Despierto con un dolor de cabeza intolerable, mi boca se siente seca como si hubiera estado en el desierto por años, me levanto y busco unas pastillas para el dolor, cuando encuentro las pastillas salgo de mi habitación, mientras bajo las escaleras escucho murmullos.
Entro a la cocina encontrándome a mi madre junto con Jenia, arrugo mi frente al verlas tomando desayuno.
"¿En qué momento llegó Jenia?"
Me sirvo un vaso de agua y me tomo las pastillas, las dos me miran como si hubieran visto a un fantasma.
—¿Qué? — digo sentándome en un taburete de la cocina, ellas se miran y luego me miran a mí.
—¿Cómo te fue ayer?— dice Jenia.
"Ayer....... Joder ayer besé a Aston, ¿qué carajos hice?."
Me levanto sobresaltada de la silla todo los recuerdos de la salida de ayer comienzan a rondar mi mente.
"Cuando llego Kendal"
"Aston confirmando que era una cita"
"Luego los caracoles, los horribles caracoles"
El bar de estilo rockero, el Uber y el beso, que yo le di, joder, le he dado un beso a Aston y él solo me miró.
Subo corriendo las escaleras y comienzo a buscar mi celular, muevo las sábanas luego lo busco entre la ropa que use ayer, entre mi cartera pero no lo logro encontrar por ningún lugar, hasta que piso algo duro,
bajo mi vista y encuentro mi celular debajo de mi pie, tomo el celular rezando que no se haya roto la pantalla, cuando lo miro está todo intacto pero mi humor cambia al ver que no tengo ningún mensaje de Aston, él siempre me saludaba por las mañanas.Me doy vuelta y encuentro a Jenia parada a un lado de la puerta, ella levanta su ceja izquierda.
—¿Qué paso ayer?, déjame decirte que llegaste un poco pasada de copas — comenta Jenia sentándose en mi cama, doy vuelta mis ojos.
—Pasaron muchas cosas, ¿y como sabes? — contesto, me siento a un lado de Jenia.
—Ayer me quedé con tu madre, Claudia me cancelo porque tenía que hacer unas cosas —contesta encogiéndose de hombros.
"Jenia es como una hija para mi madre, a veces la viene a ver a ella y a pasar tiempo con ella"
—Cuéntame todo de ayer — me pide Jenia levantando sus cejas, suspiro echandome hacia atrás.
Después de hacerle un resumen de la noche de ayer a Jenia, pero omitiendo el beso, ella me mira como si fuera otra persona, pero la verdad es que la persona de ayer fue una Isabella que tengo escondida de hace años, una chica que toma hasta quedar inconsciente o hasta que conoce a un tipo y se va con él para pasar la noche, ahora no soy nada de lo que era antes, una rebelde, malcriada y con una autoestima que llegaba a marte, ahora solo queda Isabella, una chica que no sabe lo que en realidad es.