🕷️: XVI

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Michael jamás oído hablar sobre aquella palabra conocida como "Celos". En sus 21 años de vida, tenía la firme idea de que tenía la libertad de enojarse por la mínima cosa.

En aquél caso, su rabia desmedida, no sabía a qué se debía. Simplemente ver a Jake sonreír con otras personas y no con él. Además de que aquél grupo de homicidas habían intentando asesinarlo, aquello le provocaba un enojo intenso.

─¿Celos? ─. Cuestionó el asesino mientras fruncía el ceño. Realmente, Michael no tenía idea de lo que le decía el azabache.

─¿No sabes lo qué son celos? ¡Jaja! Te explico: Es como cuando quieres a una persona y ves que precisamente esa persona, le está dando amor o cariño a otra que no eres tú, es un sentimiento de dolor o enojo.

─Entonces estoy celoso ─. El pobre Michael se había delatado sólo, no le molestaba admitir las cosas pero como no le encontraba un significado tan profundo y reservado a la palabra, no le quedaba otra que admitirlo.

─Michael, ¿Tú le tomas el peso a la palabra? ─. Preguntó Jake sorprendido, a lo cual, mirando desde arriba, observó que el homicida negaba con su cabeza.

─Simplemente admito lo que sucede ─. Jake, rojo como un tomate, suelta una pequeña risa casi inaudible y cambia la posición de sus manos hacia los pectorales de Michael, apretandolos.

─¿Entonces me quieres? ─. Jake no aguantó más y soltó una carcajada al final por la situación. Myers notó lo que anteriormente había dicho y quiso golpearse el rostro contra la pared por de verdad, haberse expuesto solo.

─Los asesinos no pueden sentir amor ─. Vuelve a repetir la misma frase de siempre. Jake muerde su labio estresado ante la declaración de Michael y argumenta.

─Aprecio.

─A ti te aprecio.

─Yo también te aprecio ─. Acaba de confesar Jake mientras con todas sus fuerzas, voltea a Michael quedando cara a cara. Cara a cara precisamente con la máscara inexpresiva, Myers alza sus brazos y el azabache corresponde con una sonrisa en sus labios

Frank, Philip y Danny estaban mirando atentos lo que sucedía desde la ventana de la residencia del homicida Michael Myers. Ellos hablaban entre sí y la frase más escuchada era.

"Puede domarlo. Después dice que no son pareja".

[...]

Meg Thomas sonríe con una de las máscaras que Evan le había dado. Era similar a la de La Legión, se sentía poderosa por tener un objeto el cual le había dado un asesino por extorsión.

─Si no te callas te daré una herida profunda ─. Exclamó la pelirroja con un acento británico. Felix le miraba desde un árbol y sonrió divertido.

─Meg, ¿De verdad te dió eso El Trampero? ─.  Felix le sacó de sus pensamientos ─Me parece muy extraño que te haya dado algo así por una "extorsión" como dices ─. Añadió.

─Es real. Igualmente no sé, para mí sería una reliquia ─. Normalmente, Meg no solía hacer esa clase de tratos pero cuando se trataba de sobrevivir, hacía hasta lo imposible.

─Chicos. Lamento arruinar el momento pero... ─. Claudette se les acercó y tocó ambos hombros ─Estamos en Haddonfield, Avenida Lampkin.

─A buscar a Jake ─. Dijo Laurie mientras se dispuso a correr hacia el fondo de algunas casas.

─¡Que empiece la fiesta!

[...]

Michael parpadeó dos veces y notó que aún continuaba en Haddonfield, eso quería decir que la persecusión, comenzaría en su propio barrio, en su propia residencia.

"¿Ahora cómo esconderé a Jake?"

Se levantó de la cama preocupado y a su lado, notó a Jake durmiendo plácidamente.
Michael tenía dos opciones ↓

Despertar a Jake.

Dejar que Jake siga durmiendo.

Para el asesino, la segunda opción era la más conveniente y aceptable. Aunque probablemente, los gritos de lo sobrevivientes podrían despertar al azabache pero si este intenta escapar, tendría la puerta bajo llave.

Tomó su característica máscara y se la colocó, sin siquiera acomodar los cabellos rubios que sobresalían de su nuca. Subió el overol y sacó el cuchillo de cocina que estaba en el cajón.

Miró por una última vez a Jake y salió de la habitación, sin antes, cerrar con llave la puerta. Afortunadamente para Michael, la ventana estaba sellada y sería imposible destrozarla.

Michael salió de su domicilio y comenzó a recorrer su dichoso barrio en busca de algún sobreviviente. En el fondo, el homicida sabía que aquellos, eran los amigos de Jake Park, no quería que se lo lleven, realmente no quería.

En el primer momento en donde le conoció, su único deseo era atravesar el cuchillo de cocina en su corazón pero las estúpidas ideas de que todo era un plan del Ente, se lo impidieron.

No estaba del todo seguro si ahora era alguna clase de plan, pero eso, ya no le interesaba. Ahora quería a Jake y que se lo quitaran de su lado, sería un pequeño dolor en su corazón.

Comenzó a asechar desde la distancia, parado en el medio de la calle, analizando como Laurie y Felix reparaban un generador juntos.
Poco a poco, subió su nivel de mal interior, sintiendo una penetrante melodía de piano en sus oídos.

Laurie sintió una presencia abrumadora. Miró para los lados mientras reparaba y falló, percatandóse de Michael Myers.

Por otro lado, Meg Thomas y Cheryl Manson se hallaban buscando a Jake, recorriendo cada casa y esquina de Avenida Lampkin.

─E-Está aquí... ─. Comentó Laurie Strode mientras se alejaba lentamente del motor y tomaba del brazo a Félix para comenzar a correr.

Michael, tranquilo y sin prisa, comenzó a caminar lento mientras continuaba asechando desde la lejanía. Después de todo, aún estaba tenso por el tema de Jake.

─¿Encontraste algo? ─. Oyó desde la distancia a una mujer la cual portaba una máscara. Michael se giró y realizó lo mismo de hace unos momentos.

El mal interior subía y subía, sin ninguna intención de parar. La respiración que oía detrás suyo, le alertó rápidamente.

Alzó el cuchillo de cocina y este, aterrizo sobre el hombro de Cheryl, provocando que esta suelte un grito.

Con una expresión de susto, dejó a Manson escapar, petrificado en su lugar. Aunque rápidamente, las voces de su cabeza le repitieron que no le diera importancia y que continuara con su dichosa misión.

Eso hizo, tomando más su poder para lograr la vulnerabilidad tan esperada. Su celeridad tomó su persona y llegó con facilidad hacia su objetivo: Cheryl Manson.

Se deleitó con su grito de agonía, pero lo que no sabía, es que Jake, se había despertado de su abrupto sueño. Con millones de preguntas en su mente de quién era el portador de aquél chillido que se le hacía tan familiar.

El Alma De Un Asesino → Michael Myers x Jake Park ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora