🕷️: IX

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Jake.

Nunca imaginé estar así en esta situación con Michael. Cuando le vi por primera vez, aquella máscara en su rostro y el cuchillo en mi abdomen, sentía muchísimo miedo.

Aunque comprendí, que no todos los homicidas son así por serlo. Michael tiene una historia detrás y voy a descubrirlo para salvarlo del Ente, es imposible pero el intento vale oro.

Es mejor la comprensión que alejarme de su presencia, no me molesta que seamos amigos y ni mucho menos que me mande a hacer lo que él debería realizar.

─Acuéstate ─. Ordenó Michael con una voz demandante. No tuve más opción que separarme de su pecho y recostarme en la cama.

Me quedé mirando al techo para que posteriormente, él se acueste a mi lado, mirándome. Me siento nervioso, no puedo pasar desapercibido esa penetrante mirada así tan fácil.

Cerré mis párpados y me adentré en el profundo sueño. Pensando en todo lo que había pasado en el día: Conocer la identidad de Michael, discutir, que nos descubra Ghostface y luego las disculpas.

Me sentí aliviado, por primera vez me sentí así en un mundo tan peligroso como lo es este.

[…]

Apenas logré recobrar la consciencia. Desde en donde yo estaba, veía la luz del día y eso me alegraba, estaba cansado de estar en un lugar tan oscuro.

Michael no estaba a mi lado y eso me preocupó de cierta manera en la que me levanté de la cama buscando su presencia. La máscara ya no estaba y la puerta abierta.

¿En dónde se habrá metido?

En esta semana en donde conocí a Michael, comprendí que él no es solo un asesino despiadado, es como si fuera un cristal. Un cristal el cual debes cuidar para que no se caiga y se rompa en pedazos.

Agradezco que me haya dejado ver su rostro y que me cuente cosas que él hizo. Sé que lo que dije del error probablemente era muy estúpido pero realmente es mejor ablandar aquél duro corazón.

Siento su infelicidad a millas. Me siento la persona correcta para ir y sanar cada herida que tenga, aunque no sé por qué de repente tengo esa clase de pensamiento…

─¿En dónde estará? ¿En la sala? ─. Murmuré mientras refregaba mis ojos.

Me levanté de la cama somnoliento y fui directo al baño para hacer mis necesidades, luego me lavé la cara y lavé mis dientes con la pasta y cepillo que estaba ahí. Afortunadamente tengo mi ropa de la anterior seca y intacta pero el pantalón de Michael me queda bastante grande.

Aunque mis pies con calcetines no les incomodaban el frío suelo. Bajé las escaleras y lo vi, sentado en una de las sillas que estaba en la sala alrededor de una mesa. Tenía una taza de café en su mano y lo bebía tranquilo, dejando al descubierto su boca y nariz.

Bajé las escaleras y como un niño pequeño corrí hacia su ubicación entre saltos. Siguió con su café, ignorandome, no sé sí siquiera me estaba mirando. Estresado, me senté en frente suyo, en el otro extremo de la mesa, cara a cara.

─¡Hola Michael! ─. Le saludé alzando mi mano derecha, provocando un leve sonido por mis guantes.

Nada.

Su cabello rubio estaba por los hombros, tan brilloso y precioso. Me impresionaba su cuidado y no pude evitar quedarme mirando a Michael durante varios minutos hasta que terminara su café.

Se sacó la máscara y me miró con los ojos azules que tanto me hacían temblar, como si fueran los de un lobo hambriento que busca a su presa desesperadamente. Después de todo, quería que me mirara, ¿No?

─Vendré en un rato ─. Dijo tranquilo.

Peinó su pelo para atrás y se levantó de la silla, dejó la taza en el fregadero, la señaló y luego a mí, en sus labios leí un "Encargate de esto". Asentí inseguro y vi como tomó una liga que estaba sobre la mesa.

De su cabello hizo una colita y tomó su máscara para colocarsela de nuevo, agarró el cuchillo de cocina y se fue sin decir nada.

Mi corazón dolió un poco, que se fuera abruptamente no era nada… Nada fácil de tragar. Su indiferencia llega a incomodarme un poco pero entiendo a Michael, sé que en un tiempo lejano, podrá abrirse conmigo y soltarse.

¡Sólo debo esperar!

Desde la distancia, capté una mediana sombra en las sábanas y unos zapatos negros. En mis pensamientos hubieron mil alertas pero sólo pensé en la ayuda de Michael.

─No de nuevo ─. Exclamé entre susurros.

El Alma De Un Asesino → Michael Myers x Jake Park ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora