿Recuerdas? Podríamos traer a Philip, Frank y Danny, algo muy cerrado con ellos para evitar inconvenientes con otras personas. —. Comentó contento, extendiendo su mano izquierda para acariciarle la mejilla y luego tomar la mano de Michael la cual estaba vendada.

El asesino asintió para luego alejarse de él y sentarse a un lado en la cama, Jake hizo la misma acción y quedaron juntos, Michael miró hacia la ventana y observó algo extraño, una figura que le conmovía.
Era enorme, estaba parado al lado de un árbol y lamentablemente, no se lograba distinguir su identidad.

—¿Qué miras tanto, cielo? —. Jake le preguntó mientras se le sentaba en las piernas para luego mirar la misma dirección en la que Michael, tenía la mirada fija.

—Hay alguien.

Jake entrecerró los ojos para tener un mejor enfoque pero era extraño, no había visto nada en su momento de analizar por unos segundos Avenida Lampkin.

—¿En dónde? —. Jake cuestionó a Michael mientras aún seguía buscando.

—Al lado del árbol que está junto al carro de policía. —. Contestó indiferente. Precisamente en esa parte, Jake logró hallarlo.

La forma de ese Ente se le hacía muy familiar, no por el hecho de que tenía una altura desmedida sino, específicamente una parte de su cuerpo que dibujaba la sombra.
Era semejante a algo triangular y un nombre se le vino a la cabeza: "Cabeza de pirámide, el verdugo". Se asustó, eso quería decir que aquella cosa les estaba observando desde un buen tiempo y lo increíble era de que radio de terror no tenía pero Michael Myers, teniendo experiencia en aquellos casos, logró percibirlo a tiempo.

—Es el verdugo, cabeza de pirámide. —. Exclamó señalando la dichosa forma con el dedo.

Michael arrugó la frente, básicamente reconoció los ritos de juicio que desprendían unos sonidos gracias a una ronda rojiza alrededor de su casa.