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Me quedo observando esos ojos que tanto dolor me provocaron y tanto amor me dieron, su mirada es seria, pero tiene una sonría puesta en sus labios, la misma sonrisa que podría ser del mismo lucifer.
—¿Lo conoces? —. La voz de Aston hace que salga de mis pensamientos, corro mi mirada hacia él, me observa con sus cejas fruncidas, luego su mirada va hacia la persona que tenemos a un lado del auto mirando hacía nosotros.
—No.... Hablamos después.
Me bajo del auto y la persona que pensé nunca más volver a ver en la vida se corre hacia un lado, lo observó confirmando que es tan real como yo, corro mi mirada al instante, comienzo a caminar a paso rápido hacia mi casa, escucho los pasos de él por detrás.
—Isabella, tenemos que hablar — demanda, los bellos de mis brazos se erizan al escuchar su voz seca y demandante, cuando llegó a la puerta tocó el timbre.
—Isabella, ¿me puedes mirar? — dice él, tocó el timbre repetitivamente sin mirarlo intentando no caerme en pedazos.
Su llegada, su mirada, su voz, sus ojos, todo de él me hace sentirme enferma, pero también fue el único que me hizo sentir viva en un momento de mi vida.
—Joder, Isab —. La voz de Park es interrumpida cuando la puerta es abierta, mostrando el rostro de mi madre, ella corre su mirada hacia mí y luego a la persona de mi lado, su rostro se contrae en una mueca al verlo, paso por el lado de mi madre haciendo que se tenga que correr hacia un lado, entró a mi casa y subo las escaleras apresuradas, escucho la voz de mi madre.
—Chicas es mejor que hablen mañana con ella —. Me quedo parada en el último peldaño de la escalera, ¿quién está en la casa?
—¿Qué le paso a Isabella? —. La voz de Jenia inunda mis oídos, ¿qué hace ella acá?
—No lo sé, pero es mejor que hablen con ella en otro momento — contesta mi madre, escucho como Jenia se despide de mi madre y luego la voz de Selena, ¿qué hacían ellas aquí?.
Entró a mi habitación y me saco mis zapatos me coloco pijama y me estiro en mi cama, cierro mis ojos, pero los abro cuando los ojos de Park llegan a mi mente, esos negros ojos como los de un gato, me siento en la cama, mierda.
Hace dos años y medio que no veía a Park, él fue mi único novio, donde experimente lo que es vivir en una relación tóxica, él era como el cielo y el infierno, aveces estaba en las nubes y otras estaba quemándome en vida, él fue tormento, pero también fue mi calma.
Park es de Corea del Sur, se vino a vivir a Madrid cuando tenía once años, pero luego se fue de vuelta a su país a los dieciocho años, nos conocimos cuando éramos unos críos, mi hermano se hizo mejor amigo de él y mis padres se hicieron amigos de los padres de Park, siempre salíamos juntos y hacíamos casi todo juntos, hasta que todo se fue al carajo, cuando Ismael mi hermano supo que nosotros estábamos teniendo una relación, él no lo tomó bien y nunca aceptó nuestra relación, nunca supe el porqué, pero luego Ismael se fue de la casa para estudiar en Londres y nunca volvimos hablar, al tiempo después Park se fue a su país de origen, dejándome en pedazos y tan vacía como nunca me había sentido en mi vida.
